miércoles, 22 de mayo de 2013

 

"Más importante que saber lo que nos falta es saber lo que nos sobra"

6 comentarios:

Emilio Porta dijo...

Pensar, decía un conocido filòsofo de nuestro tiempo, es importante para vivir. No especular, pensar sobre lo insondable, aquello que no nos es dado poder resolver. Pero sí pensar en lo que tenemos y en lo que no tenemos, en cómo se hace el camino, cual es el nuestro, cómo podemos movernos sin dejar de respirar, cómo ayudar a que el planeta siga girando en la mayor paz y armonía sin que nos arrolle en sus giros, cómo respetar a los otros y que otros nos respeten, cómo convivir y, a la vez, no dejar que las costumbres o los comportamientos sociales e individuales nos aneguen.
Pensar para vivir. Para ser. Para poder ser. Analizar para elegir nuestro espacio y conservarlo. Esa habitación propia exterior e interior, tan necesaria - aunque sea pequeña - para desarrollar la existencia en libertad, sin olvidar - no hay que llegar a la anulación, pues entonces es inútil - la solidaridad. Pensar es plantearse qué sí y qué no. Pensar es también, una vez que, irremediablemente, estamos dentro de la vorágine del mundo, qué nos vale de él y qué nos sobra.

Jesús Arroyo dijo...

Si nos pusiéramos a pensar lo que nos sobra...
El tema es que lo sabemos, pero los puñeteros egoísmos de esta, nuestra especie, hacen (y por ello hacemos) que seamos un YO para nosotros.
¡Jopetas! no pongas estas frases que me pongo en plan Porta.
Abrazotes.

Emilio Porta dijo...

Es un honor qué digas eso de en plan Porta... digo yo que será algo así como en plan reflexionar, mirar con detenimiento el qué y para qué, pero, sobre todo, el por qué. Realmente la mayoría del tiempo de aquellos que no hemos nacido en la mínima parte de los ociosos que, además, se creen dueños del mundo y detentadores del poder y todos los derechos, pues eso, aquellos que la mayoría de nuestro tiempo lo hemos ocupado, lo ocupamos, en sobrevivir, al menos, que podamos pensar. La realidad para otros ni siquiera es la mayoría del tiempo, es todo el tiempo. El tiempo que se emplea en tener lo mínimo para subsistir, ellos y los suyos.
Qué osadía haber intentado ser un poco felices, tomar un poco de aire y luz, ser uno mismo sin aplastar al prójimo.
Sí, en esta navegación donde las rapaces no tienen piedad de los pájaros mensajeros, al menos nos queda pensar. Y no doblegarnos. "Aunque nos cuesta la vida, aunque nos cueste un dolor", como dice la letra de ese maravilloso tango que es "Gira". Así que, querido amigo, intentemos que no nos quiten la libertad de pensamiento. Que no nos quiten los sueños. Con ellos en el horizonte, al menos, podremos seguir caminando. Y termino con una frase que a ti, como asturiano de pro y luchador, seguro que te dice mucho: "Con la dignidad no se come, pero al menos se respira". Es de mi amigo David Nihalat y la puse en mi blog hace mucho tiempo. David dice que en realidad es mía. En fin, es nuestra, ¿no?.

Mari Carmen Azkona dijo...

¡SI…!! Qué razón tienes, Emilio.

La solidaridad como sustento de la esperanza, tanto personal como colectiva. Y no solo en lo material, sino dando lo mejor de nosotros mismos para caminar hacia esa utopía que anhelamos y a la que tenemos derecho. Quizás no la alcancemos… O quizás si… Como dijo Lewis Carroll se puede llegar a cualquier parte, siempre que se ande lo suficiente.

Besos y abrazos.

Nohe dijo...

Qué nos vale de él y qué nos sobra... cuantas veces me habré preguntado eso desde que abrí los ojos cuando no tenía nada. No hay forma mejor de averiguarlo, solo tienes que llegar "al infierno" cada uno al suyo, para saberlo.
El sol en la cara, arena fina bajo mis pies, el agua del mar infinita e inmensa arropándome, gente que sonría, con alma, con verdad. De esa gente me quiero rodear quizá por eso aún estoy sola, quizá por eso veo demasiado gris rodeando mi círculo que hace fuerza para resistir.
Libertad.
¿Se puede? Uno es libre dentro de sí mismo, cómo conseguirlo... si tenéis la receta lanzármela por el cielo hasta mi ventana.

Emilio Porta dijo...


No hay recetas, Nohemí, no hay fórmulas. Solo hay indagación, buscar en uno mismo y saber lo que deseamos de verdad. Decía mi amigo David Nihalat que nosotros ponemos el horizonte... y la naturaleza y la existencia ponen los límites. Pero hay que intentar que horizontes y límites no estén demasiado alejados. Realmente la única libertad total - mientras funciona - es la de la mente. Ahí está nuestro mundo real, por eso somos creadores, escritores. La verdadera habitación propia es la interior y en ella no entra nadie sin nuestro permiso y aceptación. Aunque, sin duda, la otra, la habitación exterior - algo de silencio y soledad deseada - también la necesitamos algunos que nos da por mirar y escribir...
Respecto a la gente mejor - o sea los que comparten modo de ser y estar en el universo, si eso es posible - no nos rodea: confluye. Cuando confluyen. Lo cierto es que luego están las circunstancias - que siempre son exteriores - para limitar la confluencia. Aunque siempre queda la escritura. La escritura no necesita movimiento. Solo espacio personal. Y letras. Yo creo que tú - no hay más que leer tu libro recién publicado - tienes un mundo tremendamente rico. Y la suerte de imaginar y crear. No hay mucha gente igual ( bueno igual, nadie ) pero busca siempre ( o encuéntrate ) entre aquellos que no diferencian mucho la realidad de los sueños. Algunos de tus personajes, por ejemplo, saben de qué hablo. Y voy a repetir, como final, parte de mi primer comentario a esta entrada:
" Elegir nuestro espacio y conservarlo. Esa habitación propia exterior e interior, tan necesaria - aunque sea pequeña - para desarrollar la existencia en libertad, sin olvidar - no hay que llegar a la anulación, pues entonces es inútil - la solidaridad. Pensar es plantearse qué sí y qué no. Pensar es también, una vez que, irremediablemente, estamos dentro de la vorágine del mundo, qué nos vale de él y qué nos sobra."
No es difícil saberlo. Pero hay que ser valiente. Y saber que el posible precio del valor es la soledad. No será, de todas formas, tu caso. El día de la presentación vi lo que hay buena gente que te admira y te quiere. Ah, hace falta algo muy importante: tener un mínimo de temas materiales resueltos... y un poquito de suerte. Si, un poquito de suerte y no rendirse jamás. La salud no importa tanto. Aunque hay que tratar también de cuidar el cuerpo. Ánimo, Nohe, que nadie ha dicho que esto sea fácil. Mejor una vida difícil no mediocre que la mediocridad haciendo sencilla la vida. Al menos esto es lo que he sentido siempre... y todavía no me han derrotado del todo, aunque, a veces, casi lo hayan conseguido. Pero solo casi :-)