martes, 27 de octubre de 2009

DEL LIBRO "LIBERTAD PERSONAL Y RELACION SOCIAL", de David Nihalat

1) En una sociedad estúpidamente uniforme, el hombre occidental no se siente feliz consigo mismo y trata de, a través del rol social que juega, sustituir la autoconciencia de su individualidad por su posición en la sociedad. Esa posición no significa solamente una posición laboral, sino un determinado status de referencia en las mismas relaciones personales, superponiendo el concepto de la relación a la relación misma.

2) En cuánto a las predicciones de Orwell, se han cumplido, aunque con un matiz: el hombre, socialmente, ha aceptado ser un robot. Acepta la programación y las rutinas generales sin cuestionarse las mismas. Acepta el programa, los objetivos que le dictan y la educación. Acepta las normas. De esta forma, su conducta carece de autocrítica, lo que le conduce a un estado mecánico de conducta que le lleva a la integración dentro del grupo, eliminando las diferencias en los comportamientos y, por tanto, su libertad intrínseca de decisión.

3) Solamente una conciencia crítica - una consciencia ajena a los parámetros "ideológicos" subyacentes en toda cultura de masas - lleva a tomar conciencia del "verdadero yo interior", el yo que mantiene las diferencias de pensamiento y sensaciones, y que deberían ser respetadas, puesto que responden a la diversidad biológica de cada individuo. Muy al contrario, el individuo que por sus caracterísiticas personales se rebela contra la norma social no escrita, tiene que asumir su radical soledad interior, o la dificultad de una comunicación que esté basada en la proyección de su auténtica personalidad.

4) ¿Es, pues, la sociedad, un elemento represivo?. Lo es para determinados individuos que se separan del deseo general de "adhesión" y "aceptación" que conlleva la sociabilidad. Por eso los grupos sólo pueden estar cohesionados desde de la identificación de actitudes, ya que estas son las que conforman la verdadera realidad individual del ser humano dentro del grupo social.

David Nihalat

30 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias, Emilio, por intercambiar pensamientos y hacer que no me sienta lejos de nuestro entorno cultural. Aunque, si he de decirte la verdad, en Australia me encuentro como en mi casa. Es sorprendente este país. Una mezcla de cultura sajona y mediterránea, ya que, a la primitiva emigración inglesa de hace siglos, se fué uniendo una enorme cantidad de inmigrantes venidos de Grecia y de Italia. Ello ha hecho que la mezcla haya formado una población de una idiosincrasia muy peculiar, abiertos y simpáticos como las gentes del "mare nostrum", y con el profundo sentido liberal británico. Eso si, hablan un ingles con un acento terrible.
Adelaide, además, donde yo doy clase, es un lugar especialmente bueno para escribir y pensar. Una ciudad de un millón de habitantes, antigua capital del país,tranquila pero animada, llena de parques,que se encuentra entre el mar y la playa de Glenelch ( a unos ocho kilometros del centro ) y unas preciosas colinas, en las afueras, llenas de viñedos.
Y con un ambiente cultural - gracias, principalmente, a la Universidad y sus museos y centros de Arte - muy interesante.
Ah, y tiene un clima maravilloso. Ya sabes que está justo en las antípodas de las Baleares, de Ibiza más concretamene. O sea que haces un taladro en esa isla, atraviesas la Tierra... y sales directo aquí.
Un saludo y te reitero las gracias por poner algo de mi último libro.

David

Anónimo dijo...

Hablo de España como si fuera mi país...cuando no lo es, lo que pasa es que tantos años estudiando español en ella me hace sentirme como uno más...A veces pienso que a las personas nos separa menos la geografía que las ideas...Realmente en los tiempos actuales empieza a ser así...

David Nihalat

Soledad Serrano dijo...

Emilio, yo creo que uno de los problemas más graves que tiene la sociedad para ser dirigida es que los individuos son individuos. Esto puede parecer una tontería, pero no lo es. Los gobernantes quieren sociedades fáciles de gobernar: borregos ideológicos, pocas dudas, cobardes perpétuos, etc...
El problema se presenta cuando los seres humanos sentimos que debemos ser libres y ahí comienza el desacuerdo. ¿Libres? Yo vuelvo a preguntarme ¿LIBRES PARA QUÉ? Los hay que exigen libertad para hacer un botellón en la zona que deseen de la ciudad, para drogarse libremente, para poder escribir en las paredes de casas y establecimientos sus firmas, pinturas, etc. Todo eso mezclado con los que piden libertad de opinión, de justicia, de derechos. ¿Dónde? ¿De qué está compuesta la libertad? ¿Dónde acaba? ¿Por qué todos hablan de libertad y casi nadie de obligaciones y responsabilidades? Elproblema de lAS SOCIEDADES, es complejo y apasionante. Me encataría discutirlo tranquila y abiertamente. Sol

Anónimo dijo...

Extraordinario comentario, Soledad, que apunta al centro de la cuestión clave: el límite de la libertad. De todos es sabido que la teoría más aceptada es que el límite de la libertad está en el respeto a la libertad de los otros. No parece que haya nada superable a esta respuesta. La libertad es un concepto. Todo son conceptos. Pero podemos decir que las diferentes organizaciones sociales se forman de acuerdo a los conceptos aceptados – a veces impuestos – que operan en ellas y que están representados por las Leyes elaboradas por sus representantes. En una sociedad “democrática” (término que no me gusta en cuánto a su sistema de “elección”, pero que reconozco que, en su concepción de participación, es el mejor sistema de los malos sistemas existentes) las Leyes están conformadas por el espíritu del Pensamiento de los Hombres que han ido, a lo largo de la Historia, alumbrando el progreso. El “ideario”, sólo el ideario, de la Revolución Francesa, y el de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y el Ciudadano me siguen pareciendo códigos que enmarcan la libertad, una base de respeto y una meta de consecución, todavía, en muchos lugares del mundo. Estas ideas parten del Hombre y de sus atributos, que diria Musil. Y en el Hombre estamos. La idea de Libertad es una concepción de afirmación del Hombre contra el Destino, contra los designios maniqueístas, contra el “Fatum”. Es sólo una afirmación, una meta, que, socialmente, es difícil de conseguir. Pero es un objetivo “axiológico” porque entraña también Justicia (otro valor ignorado) y Solidaridad (el más ignorado).
En cualquier caso, a nivel teórico, creo que te he contestado. Para no hacer mas largo este comentario, que nos llevaría a un gran encuentro de opiniones, te diré que el limite a los que destruyen y dañan la libertad de circulación y la paz de los otros es impedirles el daño. Por eso hubo una guerra contra el nazismo. Porque no hay libertad, no puede haberla, para destruir y aniquilar a seis millones de seres humanos. Por eso hay una guerra contra los fanatismos de algunos islamistas – no confundir con el Islam, religión de paz para muchos – que pretenden imponer al mundo su concepción de la vida, a costa, incluso, de la propia vida del contrario. Por eso lucharon los librepensadores de todas las épocas. Para que nadie tuviera que esconderse por exponer sus ideas.
Y respecto a otro tipo de libertad, que es a la que se refiere David Nihalat en alguno de los párrafos de su comentario, te contesto, porque es otro tema, en "coment" aparte.
Un beso, Sol, Andrea.

Port

Emilio Porta dijo...

Es a la libertad interior de pensamiento a la que quiero referirme ahora. Por supuesto que no hay "libertad pura". Estamos condicionados por lo que cada uno somos, pero David creo que habla de ella, yo por lo menos voy a hablar de ella, desde "lo que somos" o mejor, desde "quienes somos". No puede haber una relacíón personal fructífera y auténtica, si no es partir de otro concepto (también otro concepto...pero es que el lenguaje y las palabras tienen "contenido"...) y es el respeto al otro. Entiendo que la aceptación del otro está en el "respeto a la idiosincrasia del otro". Y la unión sólo puede producirse por coincidencia, por estar en la misma via, camino, en parecido, al menos, modo de ver la vida. Porque todos necesitamos la libertad "interior" para ser nosotros. Y esa libertad interior es la libertad de pensamiento, que es la que, con las limitaciones sociales que sin duda existen, nos llevará, respetándola y admitiéndola, a la convivencia. De uno con uno mismo, de uno con otro. Y de todos con todos.
No se si he explicado mi postura...Que no pretende, como no pretenden las palabras de David, ser un tratado, sino sólo una base de reflexión.

Anónimo dijo...

1/ Emilio,¿quién puede sentirse feliz, del todo, en este complicado mundo? Volvemos a lo que ya hemos hablado en otras ocasiones: nosotros y nuestras circunstancias. La sociedad nos lleva a comportarnos de una manera diferente ante distintas situaciones, aunque cada individuo, en sí mismo, tenga sus propios conceptos sobre lo establecido.

2/ Habría que matizar las predicciones de ORWELL... Puede que todos nos comportemos como robots; pero, cada ente, como un robot individual con mecanismo diferente.

3/ El "verdadero yo interior" es el que verdaderamente importa, porque es el único que nos sitúa en el lugar que estamos. No creo que asumir la soledad interior dificulte la comunicación; más bien creo, que esa soledad nos ayuda a entender al que está solo.

4/Las mismas actitudes son las que nos acercan a los demás. Si no entendemos la vida, ayudémosnos en ella.

Un besito.

Mila









Un besito.

Mila

Mari Carmen dijo...

El aceptar unas normas, unas rutinas...marcadas por la sociedad, no significa aceptación ni que se carezca de autocrítica. No creo que seamos robots David, el aceptar no significa no cuestionar.
Las leyes, las normas...son necesarias para que podamos vivir en comunidad, pero no son inamovibles. La solución no es dejarlas de lado, ni romperlas, hay que intentar mejorarlas. Sé que suena a demagogia...pero creo en ello.

En cuanto a la libertad de pensamiento, Creo que Emilio lo ha dicho todo.

“Sé que sólo hay una libertad: la del pensamiento”
Antoine de Saint-Exupéry
No podía ser de otro modo...buscando respuestas a ciertas preguntas, Antoine de Saint-Exupéry nunca me defrauda. Me la prestó para vosotros en la última visita que le hice al asteroide B612.

Un abrazo.

Alicia dijo...

Emilio, hoy justo hubiera deseado otra entrada diferente. Te comento.

A las tres y media me he reunido con una técnico municipal, para coordinar la presentación de las actividades extraescolares en horario lectivo-las llevo yo-y en horario no lectivo-las coordina ella con presupuesto municipal. Sin problema. No había competencia entre nosotras ni otro interés que no fuera cerrar todo el plan global para todo el curso y presentarlo al Claustro y al Consejo Escolar. El interes de ambas estaba por encima de ninguno de los nuestros.

A las cuatro y media ha empezado el Claustro-sesenta personas-y aunque se ha desarrollado dentro de lo que se esperaba, no te imaginas cómo cambian las cosas cuando las ves desde otro lado. Cuando contemplas que muchos se miran sólo su ombligo.
Es muy difícil llegar a acuerdos ya que siempre hay varios que creen tener la verdad única y no se conforman con exponerla y argumentarla-sería lo lógico-,la repiten, intentan convencer llegando a levantar el tono pensando que así serán más efectivos en su intento. Les gusta escucharse a si mismos su verdad y se enfadan si tras intentar que los términos de la votación lleven todo a su terreno encima la pierden.
Es muy difícil gobernar un barco por qué tienes que canalizar que esas libertades individuales que nombras no obstaculicen el proyecto común que debiéra estar consensuado por acuerdos globales mínimos.
Hemos dejado la piel para salir todos "contentos" y sin grandes enfrentamientos.

A las seis y media el Consejo Escolar. No os quiero ni contar. Los cuatro estamentos con intereses enfrentados en algún caso e intentar salir de la misma manera. Hemos acabado a las nueve y media agotadas-todo el equipo directivo es femenino-.

Emilio, la teoría queda muy bien. sin embargo bastantes miembros de un grupo amplio, con excepciones loables, intentan actuar como una mezcla de gases en un recipiente cerrado. En este, cada gas se comporta cómo si estuviera sólo ucupando todo el volumen del que dispone.

Un abrazo

Alejandro dijo...

Difícil nos lo pone hoy el Señor David Nihalat, Emilio. Difícil y eso que es una problemática incrustrada en la piel de la vida cotidiana. Podríamos estar hablando de lo mismo tantos días completos como tertulianos estuviesen dispuestos a opinar. Todos estaríamos de acuerdo y todos aportaríamos matices diferentes en cuanto a la libertad y el individualismo. Qué bueno y docente es compartir pensamientos y apreciaciones. Si son discrepantes, mejor; más se aprende. Eso sí, siempre que en nuestras manifestaciones haya respeto y tolerancia. Estando en un espacio literario, aprovecho para recordar a Oscar Wilde -una vez más- que decía que "El arte es la forma más intensa de individualismo que el mundo ha conocido". Es, quizá, cualquier manifestación de arte la actitud más libre del ser humano. Por eso, individualismo y libertad son dos facultades, inherentes a la persona, que viajan juntas. Naturalmente, no debemos olvidar que, como dijo Sófocles "Siempre se repite la misma historia: cada individuo no piensa más que en sí mismo"; demostrado queda en la novela "Rebelión en la granja", de Orwell, citado por Nihalat. ¿Para qué queremos la libertad si no sabemos usarla? ¿Por qué defendemos nuestra libertad si con nuestra conducta lastimamos la voluntad ajena? Nos olvidamos con frecuencia de que los grupos sociales están formados por individuos solidarios; y lo olvidamos porque no siempre vemos la solidaridad como un objetivo en pro del bien común, sino con un medio usado en beneficio propio, individual, o para unirnos a los poderosos y atentar contra la libertad de los débiles, declarándoles la guerra, no para cooperar en la paz. Como dice Soledad, estas reflexiones se harían interminables y apetecería un tertulia larga, sin límite de tiempo, ni horarios de sueño. Felicita, querido Emilio, a tu amigo David y dale las gracias por la oportunidad que nos brinda para reflexionar y discurrir.

Besos y abrazos patra todos.

Alejandro

Emilio Porta dijo...

Bueno la que se ha armado de nuevo...y es que el tema da para mucho...Así que yo cumplo con poner los coments en mi blog...y espero que David reaccione...pòrque van para los dos. Yo, de momento, voy a organizarme un poco...y supongo que David verá esto pronto (no hay que olvidar que hay doce horas de diferencia con Australia). La aldea global, que decía Mc Luhan, sin duda. Hay mucho que digerir...Y es que no se como se me ocurre meter a David en este lio...Total, he sido yo el que he elegido sus pensamientos por sentirme identificado. Veremos como respondemos ambos. Un abrazo.

Emilio Porta dijo...

Mila, tus observaciones.
Punto 1. De acuerdo. Quizás no fuimos suficientemente valientes o no tuvimos fuerzas, o suerte, o tuvimos mucho amor a los nuestros...para seguir la ruta decidida. No está mal, si supimos encontrar momentos de realización personal y de sueños cumplidos en la memoria. La felicidad no es un estado continuo. Es una sucesión de momentos. Y, para mi, de recuerdos.
Punto 2. No siempre.
Punto 3. Totalmente de acuerdo. Gran pensamiento.
Punto 4. Por supuesto.

Un beso.

Anónimo dijo...

Por unos segundos se me ha adelantado Emilio con Mila, pero estoy de acuerdo en general con su comentario. Espero que no te importe que sea yo, David, el que te conteste, Mari Carmen, porque, además, te diriges a mí.
Totalmente de acuerdo en lo que dices. No veo contradicción con mi pensamiento. Es más, lo amplias y lo refuerzas, gracias. La cita de Saint Exupery es magistral. Que buena cosa que la hayas incluido. Pura aportación. Y de las buenas. Aunque estemos condicionados, como he escrito, por nuestra historia y biología personal, es, a partir de quienes somos cuando podemos hablar de libertad interior. La nuestra. La que se vislumbra a partir de nuestra realidad personal.
Un saludo con todo afecto.

David Nihalat

Emilio Porta dijo...

Hola, Alicia...sabía que el tema era, para una profesional de la enseñanza, de los que levantan chispas...porque el tema de "educar en libertad y responsabilidad" es la base de una buena sociedad futura...Es evidente que, de todas formas, mientras cada uno de los que componen las "fuerzas vivas operativas de gobierno" no sean capaces de escuchar y buscar un camino de consenso y cooperación en este y muchos otros temas, no progresaremos. Siempre los detentadores de la verdad ("su verdad") creen que tienen que defenderla a capa y espada e imponerla a los demás. Así nos va.
Un abrazo y ánimo. Que tienes un gran trabajo por delante. Algo que te gusta...y que es duro: porque el único modo de enseñar a convivir es con el ejemplo y las actitudes.

Anónimo dijo...

Me escribe David un mail... que tiene ahora una clase...que siga yo. Bueno, pues, de momento,ahi va la última contestación, que es para mi amigo Alex.
Bueno, Alejandro, yo felicitaré a David de tu parte...pero permíteme que, en su nombre y en el mío propio, la felicitación sea para ti. Como siempre, das una lección de "buen saber" "equilibrio del conocimiento" y "respeto a la libertad de pensamiento de todos y cada uno". Mira... con gente como tú la vida sería mucho más sencilla y mejor de lo que es, Porque sería un diálogo permanente para encontrar - y poner en marcha - soluciones basadas en el deseo de lograr una sociedad más libre y más justa. Claro que eso lo da la inteligencia, la experiencia de la vida y, sobre todo, la falta de "ego-ismo" lo que en ti abunda (la ausencia de él, claro). Imagino que a Soledad le habrá gustado también mucho tu comentario.
Un fuerte abrazo.

Port.

Cris Gª. Barreto dijo...

Nacemos –libres- si bien es cierto que nadie nos pidió opinión para ello ¿pero cómo opinar cuando no se existe? Por lo tanto, nacemos
–libres- de conducta de pensamiento de hábitos de maldad. Poco dura esa libertad, pues desde la cuna, ya nos mandan a callar nuestros propios progenitores, y conforme crecemos nos condicionan aún más la conducta, amén, a lo que nos viene después, llamémosle “molde social” portal de subsistencia porque sin preparación y trabajo no tenemos techo ni alimentos e incluso según algunos roles de la sociedad: tanto tienes tanto vales. No cuenta la riqueza espiritual. Evidentemente no todos estamos hechos de la misma forma, ante lo cual, se haría imprescindible un molde distinto para más de uno, pero eso descuadraría la figura a la cual se pretende gobernar y gobierna. Seguimos siendo algo libres, está claro que yo puedo o no comprarme un coche, nadie me obliga a tomar tal decisión. Pero pobre de mi si me enfrento al fisco o a las leyes en general. Y por más que intente crear mi propia fuente de derecho, definámosla como costumbre –mi costumbre- que todos sabéis que es la constante repetición de un hecho que consentida por el legislador (sociedad) crea un “derecho”. Pues tampoco funciona. Deben ser muchos más los que avalen esa –mi costumbre-, con lo cual ni por ahí se puede escapar.
Ah! Claro nos queda el pensamiento. Ése sí que es libre. Pero ya empiezo a dudar porque los genes y vivencias también condicionan sobre el disco duro de nuestra consciencia y subconsciencia conscientes o no de ello. En ocasiones, decimos: ¡Estoy embotado, no puedo pensar! Es tal el maremágnum mental que pesa en nuestra cabeza que sí parecemos robots. Pero ahí hay que recurrir a la inteligencia (don que algunos poseen) para poder discernir de la forma más correcta posible. Ejemplos: gestión del tiempo. Diferenciar entre lo importante y urgente de lo importante, hacer caso a lo primero, lo segundo que espere. Todo ello conlleva a soportar mejor el estrés que nos crea el ser personas absolutamente condicionadas a tantos deberes, que de buen agrado dejaríamos en la mochila para posponerlos curso tras curso. Bueno también hay quien se quita la mochila. Pero ¡ojo! que esos luego pueden acabar en presidio.
Saber vivir es lo importante en esta jungla devoradora, ¿cómo?, ahí cada cual debe fijarse sus medios y metas. El autoengaño no es la forma. El no vivir por aparentar y querer entrar en un estatus superior a tus fuerzas, es pura derrota. Pero no olvidemos que no todos son inteligentes, algunos viven aún más por la contaminada sociedad que por sí mismos. Esos se cubren de deudas y el banco amigos siempre gana.
En mi opinión, como única alternativa: vivir y dejar vivir;
disfrutar de las pequeñas cosas buenas que nos ofrece este mundo, porque también las hay, no nos engañemos.
Lo demás imposible de cambiar, ¿susceptible de mejorar? Tal vez solo tal vez…Ahí entra el gobierno que, obviamente, en estos tiempos, es una pasa. Necesitamos nuevas vides, lo que no sé si llegará a tiempo la nueva cosecha que pueda salvar en algo a este mundo.
Podría seguir horas…
Pero cambio y corto.
Con afecto,
Cris.

Emilio Porta dijo...

Extraordinario comentario y análisis, Cristina, no sólo del individuo sino de la sociedad en la nace, en la que emerge y en la que nos movemos, lo que demuestra que no sólo eres una singular poeta, sino una buena e inteligente escritora en todos los géneros. Es un texto para reflexionar, que es lo que importa, desde mi punto de vista, en todas las entradas: que permitan una opinión de identificación, de matización o de contraste a contrario. Esa es la mejor aportación de la escritura cuando se comunica: que podamos progresar individual o colectivamente. Sí, la libertad de pensamiento también está condicionada por nuestra biología y educación...pero hay que partir de quienes parece - nos parece - que somos, no otra solución nos queda, para poder elaborar nuestra plataforma social de existencia y guardar en la intimidad secreta de nuestra mente lo que creemos que somos o intentamos ser. Un beso.

Soledad Serrano dijo...

Queridos, me encanta la discusión. Uno de los problemas a los que quizá deberíamos enfrentarnos en primer lugar es que el acto primordial de cada hombre: su nacimiento, no es libre. Estamos aquí, nada sabemos del porqué, no fue elegido. Tampoco elegimos país, cultura, etc. Nada sabemos del universo, del pasado, del futuro. No comprendemos casi nada. Dadas estas premisas, ¿qué nos queda? ¿No pensáis que es casi utópico pensar que somos libres? ¿Somos libres porque podemos elegir un tipo de periódico y no otro? ¿Podemos elegir nuestra vida? Por favor, sigamos discutiendo, quiero aprender. Sol

Emilio Porta dijo...

Campo abierto. Evidentemente no somos absolutamente libres, dados los condicionamientos naturales y previos de la existencia. El "concepto" libertad no deja de ser, además, también, una idea social. Por eso insisto en la "idea" de libertad a partir de quienes somos (con lo que nos encontramos, claro) y más como deseo que como realidad. No me gusta caer en el determinismo, teoría con la que parece tiene algún punto en común el interrogante-afirmación de Soledad. Hasta el relativismo contendría elementos deterministas...y no olvidemos la famosa frase de Ortega ("Yo soy yo...y mis circunstancias", dicha en otro sentido, claro). Estaríamos hablando de una libertad más de tendencia que de esencia. Pero es lo que hay. A partir - y esta es mi postura - de lo qué somos, de cómo llegamos, de cómo y donde nos educan, de los elementos biológicos y culturales que nos condicionan, existe un yo consciente, un yo que es lo que entendemos por unicidad de la persona. Y esa persona puede tener un anhelo de ser lo más "libre" posible (sabemos que hay cosas, muchas, casi todas, lejos del alcance de nuestros anhelos) o no. Es decir, es un tema de intentar, desde esa plataforma personal existente, buscar el camino de la esperanza o el camino de la aceptación del "fatum" como algo contra lo que nada se puede.
Cientos de corrientes filosoficas, como tú sabes bien, Soledad, hablan de esto. Me limito mucho: sólo en el ámbito del individuo (la consciencia del individuo a partir de lo que es, esa persona condicionada y única, sin embargo) entiendo que podemos buscar la libertad. O unas "libertades". Socialmente con la contrapartida de responsabilidad. Individualmente con el intento de sentirse lo más cerca posible del ángel rebelde.

Port

Anónimo dijo...

Con permiso...
Siento discrepar con alguien o algunos sobre lo que se piensan que es la libertad del individuo. Como individuo, que nos llega del latín (individuus) adjetivo dado a individual-idad, y en mi particular sentir y entender, me siento en completa libertad, hago y digo todo aquello que quiero, cuanto y cuando quiero. Pero como es lógico es que todo lo que digo y hago es porque como individuo nadie me puede dividir o tomar parte de mi libertad por anticipado a mis actos.
Como alguien apuntaba, si nuestra libertad se ha de basar en lo que después de tanta ley con la que el gobierno o gobiernos nos intentan conducir, efectivamente podríamos pensar que poca nos queda, pero gracias a que gozamos de libre albedrío, no espiritual, ese intento de coartar no llega a nada que no sea lógico.
Como individuo gozamos de la libertad que queramos siempre y cuando nuestros actos no dividan, dañen o coarten la libertad de otro individuo, pero, ojo, eso no tiene nada que ver con las leyes políticas si no con las leyes humanas, morales de cada ser inteligente, don que por ser humano/a no siempre lleva emparejado serlo.
Efectivamente, tal y como comenta Soledad, ¿donde comienza y acaba la libertad? ¿Empieza antes de acatar nuestras obligaciones morales o humanas, o una vez cumplidas éstas?
Nadie puede evitar que realice actos execrables que estén fuera de ley, ni que por lo contrario sea un santo. La justicia me castigará o premiará dependiendo de haber aprovechado mi libertad en uno u otro sentido, pero desde luego lo hará después de haber tomado la decisión de hacer con "mi libertad" lo que me ha apetecido.
Creo que cumpliendo unos simples principios racionales, la libertad está siempre a nuestro alcance en todos lo ámbitos y podemos disfrutar de la felicidad que ello conlleva.
Querido Emilio, La libertad de pensamiento, aquella que nos ha de hacer felices, tan sólo existe cuando dormimos y soñamos, pues cuando la vigilia es la que ordena, depende de lo que pensemos, nuestra propia idiosincrasia, nacida de nuestra educación, nos estará machacando por sentirnos culpables o todo lo contrario.
¿Sentirnos felices en este "jodido mundo"? ¡Pues claro que podemos ser felices! Pero ahí está la cuestión: ¿si siempre fuéramos "machaconamente" felices sin conocer el esfuerzo por serlo, no pensáis que sería una existencia muy aburrida?
Ser o no felices es algo a lo que siempre tenemos opción,lo contrario es falso, pero dependiendo del fin que manejemos en la búsqueda de la felicidad.
Pienso que si pensáramos en compartir esa dicha tan buscada,en vez de ver si la podemos robar al prójimo, el camino para conseguirla se haría más corto.
Saludos por tan larga reflexión.
Jonás Villarrubia

Emilio Porta dijo...

No siempre se puede decir y hacer cuánto uno quiere, Jonás, como individuo. De hecho sólo es libre de ejercer determinadas acciones o de expresar su pensamiento en sociedad aquel que se encuentra dentro de un marco social que lo permite. La Historia está llena de ejemplos de imposibilidad de hacerlo. Yo sólo creo en la libertad interior y ésta, en ello estoy de acuerdo con quien así se ha expresado, está determinada por la propia biologia (genes) y los elementos exteriores (educación, ambiente, experiencias personales después del nacimiento) que la determinan. Realmente nos movemos en terreno abstracto porque lo concreto siempre viene referido a circunstancias personales y sociales. Tan no somos libres de decir siempre lo que cada uno quiere, por ejemplo, que en una pequeña sociedad como es Escritores en Red, algunos hemos tenido que poner filtros para evitar que se rompan las reglas del juego o en un periódico los propios periodistas están sujetos a la aprobación de sus articulos por la dirección del mismo. Es decir, en otro orden de cosas, el individuo es libre de determinadas acciones, pero según y donde las ejecute. En el ámbito personal, de acuerdo, pero en el ámbito social toda acción tiene su correspondencia en la responsabilidad o en que el marco lo permita. Yendo al mito: Luzbel fue libre de rebelarse, pero tuvo que asumir las consecuencias de su condena. Otra cosa es que hubiera pensado: ya estoy cansado de obedecer, un dia de estos me largo del Paraíso... Es decir, hay una gran diferencia entre pensamiento y obra.
Todo esto es, en cualquier caso, una discusión especulativa porque el concepto libertad está referido siempre a la otredad. Sin otro no hay ni libertad para ejercerla, ni falta de ella para ser condicionada o reprimidad. Pero claro, yendo al límite, sin otros ni siquiera podriamos discutir sobre este tema.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Toda la filosofía, decía Gombrowicz, es poco más que pegar un bocado a una manzana. Cualquier acto es explicado en si mismo por la mera acción. No hay discurso más allá del lenguaje y este es eminentemente práctico, incluso en el Pensamiento a través de los siglos. El Hombre ha ido elaborando teorías para encontrar, no sólo el sentido final de la vida, sino el sentido concreto de sus actos. Yo creo que tiene razón Witold Gombrowicz, uno de los autores más lúcidos en la expresión literaria del siglo XX: ninguna teoría tiene más que el valor de su utilidad para vivir, para mejorar la existencia individual y colectiva.

David Nihalat

Anónimo dijo...

Me sumo a lo que acaba de expresar David Nihalat: desde el comienzo del Hombre, el lenguaje ha tenido como fin la comunicación de necesidades y la solución de las mismas. En un primer estadio, necesidades primarias. En un segundo, de comunicación y de encontrar soluciones a sus interrogantes. En ello estamos todavía. Incluso el pensamiento tiene el límite del código utilizado para su desarrollo. O lo que es lo mismo. La Literatura y todas las artes aportan la Luz de lo que percibimos a través de ellas. Sin duda un mundo mejor. Con esto entraríamos en otro tema distinto al de la libertad...al que estamos llevando al callejón sin salida de todos los conceptos: palabra sobre palabra, que hubiera dicho el poeta Angel González.

Port

Anónimo dijo...

Emilio, amigo: creo que decimos lo mismo, pero quizás sea mi culpa el no haberme expresado correctamente. Somos libres de decir o hacer cuanto queramos, ¡claro que sí!, pero hemos de, "hasta cuando pensamos", que no hay momento de mayor libertad, ser lo suficientemente responsables de acatar cuanto boomerang nos llegue por la causa de ese acto realizado o expresado. En uno de mis pocos libros, en su entrada, hay dos reflexiones:
“El sano egoísmo por la buena vida: el sexo,
amor, salud y felicidad, es más propio de una
mente lúcida que la de un vicioso pecador."
"Pide, ofrece a Dios, si así te sientes bien, tu salud, tu vida, e intenta conseguir durante ella el máximo placer posible. Está bien que sea a costa de algún dios, pero nunca a costa de tu prójimo."
Eso lo llevo a fin toda mi vida.
A alguien, que le tenía y tengo mucho afecto le dije, y siempre demuestro, que es muy difícil hacerme enfadar; cuando joven practiqué defensa personal, entre ellos carate y yudo. Si alguna vez he tenido que mantener una pelea, creo que una o dos en toda mi vida, me ocurría que cuando por mis habilidades practicadas podría fácilmente con mi adversario, me ocurría que pensaba en el daño que le podía infringir si le pegaba, mientras pensaba eso, mi adversario, me daba una somanta de palos. Pues eso me ocurre en la vida real: procuro nunca enfadarme a pesar de que me intenten violentar, pues esa libertad que tengo para defenderme con palabras o hechos, puede pesarme en mi conciencia más que lo que esas personas pudieran hacerme. No me ha fallado nunca, pues a pesar de no conseguir apaciguar con ello a algunas personas en ese trance, casi siempre lo he conseguido.
Sobre lo del filtro, Emilio amigo, efectivamente ocurre, y casi siempre son personas que ocultan su identidad o procuran tomar la de otros; así es la vida. Pero ten algo en seguro: a esas, si su mente es normal, les pesará más que el filtro que te obligan a realizar.
Jonás Villarrubia

Emilio Porta dijo...

Hermosas citas las de tus libros, Jonás, con lo que demuestras, como en tus comentarios, tu nivel de pensador y ensayista. Valga tu interesante reflexión como final, por ahora, de este debate que, como todos, contiene tantas variables y permite tantas perspectivas. Es dificil conocer la Verdad, por eso yo me limito a ir andando con pequeñas y relativas verdades. Al final, el tema de la libertad es más un problema de actitud personal - como todo - que de concepto. La praxis enfrentada, mejor dicho, confrontada, con la teoría.

Unknown dijo...

La primera: La razón del ser.
La segunda: La razón del conocimiento.

La primera: basada en lo intuitivo, el entendimiento directo -intelecto- que se rige por la ley de la causalidad.

La segunda: basada en los conceptos abstractos, abstraídos de aquella intuición, para poder utilizarlos, aplicarlos y manipularlos a nuestro antojo. ¡Ah, los conceptos! con sus esferas correspondientes; es decir, totalmente relativos, subjetivos.

La libertad: ¿Que significa exactamente?, nadie lo sabe.

Para mi, no hay duda. La libertad -tal como yo la entiendo-, no existe en este mundo.

Nacer, existir, morir. Todo se rige -visto, desde mi prisma-, por una sola palabra, y su significado;

CONDICIONAMIENTO.

Lo anteriormente escrito, solo son conceptos, solo es la forma de expresar un sentimiento; por lo tanto, es subjetivo; eso sí, se basa en mi intuición. Pero, si está intuición, la hiciera suya alguien; sin haberla percibido directamente, para esa persona, este conocimiento sería reflexivo, por lo cual no estaría basado en su intuición.

Saludos a todos.
Francisco

Emilio Porta dijo...

Como vemos el tema sigue abierto. No de otra forma podría ser, puesto que ningún debate basado en la "razón teórica" se puede cerrar. Es evidente que nos movemos en el terreno de las ideas y, desde las primeras teorías filosóficas se ha debatido el tema de la libertad del Hombre. Al final llegamos a propuestas "relativistas" como concepción más generalizada, y a elementos empirícos que llevan a actitudes personales a partir de la valoracíón hecha por la ciencia y la biología de lo que es el ser humano. Interesante aportación, Francisco. Curiosamente se considera la "intuición" como un elemento no reflexivo...lo que ocurre es que lo "intuitivo" siempre tiene un conocimiento previo acumulado, las impresiones grabadas en el cerebro a través de todas las experiencias acumuladas, el conocimiento individual, en suma...que es lo "aprehendido" desde conocimiento general de la especie.
Un saludo.

Unknown dijo...

Hola Emilio, lo primero quiero expresarte mi admiración.
Tengo claro (y en mi vida tengo pocas cosas claras), que eres un gran erudito. He llegado a esta conclusión, no, de forma inconsciente; todo lo contrario, solo hay que seguir tus aportaciones, para darse cuenta de ello.
Hay dos cosas en la vida (humana) que sobresalen de todas las demás; yo las llamo "las dos eses", a saber: salud y sabiduría. Y, normalmente las dos suelen ir de la mano.
Por otro lado, no comparto tu idea sobre la Intuición; dices: "lo que ocurre es que lo "intuitivo" siempre tiene un conocimiento previo acumulado", y, luego hablas de "aprehender". Yo creo que -aprehender y conocimiento acumulado- no son términos compatibles, mas bien todo lo contrario. A saber, aprehender: asimilar inmediatamente.
Todos nuestros actos, son simples movimientos y, como tales, se rigen por la ley de causalidad. Lo que ocurre, que en este caso; la causa, se denomina motivo. Las palabras, "no mueven ficha", solo los hechos; y éstos últimos, se pueden llevar a cabo de forma inmediata, lo que yo llamo de forma intuitiva, es decir: sin mediar reflexión alguna. Eso sí, guiados por una gran intuición; ósea, sin conocimiento "reflexivo" previo. Por lo tanto, no se ven condicionados por el.
Un ejemplo simple, de mi anterior exposición, podría ser el siguiente:
Veo un montón de cosas, y necesito solo dos de ellas. No tengo por qué saber nada -en absoluto- sobre números-matemáticas, para coger las dos cosas que necesito, y rechazar el resto.
En fin, Emilio, nos movemos en el terreno de los conceptos; ¡que terreno tan resbaladizo!.
Emilio, se aprende mucho conversando contigo; de ahí, "se intuye", la primera reflexión de este comentario.

Saludos.
Francisco

Emilio Porta dijo...

Bueno, Francisco, este es el comienzo de una relación, sin duda, amistosa. Intercambio de ideas y opiniones, siempre frúctifera para las partes, nosotros, y supongo que alguien más que lea el blog, si le parece que este diálogo aporta algo. Tus afirmaciones son realmente interesantes y...podríamos discutir algunas vertientes, pero sería como sacar punta al mismo lápiz por los extremos...y lo importante es el lápiz...y que pinte, como me decían de pequeño en el colegio. El lápiz, compartido, sin duda, pinta bien.
Un abrazo.

Port

(De todas formas no olvides una cosa: todo "acto" humano, es decir, cuando interviene la voluntad para la acción, tiene un pensamiento previo o simúltáneo. Sólo los "actos reflejos" parece que no cumplieran esta premisa. Pero cuando hablamos de "conducta humana" el pensamiento es consustancial a ella. Y la intuición - que parece meramente "animal" - supongo que parte, como te decía, de unos "conocimientos" previos impresos en la genética de la especie. Pero estoy de acuerdo contigo en la acepción que tu empleas, esto es, sin conocimiento "reflexivo" previo. Estaríamos hablando de los elementos subconscientes que determinan, a veces, determinados actos. Pero no deja de ser "conocimiento", no aprehendido en el momento, pero si "aprendido" previamente, incluso grabado en nuestro genoma. No se si me explico o lo he liado más...)
Un abrazo.

Unknown dijo...

Releyendo mi mensaje, me digo: ¡cáspita!, a que vendría mi "mención anatómica" en el tema que nos incumbe. En fin, pido disculpas, pero de un ignorante no se puede pedir mucho.
Entre tanto, volviendo al tema en cuestión, has sacado a colación, un concepto trascendental para mi; léase, la voluntad humana. Mi "gurú filosófico", si se puede expresar así, es Arthur Schopenhauer; toda su obra filosófica está muy en consonancia con mi forma de entender la totalidad.
Estoy contigo, seguir sacando punta a este lápiz no tiene mayor sentido.
Que razón tienes cuando hablas de "intuición meramente animal". Cuando pienso en los animales, solo condicionados por la necesidad "real" del presente y su entorno... algunas veces, que envidia me dan.
No son como los humanos, que nos vemos condicionados por un montón de "basura reflexiva", en demasiadas ocasiones. Y, como tales, pertenecientes al pasado, al futuro y al conocimiento adquirido de segunda mano. Como todos sabemos, lo único consustancial a la existencia es el presente.

Es un honor, que me consideres tu amigo. Tu frase me trajo a la mente, el final de aquella película tan entrañable, Casablanca. Intentaré estar a la altura, y corresponder en lo que pueda.

Un abrazo.

Paco

Anónimo dijo...

Pues ahí estamos, Paco. Ya veo que a los dos nos gusta el cine. Un abrazo.

Port