sábado, 5 de septiembre de 2009

LA PARED, UNA PARED CUALQUIERA

Soy la pared del cuarto en que Santiago Solano concibió a Elvirita. La pared frente a la cual estaba la mirada de Santiago, la pared que, aún opaca, reflejaba la inexistencia de todos los personajes, la de ella misma, la de él mismo. Soy una pared vieja también, como todas las paredes que acostumbran a ocultar los sueños. Yo, mientras ellos viajaban por las páginas de lo que ha sido, será, su libro, vuestro libro, seguía estando aquí. Quieta, callada, firme, aunque resquebrajada, esperando el regreso. Y ella ha vuelto, ellos han vuelto. Porque Santiago salió a pedir ayuda, porque quiso compartir la esclavitud y la liberación, la oscuridad y la luz, la ausencia de aire y la brisa que parecía soplaba fuera. Yo soy también una pared muy vieja. Las paredes, dicen, no pensamos. Ni siquiera se nos concede la posibilidad de hablar. Pero no es así. Todo lo inanimado tiene vida, puesto que lo tiene lo pensado. Y quiero deciros algo: la pared no es más que una pequeña metáfora del gran muro. El muro sigue ahí. Es un muro inapelable. Aisla la mente del corazón, aisla la realidad de la irrealidad. Sólo con la fuerza infinita del lenguaje solidario, del esfuerzo común, se le puede derribar. Y con la comprensión, el entendimiento, e intentar dar más que recibir. Yo se lo que es la prisión, porque se lo que es la libertad. Estoy en medio. Parece que detengo, pero también puedo ser refugio. La soledad intrínseca del hombre es la sensación del abandono. El silencio es la respuesta más fácil. Es la huida. Elvirita, Elvira, dicen que sigue aquí, encerrada, ya anciana. Pero yo la siento volar.

18 comentarios:

Mari Carmen dijo...

Tú, eres la confirmación de lo que intuyo o quiero pensar; los objetos, los lugares...se impregnan de nuestros sentimientos.
Cuando tengo algún objeto o libro de segunda mano, me gusta observarlo, palparlo...imagino que historia han dejado en el objeto, sus antiguos dueños, me invento sus historias.
Cuando viajo me ocurre lo mismo. En Atenas, caminé por los mismos lugares que Sócrates, incluso le vi rodeado de sus alumnos haciendo sus constantes preguntas.
En la Alambra paseé con los personajes de los cuentos de Washington Irving.
En Roma, lloré al ver los ojos de Miguel Angel en su juicio final, me acompañó, cuando admiré su Moisés o su colosal David, sufrimos viendo salir de su piedra a los cautivos...lo siento, me ha dejado llevar, siento debilidad por él.
Sé que lo que te acabo de contar es una tontería, pero...no lo puedo evitar, soy así.
Un abrazo.

Santiago Solano dijo...

Estimado Emilio.
Soberbio. Ya lo dice Mari Carmen, como te dejes llevar por este texto acabas delante mismo de tu mirada como escritor.

Que no sé que coño significa, pero que suena bien, como dice el Maestro EGT.

Un abrazo fuerte. Seguimos.

Emilio Porta dijo...

Sois mis amigos...como dice la canción de Amaral, esa sí es suya, ¿no Pilar?...Mari Carmen, qué precioso texto. Me alegra mucho que sea tuyo este primer comentario. Lo que dices es ya una historia, una bella historia, y habría sido un post si tuvieras tu propia página en ESCRITORES...ya se que todo se andará...Y respecto al "coment" de Santiago, con foto incluida (una de sus fotos, je, je, ya le conoceís) cuando en una sola palabra se dice todo, qué quereis que os diga...uno también tiene su corazoncito...y se emociona. No lo puedo evitar, yo también soy así.

Pilar dijo...

Esa sí es así y sí es de Amaral! Cómo sabías que estoy por aquí?? jaja, ya sabes que a veces guardo silencio pero escribes maravillas y me da cosa hablar por si no sé dar una opinión que esté a tu altura!!
En fín, una intenta aprender estando por aquí y por allá!
Un beso grande, gracias por tus guiños! :)

Emilio Porta dijo...

Yo no tengo tanta altura, no soy bajito, es cierto, pero a la que te refieres es la altura, fundamentalmente, del oficio. El oficio de escritor, decia un autor apasionante, Cesare Pavese, se hace, se modela...pero hay que tener un "algo". Tú ese "algo" lo tienes. Ya te puse en un comentario en tu blog ("La palabra por trinchera") que pensaba que era de nacimiento...Hay gente que no tiene la suerte de poder desarrollar el don, no lo trabaja. Eso si, para trabajarlo hay que sentirlo, you know.
Yo también pasaba por aquí...
Otro beso :-)

Alicia dijo...

Emilio, nunca se me ocurrió pensar en la misión de un pared.

La pared es refugio, cuando llega la tormenta corremos a refugiarnos en ella. La pared es complice silenciosa, cuántas gestas, proyectos y amores se han encaminado y culminado entre cuatro paredes. La pared es fuerza, es la que esconde las vigas maestras de los edificios. La pared es lugar de encuentro, podemos encontrar en ella cuadros, títulos, fotografías, apliques que dan luz, estanterias colgadas llenas de libros...

Emilio, me encanta que te mimetices cómo pared. Podrás ser mi refugio, si lo necesito. Serás complice, como hasta ahora, para la labor que queda por delante. Me transmitirás fuerza si flaqueo en el camino. Alrededor tuyo habrá luz y buscaré a los otros compañeros de viaje. Me acercaré a ti cada vez que necesite un libro...

Un abrazo

Emilio Porta dijo...

Querida Alicia...Tu ayuda como amiga y como escritora la he sentido desde la primera vez que nos conocimos - se puede uno conocer de toda la vida a través de la escritura, aunque uno no se conozca en presencia, bueno en presencia si, porque dice un gran poeta y amigo, Enrique Gracia, que somos lo que escribimos...yo añadiría lo que expresamos también - en fin, que tu modo de escribir, que es tu modo de ser, nos ha unido y ya eres una compañera más, una gran compañera más, igual que yo lo soy vuestro en la nieve, esa pagína de intercambio literario y de amistad que tu me descubriste y a la que me invitaste - en fin, además de todo, es que eres, no sólo una magníficia escritora, sino también una extraordinaria "transmisora" y eso redunda en que, donde tu estés, todo fluye, literaria y humanamente. Ya sabes que yo estrené en La Nieve algo muy especial, y no lo hubiera hecho de no haber sentido quienes eraís, quien eres. Sólo quiero añadir que me encanta que hayas captado tan bien lo que una pared metáforica puede significar, no sólo barrera, separación, sino también lugar donde sujetarse.
Un abrazo.
(Esta pared, que primero observó los sueños de Santiago, ahora se mantiene firme con los que la sosteneis. Es una pared abierta, sin límites y asentada).

Anónimo dijo...

Querido Emilio: Eres muchas cosas. Entre tus virtudes, me permito destacar tu calidad humana. Ella te hace ser compañero y amigo incondicional. También te considero un gran poeta y escritor, que deja ver en su obra la sensibilidad que le caracteriza. No me ciega la pasión. Lo que sucede, es que verdad, sólo hay una. Y siempre es muy transparente.
Besitos.

Mila

Soledad Serrano dijo...

Querido Emilio: todo escritor con mayúsculas lo que tiene que hacer es escribir bien. Tú eres un maestro, y lo digo desde lo más profundo de mi corazón, siempre he sabido que entre los escritores a imitar por su profundidad, estarías tú. El escritor no debe ni tiene que ser una buena persona, un leal amigo, etc. Tú lo eres, pero eso es otra cosa, tu calidad como persona no se discute en este blog, se mide tu calidad literaria. Eres uno de mis maestros y te quiero por ello. Es maravilloso que además seas un gran amigo y una maravillosa persona. Sol

Alicia dijo...

Estoy completamente de acuerdo con vosotras, Soledad y Mila.

Emilio, eres un escritor de categoría, es un lujo haberte conocido para poder disfrutar de tu obra.

Por si perdido entre mi discurso metafórico no te habías dado cuenta, te lo había dicho en la última frase "Me acercaré a ti cada vez que necesite un libro..."

Besarkadatxu bat

Manuel dijo...

Y aún sin que sea de madrugada, Emilio!... ¿Qué será cuando pasen las horas?.

Y yo que pienso de este texto que tanto me ha gustado, que te eleva a la categoría de "Mago". Ale Hop... el conejo ya no está en la chistera... pero el as de oros estaba detrás de tu oreja.

No olvidemos que, también, la magia es capaz de resucitar a los muertos.

Un abrazo grande. Ya nos vemos.

Orfeo de Tracia dijo...

Envío misiva de correo electónico a varios escribientes de este Escritores en red que por ser muy largo no cabe en estos comentarios.
Ustedes sabrán qué hacer con ello si es que debiera hacerse algo.
Orfeo de Tracia

Enrique Gracia Trinidad dijo...

¡Que bien, Emilio, qué bien!
Yo sigo en el dique seco pero lo paso de muerte con lo que escribes y con lo de los demás.
Un abrazo de Enrique

Anónimo dijo...

Os escribo a todos esta noche...gracias. Os quiero.

Port.

Ahora ha surgido una emergencia doble. Por un lado tengo que salir dos o tres horas. Por otro lado, tengo que ceder mi blog - es una decisión personal- a Orfeo de Tracia. Le pongo una entrada, me voy, y luego hablamos.

Port

Anónimo dijo...

Soledad, Mila, Rosa, Alicia, Mari Carmen, Pilar...y nuestra otra Carmen (a la que no le gustan los halagos, eso dice, pero...) vaya grupo de mujeres escritoras que tenemos. Yo, en esto de la Literatura, no distingo sexos. Distingo fuera de ella...Y no distingo, a la vez. Es decir, para no liarnos, creo en los seres humanos sin distinción y en los escritores sin adscripciones, ni siquiera de género...Y puedo repartir abrazos igual sin distinción...Hombre, gustarme, me gustaís más las mujeres, biológicamente, porque luego...no es fácil entenderos. Ahora, cuando quereís, quereís. Y yo me siento, además de valorado, querido por vosotras. Con algunas tengo una amistad de mucho tiempo, con otras de tiempo medio y alguna de tiempo más reciente. Pero en este comentario, que es un homenaje a todas vosotras, quiero deciros que, como yo creo que nada excluye nada, a vosotras, igual que a nosotros nos encanta decir nuestras chicas, os ocurre lo mismo con nosotros.
Con lo dificil que es que nos entendamos a veces y mira que es fácil aquí...
Queridas criaturas humanas y divinas os necesitamos. Sed buenas.
Un beso.

Port

A vosotros, chicos, también os quiero. Pero hoy no es vuestra noche. Esta noche es las haditas.
Y hay halagos...y halagos. Yo noto el cariño...¿vosotras no?.

Emilio Porta dijo...

Enrique, no digas que lo pasas de Muerte que se me viene la Dama de Negro a la cabeza...ahora que Elvirita esta liberada y la Señora esa lejos...no, Enri, no, di que te diviertes, que te agrada...pero que lo pasas de muerte...vade retro!

Emilio Porta dijo...

Manuel..no pensarías que eso de no iba a hablar a los chicos era en serio, je, je...Eso son cosas de Port que a veces le pierde el elemento femenino...pero hombre, a estas horas de la noche, querido Guardían de la Luna, ¿a quién iba a hablar".
Què curioso...¿Sabes lo que pone uno de los papeles que tengo "pinchado" en mi puerta de entrada? Pues, junto a convocatorias, cosas que pasan en la semana, algún "recuerda"...tengo dos cosas: Una es una hoja que pone Devonshire...que es el condado donde viví y trabajé un tiempo, al salir de la Universidad, como assistant teacher de español...Es mi particular "Rosebud" de Ciudadano Kane. La otra es: "Si quieres ser un mago vive como un mago".
Después de tu comentario...sobran las palabras.Un fuerte abrazo... y que duermas más...aunque sigas despierto. Eso siempre.

Anónimo dijo...

Y ya puedes ir cambiando, mi querido Administrador y Web-master, en la columna de la tercera parte, en entradas, un Emilio Porta que has puesto de más: el alojamiento de Orfeo de Tracia en mi blog. Le tengo un enorme respeto a la justicia distributiva. Tendría que haber aparececido sólo Orfeo... pero, si te empeñas, igual que hubo en otra parte un Morfeo/ Emilio...tendrás que poner ahora Orfeo/ Emilio, ó , si lo deseas, Orfeo/Port. Eso...sin remisión. Lo que es nuestro no es sólo mío. Y por ahí si que no paso. Gracias, de todas formas. Si, eres un Quijote. Y más cosas. Espléndidas y de valor.

Port