domingo, 9 de febrero de 2014

Mirar y pensar a través de la imagen.

La esfinge
La Esfinge mira, observa lo que ocurre a su alrededor de su inmenso cuerpo. Segura de la escasa importancia de cualquier suceso, asume que nada vence al paso del tiempo y que el barro que sustenta su existencia es el origen de nuestro universo. Imperturbable y serena, descansa sobre el conocimiento de la Historia y guarda el camino de nuestros deseos. La anciana diosa contempla la felicidad y el dolor  y, en su silencio, recoge todas nuestras preguntas a la Divinidad. Ella sabe que no tienen respuesta. Que la única certeza es la incertidumbre y nuestro único arma seguir luchando por alcanzar los sueños.

11 comentarios:

Mari Carmen Azkona dijo...


La incertidumbre es el reino de la Esfinge. Ella espera en silencio y nos coloca frente al espejo de nuestras incógnitas y secretos. Esos son los enigmas que tenemos que descifrar. Superando la prueba, encontraremos el conocimiento necesario para alejar el miedo, que pone plomo a nuestros pies.

Me gusta esta anciana diosa, cercana, accesible y conocedora del alma humana. Enhorabuena, Emilio, por mirar y pensar.

Besos y abrazos.

Emilio Porta dijo...

Mirar y pensar es lo único que nos permite evolucionar como seres humanos... Gracias por hacerte eco de este pensamiento y por entender también el significado de esta esfinge. Dados tus conocimientos de egiptología era lógico que añadieras un punto más de desarrollo al texto. Alejar el miedo y olvidar la imposibilidad de encontrar el sentido general de la vida es una buena norma de actitud. Supongo que ese es el consejo que nos daría la Esfinge - o cualquier otro símbolo de permanencia y sabiduría - para no vivir angustiados por no conocer, ni seguramente poder descubrir, el porqué ni la finalidad de la existencia.

carmen fabre dijo...

La mirada de la esfinge es la que tenemos todos en nuestro interior en, cada vez, más momentos ¿Interpretarla? Tal vez.

Depende

carmen fabre dijo...

La mirada de la esfinge es la que tenemos todos en nuestro interior en, cada vez, más momentos ¿Interpretarla? Tal vez.

Depende

carmen fabre dijo...

La mirada de la esfinge es la que tenemos todos en nuestro interior en, cada vez, más momentos ¿Interpretarla? Tal vez.

Depende

carmen fabre dijo...

La mirada de la esfinge es la que tenemos todos en nuestro interior en, cada vez, más momentos ¿Interpretarla? Tal vez.

Depende

Emilio Porta dijo...

La esfinge, el obelisco de 2.001 Odisea del Espacio ( qué lejano parecia el año y ahora que corto para ser referencia )... son símbolos de cambio y permanencia en la evolución del ser humano, Carmen. Son la acumulación de conocimiento a través del tiempo, la acumulación de sabiduría. ¿Interpetarlos? Quizás son los mismos dioses desconocidos e imposibles que nos observan en formas misteriosas y enigmáticas. Formas indescifrables.

Nohe dijo...

Hola Emilio, yo no te puedo hablar de una parte exclusiva de lo que escribes. A mí personalmente me ha transmitido muchas emociones, una de ellas tristeza, otra alegría. Conseguir eso en tan pocas líneas es difícil cuanto menos.
Me gusta, me remueve por dentro francamente, quizá me trae muchos recuerdos y esperanzas.

Un abrazo

Emilio Porta dijo...

Que algo escrito mueva por dentro al lector es, sin duda, algo que todo escritor desea. Emocionar, hacer pensar, conmocionar... si un texto no tiene alma, termina por fallarle el cuerpo. Y eso ocurre normalmente cuando el que escribe no siente que ha vertido en las palabras algo más que una mirada exterior de los hechos.
Mirar por dentro es siempre ir más allá de los límites, sean estos literarios o humanos en el sentido más amplio y concreto, a la vez, del término. Un abrazo, Nohe, y gracias por seguir las entradas de mis blogs.

Enrique Gracia Trinidad dijo...

Eres tú mismo en este escrito. Ya sabes que siempre estoy encantado de estar cerca de ti... por si se me pega algo, genial amigo.

Emilio Porta dijo...


Tú si que eres genial. Una trayectoria de genial escritor, de pensador, de poeta, de ensayista. Alguien que conoce, prácticamente, todos los campos de la Literatura y el pensamiento, incluso - y bien, muy bien - el Teatro... Hay una clara ósmosis entre tú y yo desde hace años y, afortunadamente, al que se le ha pegado algo es a mí, querido amigo. Tú, sin mí, seguirías estando donde estás. Yo, sin tí, tendría que seguir mirando algunos peldaños de la escalera todavía por arriba y por subir. Un abrazo fuerte y sincero.