capaz de penetrar
debajo de la tierra
y salir a la superficie
tras arrastrarse dentro
y atravesar la roca
y saltar sobre el agua,
solo esa luz, es capaz
de alumbrar más allá
del horizonte,
capaz de disolver
las sombras que el muro
proyecta contra
su propia realidad.
Cuando, tras una brizna
de tiempo, unos instantes,
miras tus manos
y ves en ellas
la claridad,
recogida en la paz
y en la memoria,
sabes que estás cerca
de comprender,
no toda la existencia,
pero, al menos,
una pequeña parte
de la vida.