lunes, 28 de abril de 2014

PASAR A LA HISTORIA


Es tremendo. La de cosas que hay que hacer, la de personas a las que hay que conocer, la de tiempo empleado, la de contactos y esfuerzos que, los que pasan a la Historia, han tenido que hacer en su vida... ¿Y todo para qué?... Para nada. El afectado directamente, con toda probabilidad, no se va a enterar, y por ello, todo lo que ocurra cuando desaparezca carecerá de sentido. Sí, puede que tenga la satisfacción, en vida, de saber que, durante unas generaciones ( pocas ), sus familiares y descendientes podrán decir: "Qué bien, hay qué ver lo importante que fue mi abuelo" ( o en cada caso el parentesco que  corresponda ) pero todo eso, en esencia, se pasa muy pronto. En los cientos de miles de años que llevamos en este planeta una simple y concisa mirada a ese hecho nos hará darnos cuenta de la falta de relevancia que para el sujeto ausente tiene la llamada posteridad. 
No nos engañemos: pasar a la Historia es una lata, un engorro tremendo, sobre todo si es a costa de no vivir la existencia presente sin compulsiones. Porque lo que no tiene vuelta de hoja es que aquellos que han pasado a la misma ( bueno a una de las muchas historias particulares de los distintos territorios del planeta, lo que hace el tema todavía más intrascendente y pequeño) tuvieron una existencia, en muchas ocasiones, dura e incómoda. Y eso sin hablar de una apabullante obviedad: para pasar a la Historia hay que morirse. Qué lata y qué poco gratificante... Sí, pasar a la Historia es una verdadera incomodidad y, además, absurda y totalmente inútil.

David Nihalat

10 comentarios:

Emilio Porta dijo...

Qué cosas tiene David Nihalat... como se nota que él no va a pasar a la Historia... bueno en Australia quizás sí... Allí, en Adelaida, donde vive, escribe y enseña en la Universidad, le conocen bastante. Yo pongo sus cosas de vez en cuando en mi blog porque es un buen amigo y tiene su gracia. Y, sí, algo de razón lleva. Pero es un anarquista de las ideas y a veces me preocupa que se piense que sus opiniones son las mías :-)

carmen fabre dijo...

Pues sí, es una lata...

Pongo la URL de un vídeo que es realmente pedagógico para tu entrada.

https://www.youtube.com/watch?v=xYmDyHC4Oc0

Un beso.

Emilio Porta dijo...

Gracias, Carmen, es una gran aportación la que haces, con las imágenes de la Tierra en medio del Universo ( ¿universos?) y las palabras de Carl Sagan, que reproduzco en su final: "Se ha dicho que la astronomía es una constructora del carácter y la humildad. Quizás no existe mayor demostración de la locura de la presunción humana que esta distante imagen (tomada por el Voyager) de nuestro diminuto planeta. Para mí realza la responsabilidad de cuidar y preservar la vida, nuestra vida en él. La única vida que hoy conocemos". Sí, somos casi nada en medio de la nada, que es el Todo, pero tenemos el privilegio de la conciencia. Y esa conciencia debe ser la que nos haga ver que esta absurda aventura, aparentemente sin sentido, es una aventura colectiva donde el individuo es muy poco sin los otros. Luchas, intereses, necesidad de honores y de dominar a los demás, no solo son ejercicios vacíos sino que no contemplan la única luz posible: la de la evolución en la única tierra que nos pertenece por herencia de siglos y extrañas confluencias cósmicas: este planeta azul donde cada individuo es muy poco para la evolución y en el que nuestra única grandeza es sobrevivir haciendo verdaderamente humanos el progreso y la evolución. Y lo humano es el pensamiento, la superación del animal que aún somos. El Hombre, el ser humano, es muy poco, pero juntos hemos llegado hasta aquí. Quizás el único futuro esté en la parte buena de la Humanidad: la ciencia, el estudio, el trabajo, la creación... más allá de reconocimientos y fama, algo inútil, ridículo, casi ofensivo cuando miras a la mayoría de los seres humanos que todavía se debaten para tener alimento y albergue. La única posteridad deseable y bienhechora es la de una vida posible y mejor para todos. La Naturaleza no nos lo puso fácil. Por eso creo que el Hombre es una afirmación colectiva para encontrar un destino, con ella, pero más allá de ella. Prometeo robó la llama de los dioses, no para pasar a la Historia, sino para dárnosla a todos.

Mari Carmen Azkona dijo...

Qué buen sentido de humor tiene David. Hay que ver qué cosas dice y cuánto sentido hay en ellas. Tanto esfuerzo para ganarse una parcela de eternidad que en realidad ni siquiera existe… David ha entendido a la perfección la filosofía del absurdo de Camus. Gracias, Emilio, por traer sus palabras.


Besos y abrazos

Santiago Solano Grande dijo...

Yo ya sabía que era era nadie, Emilio. Ahora sé que nadie es mucho.
Un abrazo.

Emilio Porta dijo...


Tú eres mucho... por lo que eres, como escritor y como persona, Santiago. Y la Historia que nos contempla es la que tenemos entre manos, la nuestra, con sus avatares y su memoria. También con sus escritos y sus libros. Ud., D. Santiago Solano Grande... es grande no solo en su apellido, sino en su escritura y en mi apreciación y la de tantos que le conocen, le valoran, y le siguen. Todo un personaje humano y también literario del que me siento privilegiado son su amistad.

Emilio Porta dijo...

Se lo diré, Atxia :-) Le va a encantar a David Nihalat tu comentario. Sí, es cierto. Y eso que Camus ha pasado a la posteridad. Al menos de momento, ja, ja. Besos y abrazos compartidos con mi amigo deAustralia.

Pablo Fer Racines dijo...


Es la primera vez que visito este agradable espacio , bueno en fin es un tema existencial , como la levedad del ser , su finitud , su destino y su transitoriedad que siempre será tema de lo filosófico y lo literario.

Saludos

Pablo Fer Racines dijo...

Hola saludos.
Me gusta tu espacio y tu texto .

Emilio Porta dijo...


Gracias por tu comentario, Pablo Fernando. Encantado de que compartamos este espacio escrito, que es mi modo más personal de hablar.