lunes, 20 de octubre de 2008

Escrito en la sesión inaugural de la Tertulia de la calle Paz 4.

“El comienzo de la escritura está siempre en la mirada. La vida consiste en saber mirar. Mi concepto de la Literatura parte del exterior, del paisaje en el que el yo del escritor no está, es excéntrico a él, lo mira desde fuera. El escritor, entonces, entra con su mente en el lugar que observa, en los objetos, las cosas que contempla, las secuencias que ve.
Y actúa. Y transforma. Hace, de una realidad que no le pertenecía, otra distinta, siendo la misma, pero vista a través de él, de su mirada. Crea otra realidad.
Se ha producido la transformación, el proceso literario. A través, primero, de esa mirada, y, luego, de la mecánica de la escritura, cambiando el objeto sin matices por una realidad distinta, vertida a papel o la pantalla del ordenador por medio de la voluntad (inspiración y trabajo) del escritor.
El objeto literario ya tiene adjetivo. Y pierde su condición y la forma de los que lo miraron, en algún instante, con la vista.
Pasa, a partir de cómo el escritor lo ha elaborado, a ser Literatura.

En esa transformación los géneros no cuentan nada. Son una mera referencia de coleccionista, de director de una Galeria de Arte. A mi me gusta decir que los géneros los inventaron los bibliotecarios de todas las épocas para hacer más sencilla y fácil su labor: clasificar. Pero jamás el marco – como señala un párrafo de mi novela Destinos y Caballeros – puede ser superior a la obra que enmarca. Jamás la materia del lienzo puede estar por encima de lo reflejado.”

Emilio Porta. 20-X-2008