lunes, 22 de marzo de 2010

CON VOZ PROPIA

( POESÍA IV )

Acabo de recibir un artículo de Enrique Gracia para este monográfico. Una comunicación, con voz propia, que elevo a entrada por su interés y porque no todas las entradas en este debate tienen que ser mías. Cuando un escritor de la talla de Enrique decide hablar, habla en profundidad. Amén de que el debate, como se ha visto, se pueda estructurar en partes evitando que se llegue, como ocurrió en Poesía II, a pasar de cien comentarios. Asi se facilita la evolución de lo que se tiene como objetivo convertirse en libro y se permite la expansión y la extensión de las opiniones.

ARTISTA INVITADO: ENRIQUE GRACIA TRINIDAD.

Perdonarás que ande callando (¡caramba, un gerundio!) en un debate tan notable pero ya sabes que Erasmo de Rotterdam, que era un lince, decía que “la verdadera amistad llega cuando el silencio entre dos parece ameno”. Así, me es tan ameno el silencio contigo, tan cómplice que no precisa romperse para que crezca la amistad y la admiración.

Pero, en fin, comentemos.

Tienes muchísima razón en cuanto argumentas, aunque es preciso avisar de algunos peligros.

Algunos de los “nuevos poetas”, tengan la edad que tengan, están influenciados con grave dolo o más bien desinfluenciados por su falta de lecturas, por el escaso criterio al elegirlas, por la mala educación literaria recibida (hablo incluso de la universitaria) y por creer ingenuamente que la poesía que leen traducida, con el criterio snob de que lo de fuera les hace más cultos, fue creada como la ven en la traducción. Muchos de ellos están cometiendo el craso error de pensar que casi todo vale. Si además citan un poeta extranjero se sienten en el colmo de la modernidad. Se da el caso de que muchos que hablan con petulancia de Krystyna Rodowska, de Kavafis o de Ginsberg, no han leído más allá de un soneto de Lope de Vega, desconocen el romancero castellano y son incapaces de entender a Góngora o a Quevedo porque ni se han parado a leer y a pensar.

Por eso hay muchos que desprecian la métrica — “Castilla miserable, ayer dominadora, envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.” decía Antonio Machado, harto de razón, poniendo a Castilla como paradigma de España, aunque se moleste algún catalán—. También desprecian las más sencillas normas de la eufonía y hablan pedantescamente de “su ritmo personal”, de “su aliento poético”, de “su sonido propio”, cuando en realidad carecen de ritmo, les falta el aliento y suenan a cascajo.

No hay arte sin disciplina, no hay inspiración sin transpiración. Cierto que a veces puede sonar la flauta por casualidad, pero ahora son legión los borricos que tras soplar sin saber muy bien por qué, presumen de su música asnal.

¿Estoy siendo muy duro? Pues verás:

Tú tienes razón al decir que se pueden mezclar versos pares e impares, que no hace falta evitar las rimas agudas, que la manía a los gerundios es excesiva (aunque Manrique los utilizaba con su criterio y sus medios medievales de lenguaje que ya está un poco superado ¿no?) pero abogas por conocer las técnicas, los modos, la tradición, las herramientas, para después, desde el conocimiento, buscar la forma personal que se corresponda con el mejor de los fondos. Ahí es donde tienes toda la razón y donde la mayoría de los poetas “inspirados y nada más” se estrella.

No hay pintor que de forma autodidacta o en escuela no se haya preparado, buscado ejemplos, copiado a maestros, hasta sacar de mucho esfuerzo su propia pintura.

No hay músico que no haya estudiado, con más o menos profundidad, solfeo, armonía, técnica instrumental, y escuchado y analizado miles de obras de todo tipo. Hablo de músicos, no de rascaguitarras y aporreatambores.

¡Por qué diablos tantos poetas se creen que con no ser analfabetos y haber leído un poco a Bécquer ya son escritores y sus poemas deben ser publicados y celebrados!

También tienes razón cuando dices que hay que “dejarse de clasificaciones y de corsés literarios y entrar en el fondo del contenido”, y también cuando añades con prudencia suma: “y en el fondo de la forma”. ¡Claro! ese es, creo el auténtico secreto que no por dicho a voces se acepta y se cumple siempre: Hay que decir algo y decirlo de una buena manera. Hay pocos poetas que, como haces tú siempre, enarbolen el pensamiento en su poesía. Las más de las veces se hacen jueguecitos de artificio más o menos poéticos en el aspecto, ejercicios de visualización del propio ombligo, enamoramientos y desenamoramientos repetidos hasta el aburrimiento, palabrería supuestamente poética que no deja de estar mil veces oída.

No se trata ya de la forma que decíamos, sino del fondo que no sé qué es peor. Cuando no se sabe qué decir es mejor no decirlo y cuando no se ve que lo que se dice no tiene maldito el interés es porque los malos colegas han aplaudido para que luego les aplaudan a ellos, y nadie ha sido capaz de decir por ahí no, amigo, que no vas a ningún lado.

Hay que remitirse siempre a aquella respuesta burlona que dio el poeta peruano Ricardo Palma a un mozo que le pedía consejos para hacer “siquiera una oda chapucera”:

“... Es preciso no estar en sus cabales
para que un hombre aspire a ser poeta,
pero, en fin, es sencilla la receta.
Forme usted líneas de medidas iguales,
luego en fila las junta
poniendo consonantes en la punta.
-¿Y en el medio? -¿En el medio? ¡Ese es el cuento!
Hay que poner talento.”

Y por si fuera poco, luego están los “oscuros”. Esos poetastros que se piensan que hay que hacer el Góngora y ponerse lo más difíciles posible, tanto que ni ellos se enteran (Góngora sí se enteraba porque era culto e inteligente) Estos no, estos se las dan de poetas esenciales y no hacen más que recordarme aquella décima genial de Jacinto Alonso Maluenda que se titulaba “Epitafio a un poeta culto” y que dice:

Yace aquí un versificante,
que con lenguaje no terso,
gastaba en todo su verso
candor, sandalia y brillante.
En lo claro fue ignorante,
lo culto tuvo por guía,
entre confusión vivía,
tanto, que fue en tal abismo
tan obscuro, que aun él mismo
no entendió lo que escribía.

Cierto que no es preciso que la poesía tenga que ser vulgar de tan clara. Que no hay por qué descender a niveles ordinarios, pero todo tiene su punto y ahí está la dificultad. Siempre recuerdo también lo que dijo Alberti:

“Poeta, por ser claros no se es mejor poeta.
Por ser oscuro, poeta -no lo olvides-, tampoco”.

Y es que los maestros no dejan de enseñarnos, aunque ahora se desprecien y lo importante sea conocer de paso y mal a algún extranjero de moda y despreciar a quienes han creado con buenas obras nuestra lengua.

Voy terminando.

Tienes muchísima razón cuando hablas de la poesía como “creadora y liberadora del alma y la mente del Hombre y, por tanto, base permanente de la evolución del conocimiento”

Y tanta o más razón cuando insistes en que, aunque nos acerque al infinito, es un producto del lenguaje, un modo de expresión literaria, nada ajeno a los géneros.

Eso te va a indisponer, si es que se enteran al leerlo, con los empeñados en que la poesía es sentimiento sobre todo y por eso, cualquier regüeldo sentimental repetido hasta la saciedad es poético. Se te van a poner de uñas los que defienden el automatismo sin reflexión, la maldita inspiración sin trabajo previo y posterior. Te llamarán, o nos llamarán pedantes a los que, sin desdeñar emoción y sentimiento, insistimos en que la poesía se hace con palabras, con lenguaje, con observación voluntariosa de lo exterior y lo interior hasta que el poema —la obra de arte a fin de cuentas, el artificio...— se va configurando.

Con todo esto que tú dices y corroboro, la cuestión de la forma empieza a palidecer aunque yo quisiera que no lo hiciese tanto que la poesía resultase un regalo exquisito envuelto en un papel tal malo y tal detestable que nadie quisiese abrirlo.

Creo que ambos defendemos el trabajo de las ideas, la inteligencia puesta al servicio de esas ideas a través del lenguaje... Y eso no les interesa a los que manejan mal el lenguaje, andan flacos de ideas, cortos de lecturas, miran más a su ombligo que al mundo, y la vanidad los deja alicortados.

Insisto en citar a mis maestros, nada soy sin ellos, que siempre me dan pie cuando me pongo ante en teclado. Me refiero ahora, y termino, a esa vanidad de la que acabo de hablar. Por supuesto que debo incluirme. Todos somos vanidosos más o menos. No se puede ser creador sin esa pizca de vanidad —orgullo a veces— que sustenta el atrevimiento de poner sobre el papel nuestras palabras esperando que tengan el beneplácito de algún lector. Lo que ocurre —y este es el colmo de mi propia vanidad— es que a veces te preguntas ¿de qué diablos, se envanece este? ¿hay algo más irrisorio que la estupidez pretenciosa? Malos son estos tiempos, se dice, para la lírica, pero también lo son para la simple inteligencia. Tiempos de escaparate y de muestrario, de ignorancia lucida en las pantallas de los televisores y hasta en los estrados de tertulias, ateneos y universidades. Tan malos tiempos como lo han sido casi siempre; y si no, véase la cita de la Soledades de Lope de Vega, siempre tan certero, que es con la que ut supra dije que quería insistir:

“O sabe naturaleza
más que supo en este tiempo,
o tantos que nacen sabios
es porque lo dicen ellos.”

Como verás, amigo mío, todo esto y mucho más que podíamos seguir comentando no entra en los comentarios necesariamente rápidos que se hacen en las entradas de los blogs. Lo siento... o tal vez no lo siento. Con decírtelo a ti ya basta. ¿Que lo sepan otros? Pues no sé qué decirte. Ya lo pondremos mejor escrito y revisado en algún sitio, o no. En todo caso, si yo aprendiera a escribir mejor no habría necesitado tanto espacio para explicarme.

Mi mejor y más cómplice abrazo.

Enrique Gracia

63 comentarios:

Emilio Porta dijo...

Ahora los lectores saben lo que es bueno...dicho en el doble sentido de la frase. Porque la entrada de Enrique nos habla con claridad. En lo esencial estamos tan de acuerdo que poco más tengo yo que añadir...sólo esto: leámos atentamente. En lo períferico, como esas pequeñas alegaciones sobre la vanidad entraríamos en otro punto de debate: la necesidad de afirmación del "yo" para escribir, para crear...y la necesidad tambíén de superación del "ego" en la relación social pues nada añade al trabajo y si resta al valor personal. Pero eso es otra historia. Hay tanto que comentar a partir de este erudito artículo (aunque lo envie en forma de comunicación personal al antólogo y amigo) que no me extiendo más. Os dejo, compañeros, el campo libre. Encantado de alojarte, Enrique.

Anónimo dijo...

Evidentemente tengo mi opinión respecto a lo leído. Sin embargo no me voy a manifestar, ya que considero que lo que yo piense sobre ello carecería de interés para la gran mayoría.

Un abrazo y mi admiración para los dos.

Mila

Anónimo dijo...

Ya sabes, ya sabeís todos, que me gusta profundizar en algunas de las cosas que se dicen en los textos. Y en el texto de Enrique hay mucha tela que cortar. Es evidente que pocas cosas en la vida son objetivas, pero algunas de las cosas dichas son tan evidentes, y tan necesarias de ser asumidas en nuestro oficio, que más nos valdría, a todos, reflexionar sobre ellas. Un tema que saca a colación es la "osadía" que a veces tenemos al juzgar nuestros trabajos o creaciones. Nos creemos que sólo existe lo que nosotros hacemos. Y esa es la primera y ridícula gran falacia, porque es infinitamente más lo que ignoramos que lo que conocemos.

Hay algo fundamental: al menos, hay que conocer un poco de lo escrito ahora y antes... pues para que el juicio critico se forme hay que "aprehender" el conocimiento del otro, de los otros. Por eso me encanta reproducir este párrafo de la entrada de Enrique:
“Castilla miserable, ayer dominadora, envuelta en sus andrajos, desprecia cuanto ignora” decía Antonio Machado, harto de razón, poniendo a Castilla como paradigma de España, aunque se moleste algún catalán. Muchos también desprecian las más sencillas normas de la eufonía y hablan pedantescamente de “su ritmo personal”, de “su aliento poético”, de “su sonido propio”, cuando en realidad carecen de ritmo, les falta el aliento, y suenan a cascajo.

Hasta aquí sus palabras. Quiero decir que lo de algún catalán - lo se a ciencia cierta porque tenemos, ambos, grandes amigos catalanes que, además, escriben primeramente en castellano, como es el caso de Montserrat Cano - se refiere a la excepción, no a la regla. Bueno pues... estas palabras me parecen tan claras y directas que es dificil que puedan ser rebatidas.!Dios bendito...si ni siquiera conocemos una millonésima parte de lo escrito en nuestro propio idioma! Imaginaros lo que hay escrito, no sólo en inglés, francés, alemán, ruso...sino en los cientos de lenguas hoy en uso...y no digamos en antiguos idiomas con el chino y sus múltiples variantes, el mismo árabe, el griego... en fin...ese es uno de los grandes problemas: pensar que "lo nuestro" es único, que es una aportación especial y original, digna de ser reconocida universalmente. Y, pensar, además, que el planeta tiene la obligación o la necesidad de pararse a escucharnos.

Todo esto enlaza con lo que apuntaba en el comentario adyacente sobre el "ego". Contaré una escena de una obra teatral que ví, hace años, en la Sala Cuarta Pared de Madrid. Un hombre con todo el escenario cubierto por una inmensa tela negra, corría asustado, desesperado, tratando de escapar de algo. Una voz en off, mientras una luz directa e intensa enfocaba su cara en medio de la oscuridad, diciendo:
"¿De qué huyes, amigo?".
Y esta era su contestación:
"Huyo de la terrible jauría de "egos" que me persigue..."

¿Humildad? Nos vendría bien. Pero sobre todo inteligencia para analizar lo que sucede - y ha sucedido - durante la propia historia del conocimiento humano.
De esta forma todos haríamos menos el rídiculo. Que no es que importe - el rídiculo - pero es innecesario. Y, sobre todo, la vida sería menos cansada y tendríamos tiempo de leer y descubrir muchas grandes obras que aún no hemos podido ni acercanos a ellas.

Port

Emilio Porta dijo...

Te has manifestado ya anteriormente, Mila. Y lo has hecho con enorme precisión e interés. Tus comentarios en esta mesa redonda están, para quien los quiera ver, en las otras partes (entradas) a esta mesa redonda. Digamos que yo, como coordinador, tengo que mantener el debate, pero no creo que todo esté dicho. Vuestros coments anteriores lo confirman. Y ahora la entrada de Enrique, que no será la última...porque todavía quedan páginas por cerrar. Asi que ya sabes donde tienes "líneas y millas por delante". Siempre eres absolutamente bienvenida, querida escritora, a mi blog, ya lo sabes. Y cuando digo mi blog digo el vuestro. Por eso no he puesto, últimamente, cosas de creación, refiero a poemas o relatos. Para que podamos, entre todos, indagar, investigar, en un tema común y que parece que es de interés general. Y gracias infinitas por tu constante apoyo.

Jesús Arroyo dijo...

¿Acaso la poesía es…?

Empieza siendo ese repentino surco que se hace en la mente donde se atropellan semillas en una idea, sin comas ni puntos, sin últimas sílabas del verso, sin métricas, sin rimas… que necesitas cultivar y que casi nunca tienes a mano la azada, el rastrillo… ¡vamos! por no tener no tienes ni el huerto preparado… así que corres, dejas a tus primos y suegros plantados (¡qué bien!), con cara de tontos y preguntándose “¿a este pirado que le ocurre?” y te tropiezas con los taburetes o con las faldas de la mesa camilla y antes de abrirte la cabeza con el pomo de la puerta encuentras un bolígrafo (que pinta, que escribe) y dejas las cuatro primeras palabras en la palma de la mano y sigues corriendo hasta el escritorio y, como siempre está en pulcro desorden, agarras la última cuartilla escrita, le das la vuelta y comienzas a darle forma… y a los cuarenta minutos te suena el móvil y es tu pareja diciéndote… “Tío, ¡¿qué pasa?!”
Pero ya tienes la tierra sembrada para darle tiempo al tiempo y comenzar a cuidar el cultivo hasta que finaliza la cosecha… ¡Ay, la poesía!

¡Ah! que no es esto, que no va de esto. Pues nada, leo todo el blog.
Osado de mí, tengo tanto que aprender…

Un saludo.

Emilio Porta dijo...

Bienvenido a mi blog, Jesús, bienvenido a la Blogsfera. Tengo de ti las mejores referencias indirectas, por la palabra de Enrique Gracia. Y ahora las mejores directas con este magnífico y creativo comentario sobre la entrada correspondiente.
Hermosa reflexión...con el mismo proceso de creación. Sí, va de esto, claro que va de esto.

Anónimo dijo...

Por cierto, ya lo sabes, pero te lo reitero, Enrique: tienes el blog a tu disposición para contestar, aumentar, rebatir... o rizar algún que otro rizo. Ya que estás a la mesa, si tienes tiempo, sírvete o pasa la fuente con la ensalada para que los invitados se sirvan...a tu gusto.

Port

Montse dijo...

Suscribo todas tus afirmaciones, Enrique, y muy especialmente las que se refieren a la falta de lectura. Es triste que muchos que se dicen escritores, lean poco más que las solapas de los libros y aún eso en diagonal... Sólo me atrevo a añadir que ningún arte es independiente de los demás ni del conocimiento general de una época concreta. Un poeta al que no le preocupe su mundo en el sentido más amplio de la palabra, tampoco será un verdadero artista porque, en el fondo, hacer poesía es relacionar unos datos con otros, interrogarse sobre la naturaleza de las cosas y acerca de las razones de los hechos. Lo mismo que hacen todas las ciencias y las artes pero desde una perspectiva diferente.
Claro que leer -leer de verdad, en serio- es apasionante pero requiere esfuerzo. Y parece que un número de poetas no está muy dispuesto a tomárselo en serio. Si se dedicaran a cualquier otra profesión, no sería demasiado grave, pero pretendiendo escribir es casi delito.
En fin, Enrique, enhorabuena por tu artículo. Y a ati también, Emilio, por tus constantes aportaciones,

Montse

Emilio Porta dijo...

Gracias, Montse, por la parte que me toca. Yo sólo trato de que los blogs nos ayuden en el camino. Te dejo con Enrique. Un beso.

Anónimo dijo...

"Ningún arte es independiente de los demás, ni del conocimiento general de una época concreta"

Gran frase, Montse Cano.
Ni tampoco del espacio físico y el entorno donde nace.

Port

Pilar dijo...

Bueno, debo decir que me he sentido tristemente aludida por este articulo. no tengo toda la idea que debería tener sobre poesía, tengo bastante cacao sobre lo que se debe o no hacer, sobre la rima, sobre la métrica. Intento aprender todo lo que puedo, leer todo lo que me permite mi tiempo, por supuesto que entre lo que leo estén los clásicos y en fin... Algún día espero hacerlo bien. De momento asumo con humildad la parte con la que me siento identificada y apoyo esa apuesta por el conocimiento de los grandes poetas como base.
Y no digo mas ( perdonad las faltas, cosas del iPod)

Emilio Porta dijo...

Pongo algunas, en mi opinión, muy buenas cosas tuyas de algunos poemas...para que no te sientas "identificada" con los que no saben. Es evidente que hay muchos que ni saben, ni podrán saber. No es tu caso. Eres joven y quieres avanzar. Es bueno que reflexiones, en cualquier caso, sobre la posibilidad de trabajar "todo el poema" una vez que el impulso lo ha creado (conozco la fórmula, te lo prometo, y se lo que es eso)...Es sólo...volverlo a mirar a la luz del que lo va a recibir...y de ti misma, haciéndote no sólo sujeto emisor, sino también receptor. Se llama ejercer la autocrítica. Y eso no significa destruirse, Pilar. Tienes muchos valores. Quiérete bien.

Y ahí va lo prometido. Autora: Pilar Martinez-Carrasco.
Estos son textos de tu blog,
no lo olvides. Para mí que merecen la pena.

"Tras la sombra de su puño,
ya no se reconoce.
A veces sale a la luz,
sonríe, se mira en el espejo,
recorre su mirada con los dedos"

"A veces soplo una respùesta
y le doy alas.
La admiro durante horas,
vuela y luego cae.
Y es que aún no he encontrado
el truco para darle
alas eternas
a mis ideas de cera"

"No sé si distingo tu boca,
borraste esa línea de trinchera.
En esta guerra perdimos, ya no te reconozco"

"Se me ha caído la magia
de entre los labios dormidos.
Todo me sabe a nada"

"En la extensa prueba de tu
ausencia, te envío mi cuerpo hecho letras.
Para mí, quiero tu voz"


Pues voz tienes...ahora sólo tienes que modularla...extenderla...y no conformarte con poner versos como estos rodeados de otros que no son como estos.

Madera hay. Trabajála. Con cariño.

Port

Enrique Gracia Trinidad (EGT) dijo...

Me comento a mí mismo. Pienso en voz alta...

“Algunos de los “nuevos poetas” escribí. Es decir, no todos. Lo malo es que ahora somos legión los que nos llamamos poetas, se ha queda corta aquella idea del soneto de Lope en que contestando a una mujer que le preguntaba cómo iban las cosas en la Corte (Madrid) terminaba diciéndole: “Y en cada calle cuatro mil poetas “
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“... craso error de pensar que casi todo vale” Eso se ve nada más abrir un libro de los muchos que publicamos cada año. Producto de la necesidad de autoestima, la vanidad a machamartillo y la total alfabetización de estos tiempos.
Se dice: “En la vida hay que tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro”. Pues no sé. Plantar un árbol puede hacerlo cualquiera (aunque luego no lo reguemos) Tener un hijo, casi cualquiera (aunque lo eduquemos mal) Escribir un libro... Eso no está al alcance de todos. Lo siento ¡y menos de poesía! Algunos insistimos y tal vez no debiéramos.
++++++++++
En lo de “no leer casi nada, citar algún extranjero y desconocer nuestros clásicos...” nada que decir. A las pruebas me remito. Leo tanta poesía como el que más y os aseguro que me falta la intemerata.
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Que todos los artistas, por lo general, trabajan los rudimentos y técnicas de su arte es de todos conocido. Que los que nos llamamos poetas muchas veces no los conocemos, también. Los rudimentos del arte no son haber ido al colegio y hasta a la universidad y saber escribir —mucho menos tener sentimientos—, algunos creen que con eso basta (aquí no me incluyo) pero están confundidos.
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José Hierro solía decir más o menos: “Cuando no tengo nada que decir, no lo digo, cuando no sé cómo hacerlo, tampoco”. Como tenía más razón que un santo, yo me aplico todo lo que puedo ese cuento. Lástima que muchos no se lo apliquen y crean que tienen que decir lo que ya está dicho hasta la saciedad y además, aunque no sepan decirlo de una buena manera, se empeñen en hacerlo. ¡Y tan contentos!
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Si el arte, la creación, la poesía por tanto, no va de la mano de la inteligencia, las buenas lecturas, el esfuerzo de la autodisciplina, la humildad de recibir críticas que sin duda nos merecemos, y la capacidad de desmontarlo todo para empezar de nuevo, más vale que nos dediquemos a otra cosa.
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Abogo por la libertad en todo, incluida la creación literaria. Pero si esa libertad se ejerce sin fundamentos sólidos, no deja de ser una salida de tono que difícilmente se sustenta. Siempre me recuerda el niñato que va en el autobús con los pies encima del asiento mientras pintarrajea los cristales. El será libre de hacer lo que quiera pero sin nos molesta a los demás, deberíamos meterle su libertad por el culo. Pues a veces abro un libro de poesía y tengo casi la misma sensación... ¿Será que me he vuelto intolerante?

Eso sí. Lo que yo intento siempre es escribir desde la libertad, aunque me duela.

Anónimo dijo...

"Ni quito ni pongo Rey, pero ayudo a mi Señor" . Quitando el concepto de pleitesía y subordinación, y añadiendo el de amigo y colega, es lo que estamos haciendo. Por cierto, la famosa frase tiene su origen en las luchas mantenidas en el siglo XIV por conseguir la Corona de Castilla y dicen que la pronunció Bertrand de Duguesclin para ayudar a otro Enrique, Enrique de Trastamara, a vencer a Pedro el Cruel en la batalla final.

El debate con las reflexiones de Enrique...Gracia sigue aumentando su interés. ¿Creando más controversía?. Ojalá también.

Port

Anónimo dijo...

“Cuando no tengo nada que decir, no lo digo, cuando no sé cómo hacerlo, tampoco” comentas, Enrique, que decía José Hierro.

El problema es no saber que no se sabe. Ese es el problema. En cualquier disciplina se nota por cualquier observador la chapuza.
En esta no, sólo por la minoría. Porque la mayoría no tiene esa capacidad crítica, ni de juicio. No es elitismo, es constatacion. Si un cantante tiene poca voz, o desafina, todos lo notan.
Si un albañil no levanta una pared a escuadra, el resultado lo ven todos. Y no digamos si un cocinero deja una comida sosa o le pone sal a una tarta en vez de azucar. En esto de las Letras no, es evidente.
La rebelión de las masas es empecinada.
Y digo yo...¿tanto prestigio nos creemos que tiene este...desprestigiado menester?. Lo tuvo, sin duda, lo tuvo. Eran los tiempos en que libro era objeto de culto, porque abría puertas a los sueños, porque enseñaba, abría caminos a través de la escritura como obra de arte. Esos tiempos ya no existen. Porque los medios de comunicación masiva los han ido destruyendo. Y yo, que soy un defensor absoluto del progreso y de estos mismos medios, tengo que que aceptar la derrota que produce esta paradoja: a mayor información asequible, menor respeto al hecho cultural, porque la pretensión de todos de "aparecer" de "destacar" es mayor. No nos engañemos: da igual publicar un libro que aparecer en Gran Hermano. El caso es decir: miradme, aquí estoy yo. La libertad tiene esto. Y la posibilidad de editar a cada vez menor coste, también. Todo el mundo tiene derecho a publicarse un libro. Pero no a llamarse escritor. Si Cesare Pavese levantara la cabeza se avérgonzaría de leer algunas cosas.
Por cierto, su libro, "El Oficio de Escritor" debería ser leído por todos los aspirantes a serlo.


David Nihalat

Anónimo dijo...

A través de mi hermana he tenido conocimiento de su blog. Veo que no es un blog donde de ponen sólo sus creaciones, sino que se habla de Literatura. Coincido con Uds., serores Porta y Gracia, en que la Poesía no deja de ser un género literario y no entiendo como puede haber gente que la considere ajena a esa característica. Yo creo que todo el problema viene de la desaforada ola de sentimientos "románticos" desatada por esa corriente, sobre todo el tardoromanticismo, que, en nuestro país, fue mal asimilado. Porque, a decir verdad, es en castellano donde más poemas de amor existen. En ninguna otra lengua hay tal cantidad de poesía amorosa, ni en francés, ni en alemán, pese a que en los países en que se utilizan estas lenguas, el movimiento romántico - de gran valor, por otro lado - tuvo gran fuerza. Pero eso fue un hecho histórico y que supuso una auténtica revolución contra la "razón" y que iba más allá de la sensiblería amorosa. Aún así, hay grandes poemas de amor en la Literatura. El problema empieza con los epígonos. Con los que identican poesía con sentimiento amoroso, sin comprender que el verso se ha utilizado a nivel épico, como crónica, como elemento de reflexión ( recordemos los grandes versos de Calderón de su obra "La Vida es Sueño") y están referidos, incluso en la poesía china, como alguien señalaba, a muy variados temas, como por ejemplo el Arte de la Guerra. La inflación - inculta inflación - y la confusión sentimiento amoroso con Poesía, llega hasta nuestros días y ha sido la puerta - terrible puerta para el lector y el amante de la buena Poesía - por la que ha entrado a la escena tantos horrendos escritores y escritoras que se llaman, como dice usted Sr. Enrique Gracia, a si mismos, poetas.
Les agradezco mucho este debate porque está poniendo las cosas en su sitio. Gracias por su atención.

Carlos Errejón.

Emilio Porta dijo...

Tiene Ud. razón, Sr. Errejón, porque, digo yo...¿qué necesidad tiene el mundo y el lector de que algunos y algunas nos martiricen con la blancura de los muslos de la amada y los crepúsculos repetidos de las miradas y los henchidos gozos de sus particulares amores? Sería bueno que dejaran esas "inefables" sensaciones para sus diarios particulares y que no las dieran a imprenta. O, si lo hacen, por lo menos que no nos inviten a las presentaciones de esas "obras" (?) donde falta concepto, armonía, lenguaje, y, sobre todo, falta sentido del rídiculo y de la realidad. Perdón, me estoy enfadando tanto como mi amigo Enrique, pero es que ya está bien de tonterias, cursiladas y memeces...
No confundir, claro, con algunas cosas de Neruda o del mismo Bécquer, por favor)...que eso es harina de otro costal. "Me gusta cuando callas porque estás como ausente..." dice Pablo en 20 Poemas de amor y una canción desesperada...y eso, que sí es poesía, viene bien para que, en esta batalla que libramos, alguien se de por aludido y ausente lo que llama "sus poesías" del panorama literario actual.

Port

Anónimo dijo...

Querido Enrique: No pensaba entrar en este debate como ya manifesté en mi comentario anterior. Sin embargo, el derecho a ejercer la libertad de expresión me ha empujado a hacerlo. Tus conocimientos sobre poesía, para mí, son indiscutibles. Y desde la admiración que te tengo voy a exponer alguna opinión sobre lo escrito: Creo que los clásicos, en la historia de la poesía, deben tener el lugar que les corresponde, o sea, el más alto. Pero no por ello debemos menospreciar nuevas formas de creación literaria, ya sea en poesía o narrativa. En cuanto al símil que expones sobre dónde debería meterse la libertad el que pinta en el metro y algunos que publican libros de poesía, debo decirte que estoy en total desacuerdo contigo. El que se dedica al primer menester, seguramente no tiene ni idea de lo que significa ejercer el derecho a la libertad de expresión. En cuanto al que, sin lugar a dudas, ha puesto su ilusión y su esfuerzo en escribir el libro, merece todo mi respeto, aunque su obra carezca de calidad literaria .

José Hierro decía: "Cuando no tengo nada que decir, no lo digo, cuando no sé como hacerlo, tampoco"... Totalmente de acuerdo. No obstante considero que no creo que haya mucha gente que escriba si no tiene nada que decir. En cuanto a las formas de expresión, cada uno tíene las suyas y, bajo mi punto de vista, cada una de ellas debe ser respetada. Lo que no excluye que el aspirante a escritor, o incluso un profesional de las letras, deba estar en continuo aprendizaje.

¿Basta con tener cultura y sentimientos para escribir poesía?... Seguramente no. Sin embargo, estoy convencida de que ambas cosas son fundamentales a la hora de hacerlo. El sentimiento no sólo se percibe en poemas de amor y desamor; posiblemente sobre esos temas está casi todo dicho. Te voy a poner un ejemplo: En tu maravilloso poema "UNA NIÑA DE AZUL CON UN PLUMIER DE PINO" yo veo sentimientos a raudales, expresados desde tus amplios conocimientos literarios. También he visto en los blogs varios poemas dedicados al drama que viven en HAITÍ, todos ellos con el sello de su protagonista, donde las emociones saltaban entre las palabras.

Y sí, creo que todos los humanos, en este paseo por la vida, deberíamos hacer estas tres cosas: tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro. Los dos primeros deberes los he cumplido con creces. En cuanto al último, estoy en ello. Pero no sufras, Enrique, jajaja. No es de poesía, sino de narrativa. Creo que algún día lo publicaré, y lógícamente me expondré a la crítica. Algo que asumiré sin ningún problema y sin que mi autoestima baje. Y digo autoestima y no EGO. Ése, teniendo en cuenta que no me siento escritora sino aficionada a escribir, creo que está en el lugar que le corresponde: ni en la cima del Everest, ni en el sótano -diez. En cualquier caso, desde muy pequeñita, he tenído claras ciertas cosas, nadie me ha llevado donde yo no haya querido ir. Y que nadie, absolutamente nadie, puede quitarme mis ilusiones. Quizá, la mayor de ellas a nivel personal sea la de escribir. Y qué quieres que te diga, Enrique... Estoy encantada de haberme conocido, jajaja.

Un fuerte abrazo, y como siempre toda mi admiración.

Mila

Anónimo dijo...

Una pequeña puntualización, Mila, por mi parte. Entiendo la frase como...si no tiene nada interesante que decir para los demás, aunque pueda ser muy interesante para él mismo. Para eso está llevar un diario personal o leerles las cosas a los "amiguetes" a nivel afectivo, aunque no entienden nada de Poesía. Yo he entendido eso en el comentario de Enrique. Pero supongo que él te contestará cuando vea tu, por cierto, magnificamente escrita, intervención. Un beso.

Port

Pilar dijo...

Agradecimientos a Emilio por lo bonito que me dices y los consejos que me das, gracias mil.
Y aplausos a Mila porque estoy de acuerdo totalmente con ella.
Y diría que tampoco debemos menospreciar los poemas dedicados al tema amoroso, que parece que según hablais hay que eliminarlos del panorama poético, vale que no debe ser algo monotemático ni a lo único que se dedique un poeta pero...
Y ya si que no digo más porque me parece que esto está a otro nivel.
Besos

Anónimo dijo...

RESPUESTA DE ENRIQUE GRACIA TRINIDAD AL COMENTARIO DE MILA AUMENTE Y OTRAS CUESTIONES.

Querida Mila:

Yo también estoy encantado de haberte conocido. Lo sabes bien.
Y que no me entere de que nadie pretenda quitarte tus ilusiones o las ideas claras que tienes desde pequeñita o desde hace cuatro días. Ni siquiera la de escribir. En eso siempre te defenderé.
Dicho esto, puntualizo, como has hecho con mi escrito, alguno de tus comentarios.

Cuando hablas de que “no debemos menospreciar nuevas formas de creación literaria, ya sea en poesía o narrativa” estoy de acuerdo, yo tampoco menosprecio las “nuevas formas”. Mi rechazo surge cuando esas formas, sean antiguas o nuevas, no son creación literaria sino pastiche, burda repetición, pretendida literatura falta de originalidad, ausente de nervio, de criterio, sosería repetida hasta la saciedad, texto vulgar y facilón.

Dices que el que “ha puesto su ilusión y su esfuerzo en escribir el libro, merece todo mi respeto, aunque su obra carezca de calidad literaria”. Para mí la persona también merece respeto, pero si la obra carece de calidad, si es mala, entonces la obra no merece ningún respeto como tal. La persona sí, la mala obra no. Y si esa persona se empeña en publicarla y quiere que se la reconozcan y se ofende cuando no le hacen caso, y hasta se enfada si te la envía y no le alabas y le envías enhorabuenas, entonces la persona deja de ganarse mi respeto. Porque el respeto se gana, no se merece por el mero hecho de poner un escrito en el mundo.
Y te advierto que esto va para nuevos y antiguos, para conocidos y noveles.No me garantiza nada que sea bueno lo de alguien a quien un crítico amigo ensalza, o una editorial cómplice publica. La mejor literatura no es siempre la que dicen que es los que están interesados por algún motivo. Ejemplo: Se pongan como se pongan los fervorosos lectores del “Código da Vinci” no convierten la obra en original (cuanto dice estaba dicho ya hace muchísimo) ni en buena literatura, sino en auténtico ejercicio comercial. Eso sí, puede entretener, y si muchos la leen y se divierten pues bien para ellos. Pero, por favor, no confundamos la literatura con el negocio. Mark Twain o Valle-Inclán han escrito siempre infinitamente mejor que el tal Brown y no vendieron tantos ejemplares jamás. Cada cosa en su sitio.

No sé si te has dado cuenta de que yo no arremeto contra la literatura que no es de mi gusto, arremeto contra la literatura que no lo es pero pretende serlo, o contra la que es mala pero nos la quieren hacer pasar por buena. Y no tengo la autoridad para dictaminar lo que es bueno o malo pero...intento aproximarme a base de estudio, lectura, comparación, esfuerzo, aprendizaje...

(continúa debajo)

Anónimo dijo...

(continuación) EGT

Por cierto, querida amiga, cuando dices “En cuanto al símil que expones sobre dónde debería meterse la libertad el que pinta en el metro y algunos que publican libros de poesía, debo decirte que estoy en total desacuerdo contigo” te estás mostrando educada y refinada. Me parece bien, pero que conste que yo he mencionado exactamente la palabra “culo” y he dicho que al niñato que ejerce su libertad pisando los asientos del autobús, pintarrajeando y molestando a los demás deberíamos “meterle su libertad por el culo”. Como ves, yo no me muestro refinado, uso las mismas palabras que usaban Quevedo y otros maestros con absoluta naturalidad. Para eso están en el diccionario. Y, por cierto, no he establecido un símil absoluto, he dicho que cuando “a veces abro un libro de poesía tengo casi la misma sensación”. Observa el “a veces” y observa el “casi”. No lo consigo siempre pero me gusta ser exacto en lo que escribo.

Insistes diciendo: “Considero que no creo que haya mucha gente que escriba si no tiene nada que decir. En cuanto a las formas de expresión, cada uno tiene las suyas y, bajo mi punto de vista, cada una de ellas debe ser respetada.”
Y yo apunto que quizás quien tal hace cree que tiene algo que decir pero si queda demostrado que lo que escribe es una cuestión personal, repetida hasta la saciedad, a lo mejor hay que evitar volverla a escribir. Insistir en lo que otros escribieron mucho antes y mejor no vale la pena. Debería decir publicar, no escribir, porque cada uno puede escribir lo que le de la gana pero a lo mejor debiera hacerlo en un diario íntimo o para la familia y los amigos que le alabarán aunque sea infumable, pero no darlo a la imprenta y marchar de escritor por la vida. Y esto vale para muchos — me incluyo — que cualquiera, hasta los más avezados, escribimos cosas que deberíamos guardar y no darlas al público creyendo que somos auténticos artistas y que lo que pasa es que no nos comprenden.

Y no, no todas las formas de expresión son aceptables. La literatura tiene esas pejigueras que se llaman sintaxis, ortografía, coherencia, estilo de un tipo u otro, capacidad de atraer, interés, eufonía...Si estas cosas faltan la forma de expresión no es buena literatura, a veces ni es literatura, y no debe decírsenos que lo es porque ser propia de quien sea. Respeto a la persona pero rechazo por completo el producto que se me quiere dar como poesía o relato o lo que sea si no lo es.

No creas que con esa postura tuya defiendes la libertad de expresión. Yo también estoy a favor de esa libertad pero no por eso debo aceptar como literatura lo que no lo es.

Igual que se puede aceptar la libertad de expresión social o política pero si alguien, al ejercerla, amenaza con ello la libertad o la vida de los otros a lo mejor hay que empezar a cuestionarse su derecho. ¿O todo vale? Pues en literatura lo mismo.

Claro que la cultura y los sentimientos son necesarios para escribir... ¡Y otro montón de cosas más! El problema es qué entendemos por “cultura” y sobre todo qué entendemos por “sentimientos”.

Dicho de otra manera: no hace falta tener cultura canónica para escribir bien, pero sí conocer las herramientas de la propia escritura y haber, por lo menos, leído de verdad. Ese es asunto en que insistía en mi escrito porque hay demasiado plumífero que no lee absolutamente nada o lee mal.

(continúa abajo)

Anónimo dijo...

(continuación y final) EGT

Y en cuanto a los sentimientos, ese es un caballo de batalla del que ya hemos comentado mucho. Sé que no te gusta, quizás, mi opinión, pero la repito: con buenos sentimientos no se hace poesía. Te puede doler mucho lo de Haití, sentirte auténticamente conmovido, pero esos sentimientos y esa conmoción no garantiza que escribas bien un poema o cualquier otra cosa al respecto. Es más, cada vez que alguien dice eso de que “yo he escrito esto con mucho sentimiento” me pongo a temblar. No se escribe sólo con sentimientos, se hace con palabras, con lenguaje, con ideas; el sentimiento es algo que te predispone y no el vehículo de la literatura.

Puede que alguien ponga el grito en el cielo si añado que con sentimientos perversos y siendo un auténtico malvado se pueden escribir auténticas maravillas literarias, pero hay ejemplos magníficos que no voy a mencionar aquí porque la cosa se alargaría.

Gustavo Adolfo Bécquer decía: “Cuando siento, no escribo”.
Es para pensárselo ¡Quién lo iba a decir! ¿verdad?

En fin, amiga Mila, que yo también admiro tu intención y bondad indudable, pero cuando escribas esa narrativa que dices que quieres hacer, no te bases sólo en esas virtudes que te caracterizan. Hazlo también, y sobre todo, desde el rigor, la autocrítica y el esfuerzo. El resultado entonces estará a la altura de tus deseos y de mis expectativas.
Un beso.

Enrique Gracia

EL COMENTARIO DE ENRIQUE Y LA DEDICACION PUESTA EN LA RESPUESTA HA SIDO EXTENSA Y POR ELLO HE TENIDO QUE INCLUIRLA, POR LA LIMITACION DE CARACTERES DE ESTA WEBSITE, EN TRES APARTADOS. ESPERO QUE LA LECTURA OS SATISFAZGA A TODOS.

Port

Emilio Porta dijo...

No cabe duda, Mila, que Enrique te aprecia y valora pues no creo recordar una respuesta tan extensa e intensa en todo el tiempo que lleva abierta la blogsfera. Me siento feliz de haber podido transcribir este mini-debate de altura dentro del debate general entre dos escritores y queridos amigos...y algo me dice que el tema no acaba aqui. ¿Tendremos que aplicar práctica parlamentaria?.
Abrazos a ambos...y al resto. Esto, sin duda, va bien. Se opina, se comenta y se discute. Desde la libertad. Nada hay más deseable.

Anónimo dijo...

Incluso se puede escribir sobre el amor, Pilar, no ya desde el amor...pues todo es objeto de la Poesía... pero no una sola cosa. Y, desde luego, si esa cosa se pone como objeto, como hizo Becquer, que se haga bien. El amor puede ser tema de literatura, lo ha sido (quizás en demasía, es cierto)y lo será ( todo puede ser materia literaria si está bien expresado, si, como dice Enrique, es enriquecedor, tiene ritmo, buen uso del lenguaje, intención, sugiere, nos eleva el espiritu y el entendimiento)... No es problema del amor...es problema de su expresión y los "poemitas rosas mal escritos sin ningún valor literario" que continuamente nos tragamos de escritores que no saben escribir de otro tema...entre otras cosas...porque no saben escribir...sólo sentir. Pero el comentario de Enrique es tan completo al respecto que sólo os pediría que lo leyeraís con atención. Y, de paso, si teneís tiempo, los más de 200 comentarios sobre Poesía que hay en los 4 apartados en que se divide, hasta ahora, este ensayo general, donde muchos autores opinan sobre la materia. Yo, que me he leído todos, me ha sorprendido el gran nivel que existe en las opiniones, aunque sean, en algunos casos, divergentes.

Port

Anónimo dijo...

Un ejemplo de lo que es buena Literatura...aunque trate del amor. De hace un poco de tiempo nada más que cinco siglos...

"Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño,
esto es amor, quien lo probó lo sabe."

Félix Lope de Vega y Carpio
(1562-1635)

Y ahora un ejemplo de lo que unos dicen que es una "poesia" ( no digo el nombre del autor )

"Siento tu amor apasionadamente
y el corazón latiendo en mis pupilas,
tus ojos me enamoran y me privan,
tu belleza simpar me sobreviene.
Eres amada la flor de mi jardín.
Tus dientes son mis perlas
y tus labios son rubí.
Vivo por ti y tu amor es la pasión
de todas mis ardientes primaveras.
!Qué gozo sentirte, amada!
!Que dicha sentir tus sueños!
Vivo por tu amor eterno
y en tus besos me enciendo"

(Sin palabras....¿Veís qué horror? Pues aún los hay peores...)

Port

Jesús Arroyo dijo...

Aprendamos del aprendido. Lo complicado es conocer al que se las sabe todas en esto de poner una letra tras otra con sentido inmaculado.

Los que han rozado la gloria del escribir-escribiendo que se dejen leer y respondan. Los que, como un servidor, les queda largo camino, que se paren, se fijen y sigan, porque la vereda está llena de encinas milenarias.

Emilio Porta dijo...

Nadie se las sabe todas, Jesús, pero, para ser botánico, hay que saber distinguir los árboles del bosque. Y algunas plantas y seres vivos que en él habitan. Un abrazo.

Enrique Gracia Trinidad (EGT) dijo...

Breve nota para mi amigo Jesús Arroyo y para quien quiera:
Para mí, la mejor forma de aprender ha sido siempre leer, comparar, no dejarme llevar por la primera impresión y darle vueltas a lo que dicen y cómo lo dicen, sobre todo los maestros ya contrastados a través del tiempo.
Así, sé que voy sobre seguro cuando leo a César Vallejo, a los Machado, a Pessoa, a Whitman, a Lope, a Quevedo, a Ángel González, a Gutierre de Cetina, a San Juan de la Cruz, a Fray Luis de León, a León Felipe, a Góngora, a Quevedo, a Calderón, a Cervantes, a Jaime Gil de Biedma, a Montesinos, a Shakespeare, a Salustiano Masó, a Emilio Porta, a... bastantes más.
Y algunas cosas de estos maestros no me convencen del todo. Y cada uno es muy diferente del otro, y cada cual tiene su mérito, sus debilidades, su interés...
Ya digo: leer, leer y leer y saber cómo se lee y no conformarse jamás, y contrastar lo leído y lo escrito con los mejores colegas para que su opinión me haga mejorar, y...
No sé si está claro.
Va un ejemplo de los miles que podría poner para que se vea qué es lo que yo admiro.
De Jaime Gil de Biedma:

"Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde.
Como todos los jóvenes
yo vine a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos.
Envejecer, morir,
eran tan sólo las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
Envejecer, morir,
es el único argumento de la obra."

Ved, por favor qué maravilla de idea, de forma (aunque he escrito de memoria y es posible que algún verso no esté bien puesto) Eso es poesía y de ahí podemos aprender.
Yo no he parado de aprender, y después de tantos libros, aún sigo haciéndolo.
Besos

Anónimo dijo...

Qurido Enrique: ¡Si ya lo decía yo, debería haberme estado calladita! Sucede que esta pequeña rebeldía que vive conmigo, a veces, no me permite hacerlo.

Ante todo, muchísimas gracias por tus amplias explicaciones. Te aseguro que nadie, ni siquiera Juan, mi chico, cuando hacia el servicio militar allá por los años setenta, me escribió nunca una carta tan larga. Gracias nuevamente por dedicarme parte de tu valioso tiempo.

Enrique, me identifico totalmente en todo lo que dices en el escrito. Pero es lógico que, en cualquier debate, existan diferentes opiniones sobre el tema que se esté tratando.

Sólo un pequeño dato y una observación añadida: En el colegio en el que estudié en mi infacia, junto a la fotografía del general Francisco Franco, había un cartel grande que me llamaba especialmente la atención. En su interior decía así: "Quien bien te quiere te hará llorar". Pues bien, yo, seguramente por ese mal recuerdo, al primer colegio que lleve a mis dos hijos, justo a la entrada, decía lo siguiente: "Quien bien te quiere te hará reir"... Y tú te preguntarás: ¿Qué me quieres decir con ésto?... Quiero decir, y seguro que estarás de acuerdo conmigo, que es mucho más gratifícante hacer reir que hacer llorar. Por eso, a veces, todos absolutamente todos, a la hora de decir las cosas deberíamos pensar en las formas de hacerlo, ya que pueden existir personas que, al escuchar nuestra voz, puedan sentirse inseguras, incluso perder la ilusión. Y éso, a mi modo de entender, no es bonito.

En fin, Enrique... que te quiero, y que ojalá se me pegue algo de ti a nivel literario. Al menos a ver si consigo subir del sótano -10 al primer piso... ¡Coño, eso seria un importante logro, jajaja!

Un fuerte abrazo, Enrique.

Mila

Jesús Arroyo dijo...

Me falta la mesa de mármol para creerme que estoy en una de las tertulias soñadas del GijónComercialCorreoPombo (menos mal que alguno queda).

Emilio:
Nadie termina de aprender ¡cierto!
"y uno aprende y aprende
y con cada día uno aprende"
¿son de Borges? ¡creo!

Amigo Enrique:
A eso me refiero con "parar, fijarse y seguir" Parar, abrir un libro, leer y seguir haciendo ese mismo recorrido una y otra vez. El fin es el mismo, siempre es el mismo, y pobre de nosotros si un día... ¡zas! dejamos de leer, de aprender
"Me dicen que no haga caso,
que los poemas de uno son válidos
sólo por suspender pesares
de una cuartilla en blanco.
Estaría tan equivocado
como las mismas lenguas
que me acosejan confundirme."

Por otro lado, tememos tanto al error, que preferimos (no es mi caso, ya lo sabes) guardar cien hojas en un cajón y dejar que la polilla acuda, antes de conocer la opinión del mejor colega. Creo que a esto se le llama "miedo al ridículo".

Emilio Porta dijo...

La mesa de mármol la pone la imaginación, Jesús...Qué buena comparación. Anima saber que superamos la distancia y el tiempo, aunque sea en pequeñito, para poder hablar, comentar, diverger, o confluir. Para poder, en definitiva, acompañarnos en la estancia y en el camino del aprendizaje y del conocimiento. Y, por qué no, también del compañerismo y la amistad. Ahí es nada, conseguir con palabras escritas, de día o de noche, sentir que estamos cerca, que vamos construyendo algo común. Charlar por charlar es sólo un entretenimiento. Una verdadera tertulia es algo más. Es fuente de reconocimiento y de saber. Así lo veo yo. Y así veo también la blogsfera, nuestros blogs.
Un abrazo, Jesús. Y también mi agradecimiento a tus palabras.

Port

Manuel dijo...

¡Si cuando yo digo de mi “yo no soy poeta”, no me falta razón!.

Y lo mantengo: Yo no soy poeta. Una cosa es que me guste escribir cosas en formato poesía — que también me gusta escribir prosa —, y otra muy distinta es que eso me eleve a la categoría “profesional” de poeta.

Después de 32 años, puedo decir “soy médico”. A ello he dedicado el tiempo de aprendizaje durante toda mi vida, desde los 18 años de edad. Es posible que si esos mismos años los hubiese dedicado con la misma intensidad a la creación poética, a leer, a emborronar millones de cuartillas, a gastar cientos de miles de lápices escribiendo, hoy pudiese autodenominarme Poeta.

Pero no ha sido así.

Lo de ser o no ser algo ¿es una cualidad innata o es fruto del trabajo cotidiano y continuado, del esfuerzo, del estudio?. Me meto de lleno en el concepto movedizo de la “vocación”. Si yo he desarrollado tal o cual cosa en mi vida es, indudablemente, porque una serie de factores lo han favorecido; desde el medio en el que uno nace y se desarrolla hasta la posibilidad objetiva de hacerlo. No se si a eso lo podemos llamar vocación. Pero si se que a eso dedico un esfuerzo que no dedico a otras facetas y, por eso, me puedo definir como médico, o como poeta, o como mecánico de chapa y pintura. Dentro de cada actividad uno se exige a sí mismo lo que su ánimo le dicte, independientemente de los reconocimientos multitudinarios.

Cuando estoy a punto de llegar a los 60, me gustaría tener muchísimas horas para leer, otras muchísimas para escribir; no se cuantas más para pintar (otra de mis pasiones); las suficientes para tocar la guitarra y cantar. ¿Cómo se baraja esto?. Sigue siendo cuestión de elegir aquello que quieres desarrollar más profundamente, por afición o por imposición, tanto da.

Pero, en mi caso, tengo bien claro que no puedo denominarme “bombillero” solo por el hecho de que las bombillas fundidas de mi casa las cambie yo mismo.

Y concluyo como siempre lo hago: yo no soy poeta.

Me parece superinteresante el debate. Espero que continúe.

Emilio Porta dijo...

Querido Manuel: Hace mucho tiempo que alejé las definiciones de mi vida, y más la de poeta. En general, las definiciones las dejo para el diccionario y cuánto más ésta, tan poco definible, desde mi punto de vista. No me gusta el término poeta. Nunca me ha gustado. No define un oficio, más bien, para algunos, una cualidad. Me gusta mas el término escritor. El oficio de escritor, como decía Pavese, lo ejerce el que escribe. Es como si a un arquitecto le llamaran "tejador" porque diseña una parte de los edificios tambien, la de arriba. Poeta...cuántos desaguisados se hacen colocando a pie de curriculum ese nombre...Así que, si te vale de algo, yo tampoco soy poeta. Es mas, odio que me llamen así. Yo soy, en la medida en que escribo - o lo intento - con un cierto oficio, escritor. Ahí ya nos vamos entendiendo. Algunas personas tienen la suerte de ejercer varias actividades...y bien, tú eres una de ellas. Así que te considero no sólo un magnífico médico, sino también escritor. Escritor de los que maneja el lenguaje...y de los que piensa, aunque llamarte pensador no sería un uso terminológico aceptado, pero a mi me gusta. Escribir sin pensamiento detrás no me interesa. Me encanta el conocimiento humano en todas sus facetas. Tú lo ejerces en tu modo de ir por la vida y eso es lo que me importa. Asi que ya sabes mi postura: los poetas, que sólo se consideran poetas, pues mira...que se compren una lira.
Y te agradezco que valores el debate. Tú tienes una serie de intervenciones fantásticas. Vuelve atrás. Precisamente has sido de los que más has contribuido al conocimiento de lo que realmente es básico: el origen del pensamiento y del lenguaje, la evolución de la capacidad de expresión, en definitiva, la evolución del ser humano del que la Literatura y uno de sus más importantes géneros, la Poesía, forman parte.
Un fuerte abrazo...y sigue. Dejaste unos apuntes sobre lenguaje y fonación que me encantaría que siguieras. Tú, como ciéntifico también, eres uno de los más preparados de la Blogsfera para incidir en determinados aspectos de la palabra que no todos podemos apuntar.

Port

Anónimo dijo...

"Que se compren una lira" mira, es una forma curiosa de decir que les den, muy elegante y poética por cierto...A veces eres un poco bruto, Port. Entre tú y Enrique estaís cohibiendo a las buenas gentes que quieren ser "poetas". Y, cómo decía Enrique, tambíén Lope de Vega, uno de los máximos celadores del verbo en Poesía, odiaba - es un decir - a los bardos/tabardos que se osculaban sólos con sus versos. Así que, en el siglo de Oro, tampoco fué idem todo lo que relució.
Por cierto, desde la distancia, sigo el debate con interés. Y yo también quisiera ser escritor. No, poeta no soy yo tampoco.

David Nihalat

Anónimo dijo...

"Aunque si nací ya entiendo qué delito cometí, pues el delito mayor del hombre es haber nacido"

Pedro Calderón de la Barca.

(Yo tampoco soy "poeta" la verdad. Escribí algunas cosas, fundamentalmente obras teatrales, con un intento de profundizar en el pensamiento humano y su devenir...intenté que el lenguaje tuviera ritmo y armonía...pero poeta, poeta, amigos, yo tampoco soy "Poeta")

Anónimo dijo...

Bueno un tema más a debate: la condición de escritor...y el término "poeta". Sin duda aquí hay controversía...pues, aunque yo mismo y otros desde la distancia o el pasado hayamos expresado nuestra opinión, sin duda hay otras y muy respetables. A mi me pasa con esto de los "poetas" cuando alguien dice "yo soy poeta" ...como lo que comenta Enrique cuando alguien le dice que ha escrito una "poesía" (poema)muy buena porque la ha hecho con mucho sentimiento. Algo en mi interior se pone en guardia. Pero vamos, los que no estén de acuerdo, aquí están estas páginas para que expresen, libremente, su opinión. Nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira. Me temo que, en Poesía, por cierto, no es mi color el malva...ni los tonos pastel.

Port

Emilio Porta dijo...

ACLARACION:

Cuando hablo de ser "Poeta" como título me refiero, evidentemente, al térmíno entrecomillado, como "profesión", al aura del que rodean algunos un sustantivo que se refiere al que escribe un género litario, nada más, y que, desde mi punto de vista, vale como elemento clasificatorio, igual que valdría el término narrador, autor teatral, ensayista, etc. Es decir, en si mismo y como génerico el nombre es correto. De esta forma es correcto el plural en un espacio como Poetas en Vivo, o, por ejemplo, cuando decimos "entre los mejores poetas del siglo XX se encuentran..." Es decir: hay que dar al término su justa correspondencia no el "énfasis" aúlico del se dota a la palabra, precisa y curiosamente, por aquellos que se autonombran "Poetas" como si estuvieran por encima de la correspondencia con un simple género literario. Y no estoy tirando piedras contra mi propio tejado. Me parece muy bien poner en el pasaporte en el apartado profesión la de escritor. Me parecería sencillamente ridículo poner Poeta.
Creo que esta aclaración es importante puesto que yo amo la Poesía. Y me dedico a ella, o mejor dicho, le dedico una parte importante de mi tiempo y mi ser.
Pero póngamos las cosas en su sitio. El laurel sobre la cabeza del poeta Quintana ( Manuel José Quintana, popular poeta madrileño del siglo XIX al que se le rindió homenaje y un importante cuadro lo refleja "laureándole" con todos los honores) no le ponía por encima de otros mortales. La prueba es que el buen hombre también se murió.

Port

Jesús Arroyo dijo...

Profesión = Poeta
¡Qué pena!
Ya sé, ya sé que en los tiempos actuales se gana menos con la profesión (cualquier trabajo cotidiano remunerado o dineros por plato en la mesa) que un camello cojo en el Amazonas o un mensajero con triciclo por el Gobi. Si a esto le añadimos "persona profesional de la poesía (poeta)" que pretenda ganarse la sopa diariamente... Señores/as ¿nos vamos al Gobi? porque en el Amanzonas hay mosquitos.

Aclaración:
He dicho "nos vamos" sin ser poeta, soy un amante del verso en proceso de lavado y centrifugado.

Abrazos a todos los contertulios en este saloncito de Emilio Porta.

Enrique Gracia Trinidad (EGT) dijo...

Contaba Valle-Inclán que siendo niño acudió José Zorrilla a visitar su colegio. Al enseñarle el pequeño Ramón María algo suyo, le dijo el autor del Tenorio: "¿Tú también eres poeta?"
Y sigue Valle-Inclán contando: "Sentí la frase como una consagración, ¿poeta? Sí; yo ya había visto en el fondo de las cosas la distinción de la tristeza, había dialogado con la Luna y comenzaba a descubrir que las rosas guardan el encanto de haber sido mujeres"
Romanticismos y gracia aparte, esto de ser poeta es sin duda un oficio en el sentido de "ocupación habitual" no de cargo, ministerio o profesión oficial; más bien oficiosa.
También puedo llamarla, por mi parte, profesión. No me importa hacerlo, al menos en el primer sentido de la palabra, porque sin duda ejerzo ese arte, ciencia u oficio si se quiere.
Todo ello no tiene nada que ver con el sentido espurio que ahora se da a la "profesión" que se ejerce tras obtener un título, diploma o permiso para ejercer. Tampoco con el sentido mágico o religioso que se da a “profesar” y mucho menos al simplemente ganancial ¿Quién puede o pretende vivir (comer) de la poesía?
Hay quien decía, con acierto “yo vivo de la poesía, pero no como”. Yo ni siquiera eso. La poesía no me da la vida, me ayuda a vivir, me hace la vida más llevadera, me hace soportar la estúpida locura en que los seres humanos hemos convertido la vida. El mayor beneficio que me da son los amigos que también la persiguen en sus insomnios.

Me han interesado mucho vuestras intervenciones pero, como veis, comparto menos los escrúpulos de la denominación “poeta”. Se trata más que nada de una forma de entendernos.
Jamás le he tenido miedo a las palabras —será por inconsciencia, ya que son peligrosas—, y por eso no me importa que me llamen poeta, aunque soy, en realidad, como bien dice Porta y otros, un escritor, un tipo que se atreve a escribir. Lo haga en poesía, en prosa o en lo que sea.
Pero está claro que no me sumo a los que inconscientemente y pedantemente atribuyen a la denominación “poeta” características de sublimidad que no tiene, de iluminación a la que no llega, o de mayor prestigio que ya da risa tal y como van los tiempos.

Defiendo este oficio, esta dedicación, este “ministerio” en su normalidad y hasta en su vulgaridad a veces. Lo defiendo contra los que lo menosprecian afirmando que estamos en las nubes, que no servimos para la vida normal, que “¡con nosotros ya se sabe!”. Contra esos sí me declaro poeta y reivindico la normalidad de esta dedicación, la necesidad de este ejercicio, su condición de imprescindible, la fuerza de su auténtico carácter.
Por cierto, no me voy a comprar una lira. Ya tengo una carraca. Ni voy a poner los ojos en blanco porque para la poesía hay que tenerlos muy atentos. Ni me voy a creer más que nadie porque ser poeta o ejercer como tal. Sentirse poeta no nos hace mejores, sólo —ojalá— un poco más conscientes. Como otros también absolutamente conscientes sin ejercer la poesía: no más pero tampoco menos.
Enrique

Emilio Porta dijo...

Como veis hasta Enrique y yo tenemos nuestras pequeñas discrepancias...en este caso, semánticas o de interpretación. El, que es un gran poeta, se resiste a no mantener la denominación de origen. Y, en su caso, con razón, claro. Con la apabullante razón de su trabajo y sus libros publicados. Porque esa es la cuestión. Los que se denominan a si mismos "Poetas" ( el entrecomillado y las mayúsculas son míos para diferenciar el genérico, que, como se ha visto en anteriores comentarios, defiendo) a veces no tienen claros ni siquiera los más elementales conceptos literarios o de construcción linguística. Pero vamos, que a mi me gusta llamar al escritor, escritor... y luego decir, escribe Poesía, por lo tanto podemos encuadrarle entre los poetas. Yo creo que mi amigo Enrique entiende la diferenciación de la distinción y que sabe perfectamente por quienes iba lo de la lira. Pena que el concepto empleado en forma peyorativa suave e intentado que con ironía, coincida con ese metro espléndido utilizado por los magníficos poetas Juan Antonio Villacañas, un maestro que ya no está entre nosotros, y la también escritora y autora de varios libros de Poesía, su hija Beatriz que han dado a la luz maravillosas liras.
La realidad es esta: todo es opinable y, cada uno de nosotros, por su formación y experiencia, tiene sus pequeños fantasmas, sus manías, sus congruencias y sus incongruencias y, qué quereís que os diga, cuando alguien me dice que, de profesión, es poeta, algo me suena mal y si dice, mira, yo soy escritor y escribo y publico Poesía...pues mira, eso me suena mejor. Y es que me encanta el laurel para los cocidos y poco para las frentes. Ah...Jesús, me gusta mucho eso de amante del verso en proceso de lavado y centrifugado...Ahora entraríamos en ese otro tema derivado de si todos los versos son Poesía o si hay Poesía sin verso. Eso lo dejamos para otro momento.

El debate y las opiniones con y divergentes continua. Eso es lo que importa. Que somos diferentes, !menos mal!...
Qué espanto un grupo que fuera uniforme, una sociedad que fuera uniforme. Como hablaba con Enrique el otro día no hay cosa que más me guste que poder enfrentarme a una opinión contraria. Respeto la diferencia como no os podeís ni imaginar...sólo que me gusta la diferencia fundamentada. Con los fundamentos propios de cada uno, claro, pero referidos a un tema. En Literatura, esos fundamentos, se llaman conocerla.

Emilio Porta dijo...

NUEVA ACLARACION, POR SI QUEDARA OSCURO.

A mi me parece bien decir: "Es un extraordinario poeta".
"Entre los mejores poetas del momento se encuentran..."
"La diferencia entre un poeta y un narrador estriba en..."
"Vamos a escuchar ahora al poeta José Cereijo, por poner un ejemplo..."
"Con ustedes la poeta Francisca Aguirre".
"Uno de los mejores espacios culturales en nuestro pais es Poetas en Vivo"
"Poetas de la generación del 27"

Y no me gusta este diálogo:
- Y tú...¿a qué te dedicas?
- Yo soy Poeta

Tampoco me gusta esto:
"Nosotros, los Poetas..."

Y menos aún esto:
"Los Poetas somos especiales. La vida se nos revela...y cuando sentimos la inspiración la ponemos en el papel...y la Poesía se hace presente. Esa luz interior que ilumina con sus destellos y fulgores nos eleva al Olimpo. No se puede juzgar al Poeta como a un escritor normal, porque la Poesía, es otra cosa".

Pues no, señores, no es otra cosa: es Literatura, es un género literario y, si usted no es escritor y no conoce el lenguaje, la construcción gramatical, si Ud. no ha leido y escrito lo suficiente, en definitiva, si usted, para entendernos, no sabe escribir ( diferenciarlo de juntar palabras escritas, por favor ) es imposible que sea Poeta.

Supongo que ahora no quedan dudas sobre lo que quiero decir. Perdón por la reiteración.

Port

Emilio Porta dijo...

AVISO

A partir de esta tarde y durante el fin de semana, al menos, voy a dejar descansar un poco mi blog...y mi cerebro. Y se me ha ocurrido poner el cartel de más abajo, que, además, tiene algo de verdadero porque el "ordenata" no va bien y tengo que arreglarlo. Así que, si mandais algo, no os extrañe que no aparezca de forma inmediata.

"Por reparaciones en la infraestructura informática de esta página, y mental de su administrador, hasta dentro de tres días no podrá accederse a ella para incluir entradas o comentarios. Disculpen las molestias"

Port

La Solateras dijo...

Magnífico texto de Enrique, gracias por hacernos partícipes. Yo resumiría el eterno debate de normas sí, normas no, diciendo que en poesía, para saltarse las normas primero hay que conocerlas. Por lo menos para saber que nos las estamos saltando, eso sí, con musho arte.
Besos a los dos.

Anónimo dijo...

Es difícil adivinar
como terminará este debate,
pues ya se inicia un combate
para ver quién es el de más penar.

Ser poeta es una enfermedad
cuando uno escribe creyéndolo,
pues la realidad termina poniéndolo
en el límite de lo absurdo y la necedad.

Yo de aplausos, paso, y lo siento
y no porque no me gusten,
pero mejor el por qué no pregunten
pues es seguro que les miento.

Como verán de métrica he huido
no porque no lo haya intentado,
hasta del diccionario de la rima he copiado,
lo que ocurre es que nunca he sabido.

Los chinos son mil millones, me figuro
y todos buenos escritores,
pero son tan cautos sus mentores
que de todos, poeta, no les llama a ninguno.

Si los castellanos somos muchos menos
a qué tanto presumir,
mejor deberíamos asumir
que para poetas, ninguno prometemos.

Buen artículo el de Don Enrique Gracia Trinidad
¡por todos los demonios, boto a bríos!
¡pero, cómo no ha de ser, no seamos críos!
él, traductor de poetas chinos, ¿poeta? ¡lo es de verdad!
RVJ, ej, ej.

Enrique Gracia Trinidad dijo...

La lías y te paras... en fin, todo sea por tu salud mental y tu descanso imprescindible.
A tus órdenes, maestro.
Enrique

Emilio Porta dijo...

Bienvenido tu comentario, Ana. Las reparaciones en mi equipo informático han acabado. No así del todo mis reparaciones mentales. Pero espero que al final de esta Santa Semana de descanso todo esté en orden. Un beso,

Port

Emilio Porta dijo...

Estimado extraño amigo: Se que no es un poema lo que ha escrito...sino unas líneas en verso...Es decir, como comunicante quiere que leamos unas cosas...y las pone en verso.
Pero el debate continuará. Muchas veces algo escrito en verso no es un poema. O lo es, formalmente, pero no en cuánto a contenido. Lo que Enrique Gracia y yo entendemos por poesía profundiza en el contenido...y se aleja de esta forma. Voto a brios es con v, aunque ud. lo ponga con b, probablemente con intencíón. No se muy bien quién ha utilizado las siglas con las que firma, ni que significan: no conozco ningún Ramón o Rafael cuyo apellido empiece por V, ni tampoco ninguna Rocío o Rita...de todas formas...pero puede haberlas utilizado cualquiera. En principio no publico comentarios anónimos...pero dado que lleva una imaginaria firma he decidido hacerlo. Hay una amplia tradición de póesía satírica y hay algunos poetas que han utilizado bien la rima para este empeño, entre ellos Don Francisco de Quevedo. En fin, esto va a todos los lectores del blog: no hagan caso de las letras que firman el anterior comentario, no significan nada. Tampoco hagan mucho caso de los juegos poco poéticos del comunicante...porque el escrito desde el punto de vista literario es malo a rabiar. Eso sí, la alabanza a Enrique es digna de encomio y de justicia. Y no os preocupeis, amigos, en el libro de Poesía que saldrá de este debate no irá este comentario.

Y, respecto a lo que dice: necedad, señor comunicante, la suya. En este escrito la demuestra en abundancia. Y no siga por ese camino. No quede en rídiculo. Porque, dado que tengo filtro en mi blog, no tendrá ocasión de poner más tonterias como ésta, ni volver a escribir voto a bríos con b. Esta vez lo he pasado, simplemente para demostrar las cosas con las que a veces nos encontramos.

Port

(Y sí, algunos castellanos prometemos como poetas...y chinos, no le digo nada. Aunque supongo que usted no ha leído a ninguno. Yo, traducidos, eso sí, he leído a varios. Y de distintos siglos. Y Enrique, que es un especialista en poesía china, ni le cuento.

Emilio Porta dijo...

Que no, Enri, que no me paro...que si, que la lio...pero sigo. Y que te toca...que luego dices que "acaparo". Anda...que lo del ordenador era verdad. Estaba de reparaciones. Y lo de mi mente...pues también, no creas.
Un abrazo.

Emilio Porta dijo...

Recibo un mail privado de un amigo aclarándome que el texto publicado en forma de versos encadenados, que yo crítico duramente, era una simple broma. La verdad es que yo no lo tomé como tal y respondì con seriedad y gravedad, entre otras cosas, porque le di al contenido del texto una importancia que, al parecer, no tiene. El problema de los mails no firmados o firmados de forma equívoca es que provocan reacciones impensables en la mente y respondes a los fantasmas que conllevan. Me tomé a mal algún párrafo, como éste: "Ser poeta es una enfermedad cuando uno escribe creyéndolo, pues la realidad termina poniéndolo en el límite de lo absurdo y la necedad" Y tampoco entendí alguna otra cosa como lo la pretensión de ser poeta por parte de los castellanos y la censura de los mentores chinos...en fin, que nada era como yo lo entendí. El caso es que ambos textos se quedan, pues no se pueden quitar, pero si quiero aclarar que, quizás, fuí demasiado duro en la respuesta. Aclarado está, porque, además, el comunicante, es un experimentado y notable escritor. Me comenta también que lo de botar estaba hecho con intención, dándole más importancia a "botar" como interjección en el sentido de "bote" ( como una pelota ) que en su primitiva acepción de juramento ("Voto a bríos"). Esto es evidente que es una broma, pues mi amigo ha sido corrector de textos profesional, durante varios años, en un importante periódico nacional y conoce perfectamente las reglas ortográficas.
Así que el debate sigue, sin acritud y en buena armonía.
Un saludo a todos.

La Solateras dijo...

Querido Emilio, como hace unas cuantas semanas yo escribí una entrada en mi blog sobre el tema, te dejo aquí algo de lo que decía para aportar mi punto de vista al debate. No obstante, yo también me alejo cada vez más de las definiciones y sólo me quedaría con que la poesía debe "sacudir" de alguna forma al lector. Si eso se consigue, es irrelevante el sistema que utilice cada cual.

Lo de "poesía eres tú" suena muy bien pero no es cierto. Poesía es lo que el poeta es capaz de expresar sobre ti -o sobre cualquier otro objeto- de tal manera que provoque en el lector algún tipo de emoción. Nótese que no me refiero a lo que el poeta sea capaz de sentir sino de expresar. Quiero decir que la poesía es el lenguaje que explica una emoción, no la emoción en sí misma. Quiero decir que la poesía no es el sentimiento, sino la herramienta para expresarlo. Despojado el concepto de cualquier tipo de sensiblería tirando a cursi como la inspiración, las musas y demás zarandajas, queda el simple hecho de que la poesía es un modo de trabajar con las palabras. Un modo, eso sí, capaz de despertar una emoción. Es cierto que los estados de ánimo exaltados, como el enamoramiento, el desamor, la tristeza cualquiera sea su causa o incluso la euforia, provocan una predisposición a "hacer" poesía, digamos que "dan ideas" al poeta. Pero eso no es suficiente. Una vez plasmada la idea sobre el papel o sobre la pantalla del ordenador -para que no se pierda cuando pase el instante que la ha producido- es necesario distanciarse de ella y trabajarla con el mimo de un orfebre de la palabra para dotarla de la profundidad y al mismo tiempo de la claridad y de la magia que consiga sacudir al lector. Cuando se empieza a escribir poesía -que casi siempre coincide con un momento de especial emotividad- el aprendiz de poeta suele dar por hecho que sus sentimientos son universales y, por lo tanto, suficientes para que el posible lector se identifique de inmediato con sus versos; sin embargo eso no es tan fácil. Para provocar en el lector esa sacudida emocional es necesario que se vea reflejado en el poema o al menos en un verso -a veces un solo verso es el que hace el milagro. El lector quiere reconocerse en un poema, no hurgar en la vida privada del autor, y para conseguir ese propósito hay que escribir de forma que el texto tenga un carácter objetivo en lugar de subjetivo, que sea extrapolable a las emociones del lector. En fin -y perdón por la manera de señalar- que no sea una masturbación sino un acto de amor entre el autor y el lector.
Este fue mi cuarto a espadas: y continuaba:
Supongo que en esto -lo de la métrica- hay gustos y opiniones diversas; la mía, modestamente, es que la métrica y el ritmo -aparte del contenido, por supuesto- dotan al verso de la magia imprescindible. Aparte de que la métrica con frecuencia obliga a economizar palabras y eso casi siempre va en beneficio del poema, porque una cosa es ser claro y otra no dejar nada a la intuición del lector, con frases explicativas que tienen muy poco de poéticas.
Por otra parte, sin menospreciar estos debates, siempre interesantes e ilustrativos, lo importante es escribir.
Besos a todos

Emilio Porta dijo...

"Poesía es un modo de trabajar con las palabras" dices, entre otras muchas cosas de interés, en tu magnífico comentario. Y esa es la cuestión. No sólo trabajar después de "hecho" el boceto...sino también antes, en el dibujo del boceto...en el "rapto" que tantas veces se ha llamado inspiración, aunque sea una labor inconsciente o semiconsciente. Si el escritor, el poeta, no tiene un "background" (no conozco una palabra mejor para definir el conjunto de conocimientos personales necesarios para dar a luz la obra) literario, si no tiene el dominio del lenguaje y del ritmo expresivo necesario, y lo tiene previamente, por su propia formación e idiosincrasía, asistiremos al nacimiento de escritos espúreos y de baja o nula calidad e interés - salvo para el que los escribe, claro - que aumentarán el terrible acervo del bosque infumable en que se ha convertido la lírica. Que en ese bosque crecen maravillosos arboles, cierto es. Afortunadamente para la Literatura. Pero que la multitud de malos poetas anega sus raíces también es verdad. Menos mal que la Historia se traga esas desafortunadas "poesias" (como ellos las llaman) pero mientras... mira que nos hacen sufrir.
Besos.

Port

Anónimo dijo...

Ah, Ana, dices al final: sin menospreciar estos debates...lo importante es escribir. Pues lo importante es escribir...pero bien (suponiendo que algo sea importante)...Pero vamos, refiriéndonos a nuestro campo, sí, desde luego: lo importante es escribir un texto literario que merezca la pena, que esté escrito formalmente de forma correcta y con gusto, que aporte algo al lector. Y un debate como este, o un buen ensayo, o un artículo sobre el tema ( como el que me has pasado de Francisco Garcia Marquina y que, con su permiso, reproduciré en una posterior entrada) ayuda a esclarecer conceptos, contribuye, desde mi punto de vista, a escribir bien. Este debate lo hace en diversos sentidos, porque, además de un debate literario en concepto, lo es en forma, puesto que es un debate escrito. Espero que el conjunto final - en la red y en libro impreso - tenga la calidad literaria necesaria para que podamos hablar, también, de una modesta e interesante contribución a la Literatura.

Port

Nelken Rot dijo...

Si me desnudo con cuidado
si busco la sombra
si encuentro las nieblas
y resurjo en la luz,

será tal vez porque leí
a Nieztche.

El escultor para crear
debe golpear la piedra.
La destrucción construye.

Desnudarme puede ser un acto objetivo,
poco a poco deposito mis ropas
y configuro mis contornos.

Sin embargo,
yo decido qué velos quitarme
si me sujeto o no a mis turbantes
y fulares.
Yo decido las pausas, los arrebatos
y el silencio.

El cuerpo es mi contenido,
yo lo expreso como objeto
o soy todo lo subjetiva que deseo
y abro fronteras y estrecho focos.

La poesía es un desnudo que enlaza
al lector o con su autor. Ese nudo es inevitablemente una confluencia de subjetividades reflejadas en un instante de identificación.

Son las formas, las elipsis,
lo callado... los recipientes que
hacen del contenido un acto poético.

Emilio Porta dijo...

Original la forma de expresar tu visión del tema, no hay duda. Líneas como versos ("Espadas como labios", que diría Aleixandre) afilando el pensamiento y vertiendo tu ser "interior" en la expresión "exterior" literaria. Realmente no cabe duda Nelken: eres una de las componentes más singulares en pensamiento y obra de la Blogsfera. Tu comentario es muy bienvenido y expresa, a través de figuras y metáforas, tu muy personal visión del hecho literario, del hecho poético. En si mismo un poema de indagación formal y de contenidos, aunando pensamiento y armonias, con el ritmo que "tú" le pides a la escritura.
Y, además, lo que dices, ahí es nada:
"El escultor para crear
debe golpear la piedra.
La destrucción construye.
Desnudarme puede ser un acto objetivo,
poco a poco deposito mis ropas
y configuro mis contornos.
Sin embargo,
yo decido qué velos quitarme
si me sujeto o no a mis turbantes
y fulares.
Yo decido las pausas, los arrebatos
y el silencio.
El cuerpo es mi contenido,
yo lo expreso como objeto
o soy todo lo subjetiva que deseo
y abro fronteras y estrecho focos.
La poesía es un desnudo que enlaza
al lector o con su autor. Ese nudo es inevitablemente una confluencia de subjetividades reflejadas en un instante de identificación.
Son las formas, las elipsis,
lo callado... los recipientes que
hacen del contenido un acto poético"

Toda una meta-poética. Un mini-ensayo en verso, un modo increiblemente feliz de aportar la idea. Gracias. Me ha parecido una magnifica aportación ( A- Port- acción)

Anónimo dijo...

Pienso..., "nunca afirmo", que como todas las grandes cosas, todos los grandes descubrimientos realizados por los científicos, en suma por el ser humano (por justicia de no diferenciar a la mujer del hombre), son copias de lo que nos presta la naturaleza. Leonardo da Vinci, fue la demostración humana, de que sus descubrimientos en casi todas las materias científicas, los mayores avances, muy adelantados a su tiempo, tenían el origen de la observación de animales, aves y plantas; de ahí surgía su inspiración. Hasta sus pinturas, sus aceites y óleos, surgían de los colores que le ofrecían las combinación y mezclas de diferentes plantas y minerales.
El gran autor de novelas seudocientíficas, ya que hay que darle ese calificativo por su gran acercamiento a la más pura ciencia, Julio Verne, reconocía que sus ideas provenían de la observación y la deducción que ante dicha observación, surgían, y que luego las trasladaba a sus historias: hoy demostradas, todas, como posibles.
Pues bien: la poesía, a mi parecer, no se libra de la misma raíz, de la misma cuna, que la de esos grandes inventos, surgidos por la observación del movimiento en el tiempo de los eventos naturales, de plantas y rocas que peinan paisajes, y que como bellos adornos lo complementan las aves, animales o la misma naturaleza humana, que no hay que desdeñar en su belleza por las grandes emociones que nuestras hormonas nos impregnan la mente, al observar, oler, o tocar al sexo opuesto. Por ello, pienso, repito que no afirmo, que la poesía del el/la poeta, nacen de quien es un/a gran observador/a, un gran captador de emociones de la que surgen "pensamientos", que, dependiendo de su capacidad del conocimiento del lenguaje escrito, pasa a negro sobre blanco tales maravillosas imágenes, que pueden hacer que en aquél, que posteriormente los lea, surjan las mismas emociones que el poeta captó.
No solo tiene que ver con el verde de una pradera: de la sola observación de algo tan simple como un zapato, de la mano de un poeta, repito que domine el lenguaje, puede convertirse en una demostración de transcribir ideas que se conviertan en imágenes, que nos dejan ese gran gusto de placer de una posible obra literaria.
Un ciego también puede ser un gran observador, quizás pudiera ser un poeta hasta más vivo que los videntes, pues puede ver a través del oído, el tacto, el gusto y el olfato. Tales sentidos se pueden convertir en emociones, que nos haga "ver", tal y como él "observa" la naturaleza.
Sea pues que la Poesía, con mayúscula, y siempre a mi parecer, solo puede nacer de "copiar", adentrarse en la observación de toda materia (viva -plantas aves humanos, animales-, o muerta -roca, edificaciones...-), hasta que nos haga surgir emociones, y, sobre todo, que sepamos dominar el lenguaje como para poder transmitirlas a los lectores.
Es mi parecer, no por ello es la certeza de la razón de un "no" poeta.
Jonás Villarrubia Ruiz

Emilio Porta dijo...

"Julio Verne, reconocía que sus ideas provenían de la observación y la deducción que ante dicha observación..."

" Pienso que la poesía del el/la poeta, nace de quien es un/a gran observador/a, un gran captador de emociones de las que surgen "pensamientos", que, dependiendo de la capacidad del conocimiento del lenguaje escrito, pasa a negro sobre blanco... imágenes, que pueden hacer que en aquél, que posteriormente lea, surjan las mismas emociones que el poeta captó"

Observación...y traslación a través del lenguaje escrito. Esta es tu tesis y es muy interesante. En una de las entradas anteriores dije que primero hay que "saber mirar" y después...."saber escribir". En estas dos afirmaciones tan simples tenemos la quintaesencia de cualquier creación literaria, sobre todo en el género poético. Me agrada tu coincidencia con este planteamiento, Jonás, y agradezco tu extenso comentario, que viene a cerrar de forma acertada este capítulo cuarto de esta mesa redonda en internet "Sobre Poesía". En él se perciben, además, tus dos vertientes: la literaria y la científica. Gracias por acercarte, de un modo singular, a la esencia del debate.

Anónimo dijo...

Querido Emilio: Te agradezco la ilusión y el diamismo que has puesto en este interesante debate sobre poesía. Sabes que, aunque este genero literario me encanta, me desenvuelvo mejor escribiendo historias. No obstante, me alegro de haber particípado en él en alguna ocasión,incluso de haber suscitado alguna pequeña polémica: creo que es bueno, siempre desde el respeto, compartir opiniones, aunque se opine difente.

Aprovecho tu espacio, sin lugar a dudas el más visitado, para decir que mi alejamiento temporal de los blogs, es debido a que estoy sumida en la novela que estoy escribiendo. Quiero terminarla a la mayor brevedad posible, y en ella tengo puesto todo mi tiempo.

Un beso grande para ti y para todos.

Mila

Anónimo dijo...

Te paso el comentario, Mila, a la entrada anterior, Mila, que va a ser la última, ya que lo has colocado aquí. Supongo que querías que apareciera en la entrada siguiente. Un beso.

Port

carmen jiménez dijo...

Por fin llego Emilio. Lo mismo ya ni te acuerdas, pero lograste emocionarme con tu carta en Zaragoza. Y ahora he de reconocer que o ando un poco espesa (que ando) o ni siquiera con tu explicación he logrado ubicarme del todo. Pero sea como sea, entendí que el texto es de Enrique Gracia y que tú lo expones de manera tan clara. Es desde luego casi un decálogo para todos aquellos que intentamos escribir poesía. Yo no lo consigo, pero no desisto. Intento rodearme de maestros y aprender cómo decir de la manera más poética, esa que dan ganas de desenvolver, con la garantía de encontrar que todo lo que va en medio es un pensamiento. Uno de esos, que va más allá de la propia emoción y sentimiento.
Vamos, que ha sido un placer reencontrarte y con tu permiso te añado a "mis otros mundos" si ud tiene a bien, aparecer en ellos.
Un abrazo fuerte.

carmen jiménez dijo...

Emilio: Perdona por tan groso error. Te conocí en un curso de voz que hice con Enrique y Soledad. Por lo demás, me reitero. Excepto en lo de la lectura de tu carta,que evidentemente no era tuya.
Un abrazo, y recuerdos a Sol si la ves.

Emilio Porta dijo...

Nada se cierra nunca, Carmen, y me alegra profundamente verte aparecer por aquí, porque, con las cinco entradas ( una de Enrique, ésta, la siguiente de Francisco Garcia Marquina, y las tres mías, con todos los comentarios, se va a editar en unos meses un libro en papel...así que bienvenida al blog...y bienvenido tu comentario.
Me encantaría que me enviaras tú dirección de correo personal para seguir en contacto, aunque podamos hacerlo, en el caso de entradas temáticas, en el blog. Ha pasado tiempo, ¿eh?. Pero el tiempo no es importante. Me encanta que hayas llegado hasta aquí...y compartir tus "mundos". En el literario seguro que avanzaremos. Un abrazo.

Emilio Porta dijo...

Ya...me extrañó lo de la carta...pero lo importante es que retomemos un contacto que tuvimos. ¿Qué haces ahora?. ¿Sigues escribiendo?. Este es un camino que compartimos muchos pero, al contrario de lo que se dice habitualmente de que todo está ya dicho, yo, pienso exactamente al revés: todo es nuevo, no hay nada igual. Eso sí, hay que procurar que la herramienta que empleamos, el lenguaje sea utilizado del mejor modo posible. Y también intentar que lo que escribimos tenga interés. Un abrazo de nuevo, Carmen.