sábado, 29 de agosto de 2009

EXORCISMO EN IRLANDA, por David Nihalat

Mi amigo David Nihalat da cursos de Lengua y Literatura Españolas en la Universidad de Adelaida, en Australia, donde reside habitualmente. Dado que él no pertenece a Escritores en Red, me ha pedido que le ceda un espacio en mi blog para poner su relato. Un relato que, de alguna forma, sigue a la entrada que hice hace unos días con el anterior mío, donde se explica la inquina - salvada ahora por Nihalat - que su tio Zenón le tiene a la niña.

Port

EXORCISMO EN IRLANDA

El padre O´Connor, ante la insistencia de Susy, la prima mayor de Elvirita, le volvió a repetir: “Susan, sorry, I can´t do it, she is out of my territory..I need an order of the Bishop to act…Exorcism can not be exerted without that order…”.
O´Connor era un viejo cura irlandés, afincado en una parroquia de las afueras de Killarney, que, según se contaba, había realizado exorcismos milagrosos con las más empecinadas endemoniadas de aquellas tierras. Susan había recibido carta de su padre, Zenón, sobre el extraño caso de la niña y había decidido, pese a no ser creyente, apelar a la fuerza de la sugestión y al viejo exorcista para salvar a Elvira. Sabía que su padre tenía dinero y, pasado ya el enfado de lo del Sporting de Gijón - aquella tarde en que por culpa, vaya Ud. a saber si de la niña o de qué, no fue capaz de vencer al Zaragoza y bajó a Segunda - podía pagarle el billete a España al anciano para que intentara sacar al demonio - o cualquier otro extraño espíritu - de su alma.
Pero el padre O´Connor se resistía. Era ya mayor y no se atrevía a actuar sin la aprobación de las autoridades eclesiásticas de su diócesis. Tampoco le apetecía mucho viajar en avión, pues pensaba que, más cerca ya del cielo, a lo mejor el Señor le llamaba y le decía: "Ya que pasas por aquí, quédate.” Y, realmente, no estaba muy seguro de que el Paraíso fuera más apetecible que la dulce campiña de su amada Eire.
El caso es que no aceptó. Y Susana decidió poner en marcha un plan alternativo: traería a Elvira a su casa, aprovechando el verano y, con el pretexto de que aprendiera inglés – el que se habla en Irlanda es de los más exactos – la tendría con ella una temporada y así, una vez en su territorio, el padre O´Connor podría ejercer su ministerio.
Así ocurrió. Era junio y aún faltaban unos meses para la fecha fatídica con la que el autor primero de esta historia había amenazado. Y Elvira madre llegó a Irlanda con Elvira hija, sin saber muy bien la razón final de la invitación de su sobrina. Le sorprendió que, un buen día, su hermano Zenón llegara y le dijera: “Toma, ahí tienes un sobre con dos billetes de Iberia para Dublin. Cogeís una maletita, un poco de ropa - llévate eso si, una rebeca porque allí hace fresco - y os vais a visitar a Susy, que está loca por veros. Y mira, aunque la niña es rarita, y nunca le he gustado, es la verdad, tu eres mi hermana y...yo no tengo problemas de dinero y no quiero discutir con mi hija”.
Elvira estaba acostumbrada a no contrariar a su hermano mayor y, al fin y al cabo, cambiar de aires y descansar también le vendría bien a ella, así que hizo lo que su hermano le decía y se embarcó en la pequeña aventura del viaje.
Cuando llegaron a Dublín, Susana les esperaba. Tomaron un tren hacia Killarney y no hablaron mucho de las verdaderas intenciones de Susy. Así pasaron varios días, descansando, haciendo turismo, hablando… Pero, al cabo de una semana, Susy le espetó a Elvira: “Mira, tía, lo se todo…lo del colegio, lo de la maestra, lo que está ocurriendo…y, sobre todo, temo lo que pueda ocurrir. Así que, por favor, no digas nada, y deja que me lleve a Elvirita una tarde a ver a un hombre sabio que la va a salvar”. Elvira, acostumbrada a aceptar el criterio de los otros, volvió a asentir.
De esta forma, al día siguiente, Susy cogió de la mano a la niña y se presentó en la parroquia delante del padre O´Connor. “This is Elv….”. Pero no pudo terminar la frase. Cuando iba a presentarle a su prima, el anciano sacerdote se desplomó, y, en perfecto castellano, un idioma del que no sabía una palabra, exclamó: “Oh, Dios mío, no, otra vez, otra vez no…¡ Cuando te convencerás de que mis estúpidos juegos de magia no valen contra Ella !
Elvirita, sonriendo, se volvíó hacia Susy y le dijo: “Primita, te has pasado de lista conmigo. Dicen que los demonios hacen que los poseídos por ellos hablen en lenguas extranjeras…Pobre Padre O´Connor…ya me contarás que hacemos con él ahora”.

David Nihalat

12 comentarios:

Emilio Porta dijo...

Tal y como me pides, David, hago. Ya está publicado. Ya hay algun precedente con un magnífico relato, de Manuel Martinez-Carrasco, de publicación, directamente, fuera de la página de acogida del webmaster, Santiago Solano. Me ha divertido el juego iconoclasta que has seguido y, una vez mas, que coincidas conmigo, de un modo irónico, en el ataque (en realidad es una defensa contra todo lo que nos han imbuido algunos estamentos) a la superstición. Mejor hacerlo con sentido del humor, ¿no?.

Anónimo dijo...

Vaya, parece que mi comentario sobre la película y mi broma sobre como había aprendido español, no sólo no han impedido que el tema se toque literariamente, sino que parece que ha provocado a David Nihalat. En cualquier caso mi pelicula es mucho más seria. Y, bueno, batió records de taquilla. Veremos vosotros. Me alegraría mucho. en cualquier caso, del éxito de esta aventura, ya tan universal.

William Friedkin, realizador cinematográfico de "El exorcista"

Pilar dijo...

Emilio, he vuelto a mi pasado más cercano para leer tu comentario. Muchas gracias por compartir tu poema de la ventana. Tienes toda la razón, este pequeño mundo en el que compartimos nuestras cosas es estupendo.
Valoro mucho que estés cerca y que me animes. Gracias :)

Mari Carmen dijo...

Has conseguido que me apene más por el pobre padre O´Connor que por Elvirita.
Que mala suerte ha tenido el venerable anciano. Ha declinado un viaje a la cálida España, por miedo al que el Señor, le llamara por transitar cerca del cielo en avión, para verse al final con él.
¿No somos dueños de nuestro destino? ¿Es una mentira el libre albedrío?

Emilio Porta dijo...

Mari Carmen, ya sabes, todo es verdad o es mentira segun el color del cristal...pero los cristales de nieve que compartimos en nuestras escapadas literarias, tanto en ESCRITORES DE RED (por cierto, nos encantaría que fueras miembro de hecho - y derechos - de la Asociación, igual que Alicia, claro, nuestra portadora de la varita mágica que nos ha hecho conocernos a todos) como en "la nieve" (lanieve.ning.com) seguro que se solidifican...En fin, que el Padre O´Connor descanse en paz - bueno, al final se quedó en un susto, yo creo que no murió, pero eso queda en el misterio del relato - y tú que sigas colaborando tan acertada e ilusionantemente como lo haces en estas páginas.
Un abrazo.

Emilio Porta dijo...

Gracias Pilar. Todos te quieren en la Blogsfera, eso parece. Algo tendrá el agua cuando la bendicen, dice el proverbio. Y parece también que eres una buena caminante. Pues, ánimo, sigue llegando a tus lugares deseados con las palabras.
Las colocas muy bien. Y, a veces, no son sólo palabras.

Alicia dijo...

Este relato me gusta porque abre otra puerta para para entrar en ese mundo interior y oscuro de la niña. Es por lo que voy a pasar de puntillas por los asuntos de la iglesia.
Voy a centrarme en la madre, la mujer sumisa de este relato.Las frases "Elvira estaba acostumbrada a no contrariar a su hermano mayor" y "Elvira, acostumbrada a aceptar el criterio de los otros" lo demuestran.
Hasta ahora preocupados de salvar a Elvira por métodos varios, poco habiamos profundizado en la personalidad de su madre. Ya apareció con caracter débil en el relato "Testamento salvador" pues no huyó de una situación de maltrato. Poco más sabemos de ella aparte de que fue atropellada. Igual convendría profundizar en el alma de la madre y se pondría algo de luz en la senda sin rumbo de la niña.
Un abrazo

Alicia dijo...

Perdón Manuel, se me había olvidado que en tu relato de título "Elvira" también aparecía sumergida en un mundo cruel, antes de morir. Olvidé tu frase "No es aquella a la que pegaban y callaba. Ahora es un ser de luz"
que aparece en tú relato.
Otro abrazo.

Emilio Porta dijo...

Alicia...siempre encuentras algo en los textos que nos permite reflexionar y ver nuevas vías...Eso es lo que Santiago entiende como interacción y, como ya sabes que es un visionario, ha sabido meternos en esto y nos ha conectado de forma tan misteriosa como lúcida...Éramos los que éramos...pero entraste tú y empezaste a ocupar - mira las entradas que tienes en tus comentarios...- un lugar preferente, con fuerza centrípeta y centrífuga, que nos lleva a ver cosas muy interesantes, incluso a los propios autores...Fíjate, no lo había pensado del todo...Pero la sumisión, la aceptación de todo como irrefutable e inevitable, puede llevar, no sólo al desaliento, sino a la destrucción, en este caso la psiquica. Elvira madre, si no se rebela o cambia, terminará siendo un personaje del coro, como hasta ahora. Creo que tu eres la indicada para, como tu dices, no pasar de puntillas sobre ella. Ya lo has hecho. Y, como sabes, ya no hay límite para las aportaciones de cada autor. Fíjate, hasta se queda quieta a la espera de que Susan, Susana, Susy...vuelva con la niña de su visita al padre O´Connor. Te invito a que hables del regreso. Una gran escritora como tu, seguro que encuentra un hilo conductor o una visión nueva. A mi me tienta. Pero me tienta más que sea una mujer, y concretamente tú, la que lo haga. Anda, dáme ese capricho, descubridora, empieza a hablar de ella. Aunque sea de vuelta a casa después del viaje a Irlanda.
Un abrazo.

Emilio Porta dijo...

Sí, Alicia, por supuesto. Pero el relato de Manuel es un tema distinto. En si mismo es una obra completa y esférica, totalizadora, aunque seguro que nos sorprende con alguna otra interacción, con los demás o con su impresionante mente creadora. En su momento ya dije lo que pensaba de su relato primero y en la página de Javier, el subidón que me dió su iconoclastia, el sentido culto y como dice el mismo Javier, arrabalero, lúdico y rompedor de su escrito segundo. Lo que yo te propongo no es una solución, sino el desarrollo de un relato con Elvira madre como personaje principal y único. Una reflexión sobre su vida, su transcurso, sus pensamientos, su modo de ver a su hija y el mundo. Lo dicho. Te cedo mi palabra. La de David, mejor dicho.
Besos.

Alicia dijo...

Emilio, dame tiempo, lo intentaré.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

¿Qué es eso de que el Sporting de Gijón bajó hace unos años a Segunda por culpa de una niña...? A ver, a ver, ya me pareció ver algo raro aquella tarde que jugamos contra el Zaragoza y empatamos sin goles, en el último partido, descendiendo por un punto...Dénme más datos porque todo este asunto, al que Uds. parece que le dan poca importancia, la tiene. Y mucha. Porque con una afición como la del Sporting no se juega. Ni brujos, ni santeros, ni mentalistas...y menos una mocosa con poderes...y mas siendo su tio socio del equipo.
Ya recibirán noticas...todo el grupo...ya que no se a ciencia cierta de donde ha salido todo esto...

Benedicto Arango Ortiz,
ex-presidente del Sporting de Gijón y actual directivo.