martes, 30 de octubre de 2012


      EL VIAJE DE LAS FOTOS Y LAS PALABRAS


      Cuando era pequeño me enseñaron a rezar. Era algo bonito, porque entrañaba deseos de algún bien para mí y para los que quería. Yo he rezado, a mi manera, lanzando pensamientos y sensaciones al aire, en los monasterios y en las iglesias pequeñas, también en alguna catedral, alguna ermita. No creo en nada de esas cosas, pero es como si hablara a las estrellas, a las fuerzas cósmicas y mágicas. Ya no lo hago directamente a Dios, no es posible hablar a alguien tan descuidado e inexistente como persona. Pero hablo en silencio a los misterios. 


       Las oraciones partían siempre del desastre. De este valle inundado de lágrimas. Y, seguramente, muchas de ellas han llenado los mares. Sin embargo, a pesar del cansancio y el frío del invierno, siempre quedan pequeñas islas de esperanza y paz asentadas en la memoria y en la conciencia de que el sol sale después.Y en la certeza de que también hay lluvia y niebla buenas y el gris puede ser un maravilloso color.

      La Literatura ha sido, durante prácticamente toda mi existencia, plataforma y refugio constante. Por eso compartirla con quienes caminan del mismo modo, y perciben y sienten la misma atmósfera, hace circular la sangre cuando se detiene por circunstancias inesperadas de la vida. 

      A veces pongo también fotos a las palabras, faros de luz que acompañan los surcos labrados en el tiempo.Todo ello hace que aunque, en alguna ocasión, caminar sea complejo y difícil, podamos continuar el viaje y llegar a lugares donde nada se nos puede quitar.

13 comentarios:

Emilio Porta dijo...

La Literatura sirve para caminar. Para descubrir y descubrirnos. Es una compañera que empuja el conocimiento y nos permite que la palabra no sea solamente un bien de utilidad, sino también un punto de apoyo. Decía Cortázar, además, que, al final de la vida solo queda un álbum de fotos, de instantes fijos. Ya sé que he repetido esta frase muchas veces. Pero creo que es una gran verdad. Acompañar las palabras de esas fotos hace que el camino y las estancias no se pierdan en el olvido. Que, al final, será el destino de todos...Pero mientras, anclemos un poco las estancias y démosles el suficiente valor para continuar y encontrar el sentido del viaje.

Alejandro Pérez García dijo...

Querido Emilio:

El peso del tiempo nos hace pensar lo que no imaginamos cuando estrenábamos el primer calendario. Después de muchos almanaques, estamos vivos y evolucionamos. Por eso, lo que ayer nos parecía extraordinario, hoy se nos antoja que no sirve, y viceversa. En algún recodo del camino hemos pedido ayuda para subir la cuesta, no importa a quién ni cómo. Lo importante es que sepamos dar las gracias a quien nos hizo la marcha placentera, después de librarnos de estorbos y tormentas. También podemos reconocernos, ¿por qué no?, a nosotros mismos el bien que nos hacemos favoreciendo a los demás. Ese es el sol de la vida, Emilio. El sol en el que debemos confiar porque sale cada mañana, aunque no le veamos porque esté cubierto de ese gris que nos sirven las nubes con sus figuras sugerentes, caprichosas, que se convierten en poesía para quienes miran con ojos de ilusión, para quienes –casi como tú dices- construyen imágenes con palabras y ponen palabras a las imágenes, para que todo tenga más luz y brillen las rutas del destino. Del mejor destino que, en buena medida, se parecerá mucho al que siempre hemos deseado.

Gracias por hacernos hurgar en los recovecos de los adentros profundos.

Un abrazo fuerte, de los más grandes.

Alex

Emilio Porta dijo...

Querido Alex: tú también eres de palabras escritas y de fotos, por eso compartimos el camino de la Literatura. Y también de la vida. Nuestra amistad es sólida, y ya dura. Vamos a seguir así, si el tiempo no lo impide. Que espero que no lo impida en muchos años.
Los dos hablamos el mismo lenguaje y eso nos une. Luego, el afecto se va acumulando. Gracias por tu comentario, tan lleno de tu pensamiento. Y del mio.
Un abrazo grande y fuerte también.

Yolanda dijo...

"continuar el viaje y llegar a lugares donde nada se nos puede quitar". ¡Qué bonitas palabras! Lo más importante es ser uno mismo, da lo mismo el camino que escojas. Para los que escribimos, la literatura es la esencia, lo que nos hacer sentirnos bien cada día, pero para otras personas esa esencia puede estar en otra parte, el caso es encontrarla y no dejarla marchar. Desde luego que es un lujo y una satisfacción poder encontrar con quién compartir algo que día a día nos hace ser más nosotros.

Emilio Porta dijo...

Me encanta que hayas compartido la esencia de lo escrito, Yolanda, que está a lo largo de todo el texto, pero, sobre todo, en ese final que has remarcado. Nadie nos puede quitar la libertad interior. Miguel Hernández lo dijo muy bien en un poema escrito cuando estaba en la cárcel, un poema de Romancero y Cancionero de Ausencias. Para esa libertad no hay barrotes. Gracias por tu comentario y por acercarte a mi blog.

carmen fabre dijo...

"Hablo en silencio a los misterios.."

Hay tanta profundidad en esta frase, Emilio.

Un abrazo y gracias por este texto.

Emilio Porta dijo...

Gracias a ti, Carmen, por compartirlo. Y gracias por resaltar esa frase, tan cercana a mi y creo que a tantos que supongo que tenemos una cierta sensibilidad ante la vida y todo lo que nos envuelve y desconocemos. Otro abrazo para ti.

Jesús Arroyo dijo...

Emilio:
Y yo que comencé, como tú, a rezar por educación familiar y luego por educación escolar y tras estos rezos, porque los propios curas del colegio me daban a elegir una hora de estudio cada tarde o una hora de misa a misma hora... A ellos les debo que ahora le rece al hombre, al destino con el verso de poetas diferentes. Gracias por ello a estos "padres y hermanos de la nada" y a ti por recordarme que tras años de internado les debo mi amor a casitodo lo que no sea religioso e impuesto.

Emilio Porta dijo...

"A ellos les debo que ahora le rece al hombre, al destino con el verso de poetas diferentes. Gracias por ello a estos "padres y hermanos de la nada" y a ti por recordarme que tras años de internado les debo mi amor a casi todo lo que no sea religioso e impuesto"
Hermosas palabras, Jesús, porque somos también producto de nuestra historia, además de nuestra genética, que influye, y ello nos hace conocer y reconocer y evitar los dogmatismos. Yo me sigo sintiendo bien en el silencio de un templo, sea católico o budista, y no puedo renegar de las propias contradicciones de la historia, porque somos una realidad dialéctica, por dentro y por fuera. Me ha encantado que compartieras la entrada...y la entendieras tan bien. Un fuerte abrazo, querido amigo.

Mila Aumente dijo...

¡Otra vez Noviembre! Y,como cada año, rebosando de misterio y melancolía. Sí,Emilio, si no fuera por esas excursiones, sin destino premeditado, que todos los que soñamos despiertos llevamos a cabo, el verdadero viaje de la vida,a la mayoría, se nos haría demasiado cuesta arriba. Los últimos acontecimientos en el mundo y, sin ir muy lejos, en Madrid, mi tierra, hacen que descienda el ánimo de cualquiera.
He disfrutado leyendo tan entrañable texto, no solo por la realidad que encuentro en sus palabras, sino por tu particular manera de expresarlas, algo que te hace único.
Un abrazo de admiración y cariño.

Emilio Porta dijo...

Noviembre, misterio y melancolía. Buena definición en dos palabras de un mes extraño, Noviembre. Nunca ha sido de mis meses favoritos, curiosamente, por razones especiales de sucesos ocurridos y sus festividades, que no lo son, salvo en México, donde se celebra a los muertos con la vida. Aquí esos días siempre conllevan un poco de tristeza. Noviembre, además, es un mes en el que nos cambian la hora sin consultarnos, que descentra lo poco que has centrado en septiembre y octubre y que suele tener mal clima. En fin, lo estoy poniendo realmente mal. El misterio, sí, mira eso sí lo tiene. Quizás porque asociamos misterio a nieblas, y noviembre, en algunas latitudes, tiene muchas. Y luego que empieza por NO...y a mi me gustan poco las prohibiciones y lo negativo.
Sin embargo tu texto me ha gustado y acompañado mucho, Mila. Ha quitado frialdad al mes y ha puesto un poco de calidez sobre él. Gracias por escribirlo y por lo que dices en él :-)

Mila Aumente dijo...

¡¡Estamos buenos!! A mí,todos los Noviembres me revuelven viejas emociones y me asaltan otras nuevas.Se pasean por mi cabeza múltiples incógnitas hasta formar una especie de caos que me deja impasible, apática. Es una sensación extraña, que no suele sucederme en el resto de los meses del año. Quizá tenga algo que ver que nací un veintiséis de Noviembre (casi no me acuerdo de que año, jajaja). En fin, Emilio, espero y deseo que este estado, tan mío, que me acompaña sea pasajero y que pronto me visite una catarsis cerebral para poder pensar en positivo:Las personas alegres y optimistas transmiten alegría y buenas vibraciones... En esa tarea estoy. Un besito.

Emilio Porta dijo...

Sí, es un mes rarito, Mila...Yo no sé muy bien a veces a qué atenerme con él...
Aunque también es un mes que da sorpresas, un mes que se escapa de la norma. En fin, como todo en la vida, los meses también tienen vida propia :-)