viernes, 20 de diciembre de 2013

LA LINEA DEL HORIZONTE


"Nunca renunciaré a los días aciagos de mi vida... porque me enseñaron a vivir" Herman Hesse )

En la continuada y contumaz búsqueda de lo que llamamos felicidad olvidamos que la vida es siempre un camino de aprendizaje. No se puede decir mejor lo que pienso de una parte fundamental para todos los seres humanos del transcurso de la existencia que lo escrito en esta frase de cabecera. He acotado que es de Herman Hesse. Yo, normalmente, cuando encuentro algo que me parece digno de ser resaltado se lo adjudico a algún autor de los que me acompañan habitualmente. Posiblemente este pensamiento sea de Hesse... pero sí no lo es merecería serlo. Y estoy seguro de que el autor de "El lobo estepario" me habría perdonado la atribución. 

Mira que si es de David Nihalat... Espero que no, porque recibiría un correo de mi amigo el filósofo y escritor residente en Australia con esta simple frase: "Ya te vale" :-)

viernes, 25 de octubre de 2013

NUESTRA PEQUEÑA VIDA


Estando en China y viendo un mundo literario y cultural tan diferente y desconocido - como desconocido es para ellos el nuestro - confirmé todo lo que pensaba sobre los mundos tangentes que se tocan solo en puntos aislados, pero que no llegan a penetrar uno en otro. El lenguaje es una barrera infranqueable, una muralla que separa e impide la ósmosis en el pensamiento hablado y escrito. Hay diferentes mundos culturales y eso, a pesar de internet, convierte el universo literario en universos múltiples sin puntos de conexión. A su vez, dentro de cada pequeño mundo cultural y social, hay tantos mundos de pequeños grupos e individuos, que se hace imposible el hacer referencia a la cultura, la literatura o el arte como un todo. El todo al que se aspira está siempre fragmentado y el único modo de llegar a un todo es que ese todo sea individual y personal y cada uno nos construyamos nuestro pequeño mundo, de paredes amplias si se puede, pero personal e intransferible y, sobre todo, complejo y difícil de compartir. No llegamos, esa es la verdad, más que a alcanzar algunos destellos de todo lo que se produce en las artes y las letras. Solo nos podemos quedar en pequeñas estancias y los caminos son tan inmensos que el único modo de no caer en el desasosiego es delimitar nuestros ámbitos. El sentido puede ser universal pero los logros y los lugares que habitamos tienen que ser elegidos de acuerdo a nuestras posibilidades de tiempo y espacio. Porque el objetivo tiene que ser integrar lo que somos y lo que deseamos, no rompernos persiguiendo lo general e inalcanzable. Es por ello tan importante que, junto a las cosas leídas, como dice Paul Auster, se encuentren las cosas vividas. Finalmente, no puede haber vida más infinita en su realización que nuestra pequeña vida. Amplia en la mirada, pero concreta en sus elecciones.

domingo, 6 de octubre de 2013

TIEMPO&EXISTENCIA

A determinadas personas les falta tiempo siempre... y  a otras les sobra. No es cuestión del exterior, es cuestión de quién cada uno es. El exterior, las tareas, son siempre un marco de referencia imposible para quienes desean conocer, vivir, experimentar todo. Es evidente que no todos somos iguales y que, de vez en cuando, en la evolución aparecen seres diferentes que, a pesar de serlo, tienen que aceptar las limitaciones de la organización social. Y luego está una terrible contradicción en la lucha por escapar de la cotidianidad: todos necesitamos una casa con paredes, alimentos y - los que vivimos en esta parte del mundo - una ducha de agua caliente en invierno. No vale de mucho la no aceptación. Sé que la Naturaleza es terrible. Y por eso admiro las consecuciones del ser humano. A ciegas, autoengañándose, ha luchado y lucha por el progreso, la mejora de la vida, se ha enfrentado a la enfermedad y a la muerte e intenta alcanzar las estrellas. Solo tiene un límite individual: su propio cuerpo. Y esa frontera, tarde o temprano, no levanta la barrera del tránsito.
La vida te va diciendo lo que hacer cuando miras bien. No podemos vencer al tiempo. Solo convertir en memoria los instantes eternos. Y vivirlos. Esa es la máxima rebelión: la no aceptación de la condena. Y buscar la luz en la oscuridad. Y, luego, tener la suerte de que esa luz alguna vez nos alcance y disipe el dolor y la extrañeza. Darle calor a la dureza de la existencia con la fuerza del corazón y la claridad de la mente. Los recuerdos son peldaños de nuestras raíces personales. Y siempre han sido previamente sucesos. Esos están en nuestra mano, una vez que nadie depende de nosotros - o solo dependen un poquito - y eso es cuestión de crecimiento, lucidez y firmeza. Y no ser un idiota: no tirar lo que tenemos por buscar lo que no podemos resolver ni conseguir. No exigir lo que no se nos puede dar. Esos conceptos sociales, tan arraigados por la ignorancia, esos comportamientos llenos de tópicos y de estupidez que solo llevan a quedarse con la nada en las manos. En la nada navegamos, pero intentamos que haya pequeños espacios de pertenencia y de esperanza. Pequeños huecos que no invadan. Pero también murallas de consciencia y aire en libertad que impidan las invasiones ajenas. Todo empieza a perderse cuando creemos que tenemos derechos sobre los otros. Cuando exigimos. O cuando pedimos. Pedir nos lleva al abismo. Solo se puede dar aquello que, a la vez, es recepción. Y luego está la física y la química... pero eso es la base de la vida. La vida, cruel y maravillosa, a la vez o por separado en ocasiones, que necesita saber que las mareas se sujetan a los rayos de luna y que es suma solo cuando la adrenalina y la dopamina de A y B circulan y se producen en el mismo sentido. ¿Química también el cariño? También... pero hay que amar la química, la de cada uno, que, a veces, confluye con la de otro. Y entonces se puede caminar. Y volar. Quizás haya algo más desconocido en nuestras posibilidades y potencialidades... Eso, intuitivamente, nos lleva más allá y nos permite sentir que algunas cosas y momentos se eleven sobre el horizonte limitado de la Humanidad. Nada es lineal y plano. Seguramente, lo que llamamos intuición es una avanzadilla de algunas inteligencias que están un paso por delante de lo común. Lo que llamamos magia que envuelve lo desconocido. Y que algunos percibimos a pesar del frío de las peores estaciones y los avisos del miedo. Ese miedo que solo puede ser vencido por la luz que penetra la tierra, que atraviesa la roca y salta sobre el agua. Esa luz capaz de alumbrar más allá del horizonte, capaz de disolver las sombras que el muro que se levanta contra el deseo proyecta contra su propia realidad.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Monasterio de Orzeán

Orzeán no es un lugar. Es un modo de ser, de sentir, de ver. No tiene una localización geográfica determinada – por más que yo lo haya hecho creer así – sino que está conformado por una actitud. Es siempre un trayecto, un ir hacia, y también un bien y consciente estar. Mi memoria de otro monasterio, Samos, lleno de magia subjetiva y objetiva, y sus fotos interiores, son el único apoyo externo a un cuaderno de viajes formado por todas mis páginas y libros escritos en la acumulación de deseos, reflexiones, intentos, caminos y estancias. Orzeán es una ruta del pensamiento y, como tal, solo accesible en completa libertad. Esa palabra, esa idea, me acompaña siempre, y es aire necesario para respirar. Por eso es un monasterio, porque allí el silencio deja pasar el aire. Y las palabras que componen el silencio, el verdadero silencio en el que el ser humano conoce y adquiere la iluminación, son un equipaje desconocido por los que parlotean sin sentido y sin saber mirar. Hay un faro en Orzeán. Para dar a la oscuridad la necesaria claridad. Y acompañarla. Los faros, que están llenos de silencio y de luz.

sábado, 29 de junio de 2013

Sobre viajes, recorridos, maletas y equipajes...

"Hay tanto que leer, que aprender, que vivir, que asimilar... que, a veces, no sé por donde empezar. Qué suerte haber recorrido ya algo del camino. Conocer algo de lo que nos esperaba, irnos con ello. Aunque al cerrar la maleta sepamos que han quedado cosas fuera. Mejor eso que no haber empezado a llenarla nunca" 


( Seguro que es de David Nihalat... este chico siempre con la cabeza llena de pájaros... en fin...)

martes, 4 de junio de 2013

 


“La realidad la conforma el pensamiento. Fuera de él no hay nada. Lo que no se percibe no existe”

Todo es un discurso. Un discurso que comienza cuando la mente empieza a pensar y sentir y continúa mientras el cuerpo subsiste. Todo lo demás son entelequias que algunos llaman ideas,  y son obstáculos - o apoyos - que impiden o empujan el desarrollo de la única sensación perdurable: el bienestar o el malestar. Ambos dependen solo de la decisión. La decisión es unívoca. Personal. Intransferible. Entraña hablar para comunicar. Lo demás es silencio. E imaginación.

miércoles, 22 de mayo de 2013

 

"Más importante que saber lo que nos falta es saber lo que nos sobra"

domingo, 5 de mayo de 2013

NARANJAS Y MANZANAS

Escucha a tu cuerpo. Forma una unidad indisoluble con el alma. Él sabe mejor que nadie lo que nos conviene. La salud es una cuestión física y mental. Si el cuerpo nos pide una naranja o una manzana, es bueno para él. Si el cuerpo nos pide extendernos, es bueno para él. Si nos pide contraernos, también. Y movernos, y caminar, y reposar. A veces la mirada quiere ir más allá de la necesidad. Y el deseo se superpone a la estructura. Pero él sabe, el cuerpo sabe.
Lo primero que nos dice el cuerpo es que, si no respira, se muere. Y se muere junto al alma, pese a los intentos de convencernos de que el alma flota sin el cuerpo. El alma flota pero, cuando lo hace, es siempre con el cuerpo. Es así. De modo que hay que darle al alma lo que es del alma y a su suporte lo que de su soporte es. Saberlo y no olvidarlo. 
Hoy he visto como las plantas de mi terraza estaban a punto de morir. Había olvidado que necesitan agua. Espero haber corregido el descuido. Porque las plantas bajan las hojas y la guardia solo para avisar. La falta de alimento y atención las deja sin vida. 
También hoy he retocado mi relación con algunas cosas aparentemente, solo aparentemente, inanimadas. Y las he colocado bien, las he ordenado un poco. Tengo el espacio exterior de este aprendiz de monasterio demasiado lleno de  cosas. Y pasa lo mismo: el espacio exterior no es más que una proyección del espacio interior. 
Cuando quieres caminar mucho no te das cuenta de que no puedes hacerlo si las maletas están llenas y pesan. Hay que dejar alguna ropa en el armario, llevar solo lo necesario para el día. Aunque ese día, como yo deseo casi siempre, sea todo el transcurso, la corta y larga trayectoria de la existencia.
Amo las fotos porque no pesan. Y acompañan, empujan, son esos lugares que hacen  presentes los momentos que parecen perdidos. Cerrar los ojos con la mirada abierta sobre ellas es un maravilloso modo de entender los momentos que conforman nuestra existencia. Y guardarlos es como guardar esta nota escrita que, al fin y al cabo, como casi todo lo que apuntamos y escribimos, trata de naranjas y manzanas para el espíritu. 

domingo, 31 de marzo de 2013

CUESTIÓN DE TIEMPO


Miro la cara al tiempo y, despacio, le ayudo a levantarse. Está viejo el tiempo. Me da pena. Necesita apoyarse en su pasado, recordar su existencia. Convencerse de que todo lo hizo bien, justificarse para sobrevivir.
Ah, tiempo, qué cara  más arrugada tienes ya. Aunque continúes, implacable, matando a otros para alimentar tu pretendida permanencia.
Sí, tiempo, te crees eterno y, sin embargo, eres mortal. Porque cuando ninguna criatura pueda medirte dejarás de existir.
No tienes porvenir, solo hay que  esperar a tu irremediable final. 

domingo, 27 de enero de 2013

REALIDAD Y FANTASÍA


«Es imprescindible rechazar la oposición tradicional entre fantasía y realidad, en la cual realidad significa “lo que existe” y fantasía “lo que no existe”. Esta oposición no tiene sentido. ¿Acaso no existen los sueños? ¿No existen los sentimientos por el hecho de, aparentemente, no tener cuerpo, aunque nazcan de él? ¿De dónde iba a sacar la fantasía el material de sus construcciones sino de los datos de la experiencia?» De Gramática de la fantasía, de Gianni Rodari.