miércoles, 23 de noviembre de 2011

NOVIEMBRE

Noviembre es como una playa que espera la caricia del mar y, de forma extraña, recibe olas que arrasan la arena. También es una montaña a la que el viento intenta horadar, sin éxito, y que, de repente, se cae sola. Y es Noviembre un muro que se deconstruye con los intentos de saltar sobre la falta de claridad. A veces, es una puerta cerrada. Y, a veces, un surco abierto. No me entiendo con Noviembre y, sin embargo, siempre busco llegar a un acuerdo con él. Pero se escapa, se escapa siempre. Ese signo extraño del zodiaco que nunca acepta las reglas del juego. Y desordena nuestro interior

19 comentarios:

Emilio Porta dijo...

Quizás esté siendo injusto con Noviembre. Este Brumario, nominado así por la Revolución Francesa, y que parece siempre una antesala.
Y lo es, una antesala del invierno, siendo, climatológicamente, el propio invierno. Sí, puede que sea injusto con él. A pesar de mi animadversión por su extrañeza, ha sido un mes en el que, en el pasado, ocurrieron cosas a conservar en la memoria, como la entrega del Premio Blas de Otero o un viaje a Lisboa, hace tiempo, que supuso uno de mis mejores encuentros con una ciudad y un país que amo.
No se por qué me ha dado hoy por hablar de Noviembre. Quizás porque se acaba y hay que dar una calificación a este mes extraño con el que casi nunca se a que atenerme, a pesar de que, seguramente, pasado mañana lo veré de otra forma. Es lo que tiene el día a día y algunas fechas del calendario. Que en un momento pueden cambiar el signo de los sucesos.

Nelken Rot dijo...

Ya sabes que como buena escorpio, adoro Noviembre: el mes donde nos concedemos la caída, donde nos sentimos bellos aunque lánguidos. Nos pegamos cerquita a las cortezas de los árboles y escuchamos como silban las hojas en su caída.

¿Habrás visto mes más sensorial? Con castañas asadas, con pannetone de chocolate, panillets...

Todavía no hace frío del todo, algunos días contienen un sol maravilloso y fresco. La mantita y la toquilla te enroscan de maravilla...

Asúmelo, has de cambiar las malas conexiones con Brumario. Noviembre siempre te querrá, aunque tú no le entiendas.

Nel

Emilio Porta dijo...

Bueno...Noviembre siempre me ha traído unos catarros monumentales, algunas fiebres históricas y el aviso de la llegada de otro mes que no es de mis favoritos, Diciembre. Lo era de niño, pero luego me dí cuenta de que era un mes lleno de tristeza. Un mes de fiestas obligadas y de cumplimientos con las fechas. Me gusta la alegría que no se programa. No me gustan los aniversarios. Tampoco los cumpleaños, los santos, los días especiales que los marcan los otros. Me gusta marcar los días por cosas sencillas y personales. Y quizás me pasa lo mismo con los meses. Como decía en el primer comentario, quizás sea injusto con Noviembre. Comprendo que a los Escorpio les fascine. Es su mes. Lo que pasa es que yo no soy Escorpio, sino Cáncer. Y aunque somos dos signos de agua y, teóricamente, somos parecidos, el Cáncer suele tener más los sueños en la luna y los escorpio ( tú eres una excepción, por lo que te conozco ) tienen más los sueños en la tierra. Entre la tierra y la luna hay una distancia de luz que implica un salto de abstracciones. Pero vamos, lo de los signos, es una referencia. Cada persona es un mundo, bien lo sabemos. De todas formas yo intento llevarme bien con los Noviembres y ya te digo que tengo muchas cosas buenas que recordar también de ellos.

Emilio Porta dijo...

NUEVA SUBENTRADA: En cualquier caso Noviembre es un mes de brumas, como ya veíamos que indicaba su nombre ( Brumario) de la Revolución Francesa. Un mes envuelto en misterios insondables, que acorta la luz, que deshace cosas. Un mes inestable en el que todo se echa encima y apenas deja tiempo a mirar al futuro, porque para los humanos, todo futuro acaba los 31 de diciembre y luego vuelve a empezar. Nos programamos por anualidades y somos incapaces de escapar al influjo de los finales de año. Así que dejemos las mensualidades y pensemos en la anualidad. La de 2011 ha sido grande, realmente importante en mi vida. Me ha apretado un poco en algunos momentos pero, en conjunto, serà un año difícil de olvidar. Un año que ha supuesto cosas nuevas en mi vida. Que me ha hecho dar un salto en mi existencia. Que ha iniciado una época de avance y también de regreso a mi identidad. Un lanzar las ilusiones a lo desconocido y tratar de reencontrar, definitivamente, al muchacho que nunca dejó de pensar que la vida estaba más allá de la existencia vulgar de la rutina, lo conocido, y que pensaba que el mundo era algo más que las cuatro paredes delimitadas de una habitación predeterminada y única. Este año 2011, me editaron un pequeño libro, de Selected Poems en la Colección Hazversidades poéticas. Este año nació Netwriters. Este año pude ir mas allá. Venía de un tiempo duro, un tiempo familiar muy duro. Y vi algo de luz, vislumbrÉ un camino que, en realidad, no había abandonado nunca. Un camino intentado desde siempre contra viento y marea. En este blog, en mis dos blogs, hay jornadas inolvidables de ese camino. Esta nueva entrada, en medio de comentarios que me han empujado a ella, es una estancia de reflexión.

Manuel dijo...

Querido Emilio: veo que adelantas la reflexión de fin de año a este brumoso Noviembre. ¡Eso está bien!.

Creo que significa un grado de satisfación suficiente. Y me alegra como no imaginas.

Te sigo y, en estos momentos, preparo una pequeña perorata par tu otro blog. La leeremos y ya comentamos.

Un abrazo.

Mila Aumente dijo...

Nací en la madrugada lluviosa de un veintiseis de Noviembre. Siempre he creído que esas dos circunstancias, la lluvia y pertenecer al signo de Sagitario, han tenído y tienen gran signíficado en mi vida. Noviembre es un mes de nostalgia,melancolía, añoranzas y también de sueños. De los que no se han cumplido durante el año y del afán interminable por conseguirlos.

Querido Emilio, el otoño además de los inevitables catarros también acarrea cosa buenas. Solo tenemos que pasar un día en el campo, ya sea lluvioso o soleado, para sentir el placer que ven nuestros ojos.

Un beso.

Emilio Porta dijo...

Bueno, dado que los dos comentarios han entrado seguidos, voy a empezar por el más cercano, o sea el final, y primero contesto a Mila, y luego a mi amigo Manuel.
La casualidad ha hecho que escriba estas líneas - con fondo de reflexión y leiv motiv Noviembre- precisamente el día de tu cumpleaños. Los que me conocéis sabéis que esos días no significan mucho para mí. No me gustan las celebraciones a fecha fija, ni los aniversarios ni esas cosas. Pero, en este caso, supongo que hay que decir, no felicidades, sino que te deseo, Mila, hoy y siempre, lo mejor de la vida. Un tiempo de paz y de refrendo de ilusiones, a la vez que aceptar las cosas, nuestras o de otros, que no sean paradigmáticas ni dignas de resaltar. Noviembre, después de unos días de irlo acomodando no es tan malo. Supongo que es un tiempo extraño por lo que tiene de estar corto de luz y también porque inicia los fríos. No me disgusta el frío, si no es excesivo. Ni tampoco la penumbra, si no es total. Todo esto, Mila, para decir que, en definitiva, cada uno somos un mundo, que cada momento lo es también y que no hay tomarse las cosas al pie de la letra, sobre todo cuando la letra está sujeta a circunstancias de las que no somos del todo dueños. Sin duda eso que dices del campo me vendría muy bien. Que tengas un día recordable y con ilusión, mi querida amiga.

Emilio Porta dijo...

Y ahora, Manuel, unas palabras para ti. Pues mira, sí, te acepto lo de final de año...aunque todavía quede un poco por vivir de este 2011, tan lleno de cosas, tan complejo, tan inesperado en varios aspectos.
Las reflexiones de final de año...y los deseos para el nuevo, el tiempo por venir. Una costumbre que nos inculcaron los que nos educaron en una vida dividida en ciclos, que no digo que no sea así, aunque cada vez la deseo menos compartimentada. En realidad mitíficamos todo, hasta las fechas...Y bueno, a ver que nos depara tu comentario en el otro blog, seguro que alguna ligera puntualización. No olvides, de todas formas, que todo es un símbolo, casi todo lo puede ser. Un abrazo, compañero y amigo.

Mila Aumente dijo...

Muchas gracias por tus buenos deseos, Emilio. Sabes que es un sentimiento recíproco.

No veo ninguna diferencia entre el ayer y el hoy. Sigo siendo la misma a pesar de que ayer tenía una edad cronológica y hoy tengo otra... Cosas del calendario.

Un besito con mucho cariño.

Emilio Porta dijo...

Me encanta que no sientas ninguna diferencia, Mila. Eso es señal de que tu mente y tu corazón están en buen lugar. Realmente todo esto de los "cumples", las edades, las etcéteras son un atavismo de cuando el hombre tenía que dar las gracias por todo, incluso por vivir. En cualquier caso ya sabes que mis buenos deseos se extienden fuera de fechas señaladas. Señaladas por otros, no por mi. LLevo años sin celebrar ningún tipo de aniversarios, cumpleaños, etc. Y voy a bodas y funerales por no ofender. Pero vamos, todos estos temas sociales, sinceramente, son totalmente ajenos a mi. Los respeto por no herir sentimientos y porque no quiero ser un individuo totalmente "asocial" y ex-céntrico. Aunque, en algunas cosas, que queréis que os diga, lo he sido, lo soy y, si me queda tiempo, espero que sí, lo seré. Y esto no es nuevo. Es de ahora y de cuando tenía 18 años también, días de la madre y del padre incluidos. Y no te digo nada San Valentín. Un beso.

Rosa dijo...

Estoy de acuerdo contigo Emilio, tendemos a mitificar e intentamos situarlo siempre en un entorno concreto para culparlo de todo.

No siento que Noviembre represente nada más allá de cualquier otro mes. La diferencia estriba en relacionar el mes en el que estamos cuando algo no va bien o va de lujo, cuando llueve o hay sequía, cuando algo empieza o se termina...

En fin mi querido Emilio, que no es fácil vivir y siempre es mejor echarle la culpa al calendario.

Un abrazo a tres días de otro mes.

Mari Carmen Azkona dijo...

Querido Emilio, ya se ha terminado Noviembre. Se ha marchado silencioso, sin aspavientos y sin que nadie te recuerde que tienes que ser feliz porque lo manda el calendario.

Llega mi Diciembre y ni siquiera puedo dedicarle bellas palabras como has hecho tú. Menos mal que por lo menos la RAE se ha apiadado de mí y ya no me obliga a escribir navidad con mayúsculas...No es mucho, pero es un paso.

Es un hermoso texto, sin duda, con bellas imágenes y el sonido paciente del paso del tiempo.

Hasta mañana Emilio, hasta el año que viene Noviembre.

Besos y un fuerte abrazo.

Emilio Porta dijo...

"No siento que Noviembre represente nada más allá de cualquier otro mes. La diferencia estriba en relacionar el mes en el que estamos cuando algo no va bien o va de lujo, cuando llueve o hay sequía, cuando algo empieza o se termina..."

"...no es fácil vivir y siempre es mejor echarle la culpa al calendario"

Pues tienes razón, Rosa. Un comentario que voy a suscribir de forma absoluta. No son las fechas, somos nosotros en las fechas. Situaciones vividas, sucesos fuera de control, deseos o sueños no cumplidos...La vida no entiende de calendarios, decide por si misma sin tener en cuenta divisiones. Parece que la temperatura, la luz, la oscuridad, si tienen algo más que ver con los estados de ánimo. Y, sobre todo, la esperanza y la desesperanza, las situaciones que se nos escapan de las manos o que no dependen de nosotros...todo eso que forma parte de la existencia y que se nos superpone, que se lleva como una carga o como un motor. Sin estación del año. Sin año a veces.

Alejandro Pérez García dijo...

Querido Emilio: ¿Qué quieres que te diga? A mí los meses, los días, los años... me dan un poco igual. No hablo con ellos. Eso sí, todos me tienen marcado: cada uno ha dejado en mi una huella relevante por los acontecimientos que en ellos he vivido. Vivir es gozar y sufrir.

Noviembre no es un mes que me apasione. Menos que un peleón con gaseosa. Es un mes entre la chaqueta y el abrigo, entre el brasero y las brisas solanas. Es el mes de las últimas flores; un mes que da el testigo al último del año, diciembre, tan evocador de recuerdos, tan empeñado en pasar la lista del tiempo y poner cara a la ausencia y subir al desván la silla vacía.

Sólo me gusta noviembre porque tiene parada en la estación del otoño, estampa incomparable de lo natural: colores y sabores, fragancia y susurros. Basta una visita por los campos -cada vez más escasos- que nos rodean, puro sentimiento que me corre por las venas.

Siempre agradeceré la espuela de tus palabras en los ijares del pensamiento. Gracias a ello he pasado una página con el crujir de una tarde caduca, como las hojas que ahora se quejan bajo nuestro caminar.

Un abrazo amigo.

Emilio Porta dijo...

Mari Carmen. Los conceptos no son inmutables. Al exponer aquí algunas cosas, el propio mes - y yo con él- hemos experimentado una cierta catarsis. Que Noviembre es un mes con una cierta carga transformadora, no hay duda. Que conlleva una transición del calor al frío, de la luz a la bruma y al desconcierto, tampoco. Pero que, con sensibilidad y fuerza puede hacerse un tiempo nuestro, también. No es el nombre, sino el periodo que lo cubre, lo que, quizás, no ha sido, algunas veces, ni amable ni conciliador en mi vida. Pero tampoco es cuestión de anatemizar los objetos ni los símbolos. Los nombres y los símbolos...Sí, mi Noviembre entraba en esa calificación. Algo de distanciador si tiene. Es el muro previo a Diciembre. Y a Diciembre se llega subiendo la cuesta final del año. Luego vienen las estrellitas sociales de Navidad y todos, menos algunos, tan contentos. No se, ¿a ti no te ha pesado nunca una época?
Yo, esta vez la he llamado Noviembre. Quizás me he equivocado de nombre.

Emilio Porta dijo...

Con lo que a mi me ha gustado siempre el Otoño...Es curioso. Sin embargo no tengo excesivos buenos recuerdos de los otoños. Siempre los he esperado como etapa de evocación y asentamiento y casi siempre han sido solo pérdidas de los apuntes de la primavera y el verano. Por otro lado, Alejandro, en Madrid hace tiempo que el Otoño ha dejado de ser una estación evocodora. Me encanta las cosas que habéis puesto los amigos/as ante una entrada que no tiene demasíado sentido objetivo. Será que os gusta este extraño divagar literario en que yo convierto todo. De tu comentario me ha gustado especialmente esto, Alex.
"A mí los meses, los días, los años me dan un poco igual. No hablo con ellos. Eso sí, todos me tienen marcado: cada uno ha dejado en mi una huella relevante por los acontecimientos que en ellos he vivido"
Supongo que eso es lo que quise decir yo también. Un fuerte abrazo.

Emilio Porta dijo...

Por cierto, bien mirada y leída de nuevo la entrada, no lo pongo tan mal. Solo digo que no me entiendo con él, con Noviembre, y sin embargo siempre intento llegar a un acuerdo con él. Solo que a veces los acuerdos, con entes irracionales que no son sino meras convenciones, el acuerdo no es posible. Noviembre era eso, un ente. Ahora ya solo es una hoja pasada del calendario. Tengo que cambiar la entrada.

Luna dijo...

Y yo naciendo en Noviembre. Que le falta para último y le sobra aun más para primero. Siempre escapa, de eso no hay dudas.
Pero bueno, un crédito le doy. Sus jazmines tan blancos, tan perfumados, entre tanto desorden.

Saludo enorme, Emilio.

Emilio Porta dijo...

Es un mes rebelde, sin duda. Acostumbrado a la batalla final del año. Y a no dar su brazo a torcer. Y, a veces, es un mes cansado de esperar. Es así, pero, finalmente, me he reconciliado con él. Porque el pobre no tiene la culpa del frío que trae cuando discurre en el hemisferio Norte. Que es donde yo lo habito, claro. Un abrazo, Luna.