jueves, 3 de diciembre de 2009

ANTES DE NAVIDAD

A mi padre. Y a Santiago Solano.

"Port tenía que asumir que el cuerpo de su padre ya no era nada, que daba igual polvo o cenizas, que daba igual cualquier resto de materia. El se había ido y estaba de forma más real en su recuerdo que en los lugares de las exequias, en las condolencias y abrazos, en las formas de los pésames de familiares y amigos. Su padre, su querido padre, había estado con él mano con mano durante muchas noches de espera y esperanza en la cama 44 de aquella planta Sexta Norte que había recorrido, día tras día, para acompañarle y sostenerle. Ahora ya no estaba allí, no estaba detrás de la puerta de cristal traslúcido de la habitación 19 ni tampoco estaba en ningún lado. Sólo quizás en su corazón, sólo en su memoria y en sus lágrimas. Esas lágrimas que aparecían en silencio de forma intermitente cuando miraba por encima del paso de las horas, del paso inconmovible del tiempo."

56 comentarios:

Emilio Porta dijo...

La entrada anterior, mi poema Archivo, impreso en escritura, me ha hecho recordar algunas cosas. Ya hace más de dos años que murió mi padre. Alguién para quien siempre significaron mucho estos días. Un hombre bueno, simplemente eso. Que cuidó a mi madre, que nos cuidó a nosotros, que no esperaba grandes cosas de la vida, pero supo vivirla con esperanza hasta que la vida misma le hizo un daño irreversible en forma de alzehimer. Después todo fue una lenta agonía. Sus ojos azules miraron durante algún tiempo, largo tiempo, sin comprender, sin saber quien era ni donde estaba. A veces el archivo no nos devuelve las imágenes con nitidez. Van entrando en la sombra. Por eso he querido rescatar esta imagen ya que yo tuve la suerte, la inmensa suerte, de tener por padre a un buen hombre, un gran y sencillo ser humano, que me enseñó mucho solo con estar. Y que siempre pensó, por encima de todo, en sus hijos. Y que se fue, sin saber ni quien era ni donde estaba, sin poder, ni siquiera, decir que le dolía la vida. Ni la muerte. Este escrito está en su adiós.

Unknown dijo...

Emilio, las personas que abren su corazón,
son, las que más respeto merecen;
incluso más respeto, que el sabio.

Ahora, estoy leyendo,
el Werther, de Goethe;
que bien se expresa ahí,
lo que estoy diciendo.

Siento mucho lo de tu padre.
Solo se me ocurre esto:

Placeres y dolores pasan de largo,
pasan de largo en el mundo, no es nada.

(Anwari Soheili)


Te deseo lo mejor,
para este, frío Diciembre.

Anónimo dijo...

Emilio, deberías escribir de tus recuerdos, es una preciosidad. Sol

Mari Carmen dijo...

Hay una algo que tengo que agradecerle a la muerte, quizás la palabra agradecer no sea la adecuada, o quizás sí. Cuando la muerte, en su peregrinar continuo por el mundo recogiendo almas, se ha llevado a algún ser querido mío, se ha llevado consigo los nubarrones de los malos momentos, los enfados por pequeñeces...y sin embargo, los buenos momentos, han quedado grabados.
Son los recuerdos más nítidos que tengo, incluso los que pensé desvanecidos, reaparecen con una claridad extraordinaria, siento los sabores, los aromas.
Es como si la muerte sintiendo lastima de nuestro dolor, repartiera el alma de nuestros seres queridos, entre los que los quisimos. Tal vez me engañe, pero es lo que quiero pensar...ellos siguen junto a mí.

Emilio, Soledad tiene razón deberías escribir tus recuerdos.
Una vez en la nieve, nos otorgaste el honor de poder leer texto sobre tu padre. Quizás me exceda en la confianza que me has dado, pero creo que en este momento, es el mejor comentario a tu entrada.

EL ALMA NUBLADA

Recordaba el sabor de las fresas, aunque no sabía muy bien quien se las daba. Apreciaba el sabor como un recuerdo que se hacía presente a través de los sentidos callados, adormecidos, unos sentidos que le habían ido abandonando poco a poco, igual que la constancia del presente. El hombre bueno, lleno de amor y de cariño, que había permanecido siempre fiel a la existencia de los suyos, dejaba escapar su interior a través de su mirada azul, una mirada que ya no se dirigía a los objetos, sino a las sombras de las cosas. El, tan alegre y amable, se encontraba doblado en el fondo del sillón en el que había elaborado cada día sus trayectos y en él que había comprobado sus sueños. Pero esos sueños sólo tenían pasado, y el pasado en quien no reconoce, en quien no puede percibir, es la inexistencia. Aún se me escapa alguna lágrima cuando escribo estas líneas, basadas en la memoria de mi padre, el hombre que me dio la vida, el hombre al que debo mi existencia. Sus últimos años, convertido en un muñeco destruido por el tiempo, atado por la enfermedad y el paso de la vida, son un misterio que quiero desvelar. El misterio de un viaje que ahora emprendo a través de los indicios y a través de la esperanza de recobrar al ser humano que se escapó en silencio al mundo oscuro de la permanente claridad.

Emilio Porta

Enhorabuena por tener a tu padre junto a ti y por los bellos textos.
Un beso.

Anónimo dijo...

Querido Emilio: Debe de ser muy triste asumir que un padre, esa figura tan importante en la vida de cualquier ser humano, se ha convertido en nada. Sin embargo, alguien dijo: "Nadie muere del todo mientras viva su recuerdo"... Tu padre no ha muerto: está en cada una de tus lágrimas, de tus pensamientos y en ese lugar de tu corazón donde sólo das paso a las personas que nunca dejarás de querer.
Todo mi cariño para tí y su memoria.

Mila

Anónimo dijo...

Voy a contestaros esta vez sin tener en cuenta el orden de las entradas de los coments. En primer lugar, Mila, a ti. Gracias por el tuyo. Y, aunque, no todos los padres son iguales, como no todos los seres humanos lo son, entiendo que, en tu caso, también ha sido un buen hombre. No todo el mundo puede decir lo mismo, por eso más que la muerte, la vida es triste a veces. Yo tengo la fortuna de mantener el recuerdo porque fue un hombre de bien. Si no hubiera sido así probablemente no habría dejado tanta huella. Cada uno, en el tema de los afectos tiene lo que puede tener por como es o por las circunstancias de la vida. No es fácil dar sin recibir, aunque hay gente excepcional que lo hace.
Un beso.

Port

Anónimo dijo...

Estimado amigo Francisco: Sólo puedo agradecerte, una vez más, tu presencia en mi blog. Y tus comentarios. Certeros, sentidos y bien escritos. Recibe un abrazo.

Port

Emilio Porta dijo...

Soledad...gracias no sólo por tus palabras sino también por el interior de tu pensamiento, por la sensibilidad que lo acompaña. Parece que Mari Carmen te hubiera escuchado - o lo ha hecho - y ha trasladado en su comentario un escrito que publiqué en la nieve y que es el comienzo de una novela que tiene como protagonista a quien hoy le he rendido un homenaje escrito. La novela se llamará El sabor de las Fresas...y es una bonita historia. Tengo el armazón, la estructura...y el comienzo. Es ese texto que Mari Carmen ha colocado.
Un beso.

Anónimo dijo...

El Sabor de las Fresas es el título del capítulo de introducción, la novela se llamará El Alma Nublada. Aunque daría igual que fuera al revés.

Port

Alejandro dijo...

Querido Emilio, se ha ido tu archivo sin mi carta dentro. No importa. No siempre se puede llegar a tiempo a todas las despedidas para dejar dentro el suspiro de un adiós. Comprendo tu ANTES DE NAVIDAD. En estos días muchos sentimos el frenazo de la vida, porque la vida es lo que es: principio y muerte. Todos los días somos presas del mismo estado emocional, porque todos los días nacemos y morimos. Estas fechas me paralizan hasta la respiración, pues en torno a los últimos días de Noviembre (al que también dedicaste una entrada), hace unos años, a mi también se me pararon los relojes, varios relojes. Ahora, en los aniversarios, se me vuelven a parar. Cada vez me cuesta más ponerlos en marcha. Quizá algún día no vuelvan a funcionar. Ahora he retomado, sólo por unos instantes, el tic-tac porque el eco de tus recuerdos han tenido en mi un efecto estimulante.

Un abrazo.

Alex

Alicia dijo...

He estado cerca de la muerte. Pasó justo a mi lado. Cuando eso te ocurre, cambia la escala de valores de tu vida.

La palabra AMOR yo la escribo con mayúsculas cuando se refiere a lo que se da a una persona cuando se le acompaña hacia ese camino sin retorno. En ese viaje dónde hay un peaje que se paga esas lágrimas de las que tú hablas, Emilio.

Cuando se viaja acompañando a un ser querido que ha llegado a un momento que no sabe a dónde va, es cuando te das cuenta lo importante que fue que un día fuera él quién te llevó a ti por el mejor camino y sólo estás haciendo lo que de él aprendiste. Eso es parte del aprendizaje en el itinerario de la vida. En un cruce del camino, se cambia de dirección y entre ambos se intercambia el papel de guía para acompañarle hacia el destino inexorable de la muerte. Cuando se llega al final, ocasionalmente volvemos a ese archivo de sentimientos que guardamos en lo más profundo del corazón intentando recuperar trazas de lo que fue y nos cuesta resignarnos a que ya no sea. Emilio no sabes cómo te comprendo.

Con respecto al prólogo de ALMA NUBLADA sabes que lo tenía guardado con un cariño especial en lo más hondo de mi corazón. Lo recibímos cómo un regalo especial. El envoltorio está hecho con nostalgia y en el interior sólo hay AMOR hacia todos los padres, personificado en el tuyo.

Besarkadatxu bat

Emilio Porta dijo...

Mi archivo nunca se va sin tu carta dentro, Alejandro. Hace ya mucho tiempo que todas tus cartas se vienen de viaje conmigo. Y tu comentario de ahora me ratifica que estás bien, que tu silencio de estos días era etapa y sentimiento por otros aniversarios, aunque, como algunos sabemos, si algún día tienes un problema tus amigos no nos enteraremos, tal es tu sentido del afecto y la amistad. Por otro lado, esta entrada que hago no es más que una glosa referenciada de parte de mi archivo personal porque, como deducirás por el texto, esa persona querida y no olvidada, sigue ahí. Espero que la referencia te sirva también a tí, como señalas. Un fuerte abrazo, Alex.

Emilio Porta dijo...

Y ahora quiero entrar a contestar como merece tu comentario, Mari Carmen. Porque es algo más que un comentario. Has traido a mi blog algo muy personal para lo que, en mensaje aparte, me has pedido permiso, lo cual, además, es un alarde de delicadeza. No hacía falta ese permiso... porque cualquiera se sentiría orgulloso de que hayas puesto un comentario que es, a la vez, una nueva entrada mía añadida al blog. Digamos que me has devuelto en tu espacio aquel espacio que yo te cedí hace tiempo. Y no podías hacerlo de mejor manera. Ese libro, si se termina de escribir algún día, supongo que habrá tenido un importante empujón con tu comentario y el de Soledad. No quiero poner sentimientos y emociones solamente en unas hojas. Quiero contar una historia, hacer unas reflexiones sobre la vida, sobre los transcursos y su principio y su final. Y quiero hacerlo de un modo literariamente correcto. Una novela que sea una reflexión, no un cuento. Ahora tengo bastante claro cual va a ser su planteamiento y desarrollo.
Un desarrollo circular, que empieza por el final, sigue por el principio y vuelve al final. Espero tener tiempo para escribir un buen libro. Y que le sirva a alguien, además de a mí. Gracias por traer, desde la nieve, el principio de El Alma Nublada a esta página. Un beso.

Anónimo dijo...

En atención a tu comentario, con la tristeza que uno siente ante el sufrimiento de aquél que ve como se le escapa de su mente el libro de su vida, y de aquellos que le quieren y ven que dejan de pertenecer a su mundo, cuando su mundo sin fuego se apaga, he recogido de la red este poema. Es de alguien español recogido en una pagina argentina, pero que viene muy a cuento. (Emilio, esto, así como el poema, cortaló si lo crees imprudente, pero lo escribí dedicado a los enfermos de Alzehimer, no sabía el tema de tu padre; sé lo que se sufre con un familiar así. De veras que lo siento).

Salvador Ramís

"Hoy he de repasar mis años pasados
para mirar al futuro desde este inquieto presente.
Me dice el espejo que se han abierto caminos en mi piel,
caminos que has mimado en tu transitar conmigo.
Se tiñeron mis cabellos con el tinte de tus besos de luna,
y la razón ya no es razón en mi desplomada memoria.
que pierde los hechos de ayer y me retrae ahora a mi niñez.
Temo perder la imagen de ese lecho
en el que el tiempo ha modelado un cuerpo incierto,
en el lugar donde dormitaron dos.
Y es que los dos éramos uno en el sueño, cuando se abrazaban hasta el amanecer.
He de amar este presente que mañana no recordaré,
en ese mañana que te veré de niña,
de un tiempo en el que ni sabré que antes eras mía
!y en el que te amo tanto!
¿Es posible perder memoria de ti?
Pero..., ¡pero si todo en mí eres tú!
¿Por qué, Dios por qué he de olvidar
esos labios que tanto bebieron de mí?
Manos que se modelaron con tu rostro de tanto acariciarte
Piel que sabe de tu piel como de mí misma piel
Pecho que ha cobijado tanto amor, de mi amor
de ti, mi vida,
¿ También te olvidaré?...
Eso es peor que morir.

Emilio Porta dijo...

Por supuesto, querido amigo, que no he cortado ni un ápice del poema que envías. Hace tiempo vi una pelicula que me emocionó, trataba de una enferma de Alzehimer y de su hijo y su familia. Una película hermosa, como lo es el poema, como es tu comentario. Se llamaba "El Hijo de la Novia" y de ella ya he hablado en otra entrada. En realidad nada de la vida nos es ajeno. Yo quiero ver la alegría, no la tristeza, de que ellos, que tuvieron parte de su vida emborronada, sean recordados por nosotros. Con la fuerza que da el amor en la memoria. Con la fuerza que da saber que, de una u otra manera, todos estamos nadando con rabia y rebeldía, aún en la aceptación, en la niebla y el misterio. Y no por eso vamos a rendirnos.
Gracias y un abrazo.

Emilio Porta dijo...

Que precioso comentario, Alicia...realmente emotivo y sentido. Sí, realmente fuisteís vosotras, ese querido puente que hay tendido entre el centro de la península y vuestro País Vasco, que es nuestro también en el sentimiento, las que recogisteís en la nieve ese comienzo de novela que ha colocado Mari Carmen. Pensé en su momento que en un terreno nevado es donde mejor se podían conservar las huellas, pues de huellas estamos hablando. Y ahora esas huellas se levantan del suelo y se convierten de nuevo en pasos gracias a vosotras. Esos pasos que damos la Humanidad y que creemos que se pierden hasta que alguien los recoge y nos dice: ¿Ves? Nada se pierde...Eso es lo que yo creo: que nada de lo vivido se pierde. Que todo está vivo. Que sería del Hombre sin memoria...Tu texto, nuestros textos lo demuestran.
"Cuando se viaja acompañando a un ser querido que ha llegado a un momento que no sabe a dónde va, es cuando te das cuenta lo importante que fue que un día fuera él quién te llevó a ti por el mejor camino y sólo estás haciendo lo que de él aprendiste. Eso es parte del aprendizaje en el itinerario de la vida".
Poco más que decir después de tan bellas palabras. Un beso.

Miguel dijo...

Querido Emilio:

Rara vez entro en la Blogsfera. Ya lo he repetido multitud de veces, cuando tengáis un libro editado contad conmigo.

Alguna vez picoteo un poquito aquí o acullá (me encanta este término).
En mi última y breve excursión he descubierto tu texto.

Eres un buen hijo lo que te honra, máximo en estos tiempos en que al amor más desinteresado que existe, el de los padres a sus hijos lo denominan:
Ingerencia de los padres en la libertad de sus hijos.

Miguel Ortega Isla

Emilio Porta dijo...

Querido Miguel. Te agradezco tu entrada y comentario y más, a nivel personal, por el hecho de que no acostumbres a prodigarte en ese aspecto. Se que lo haces como un detalle hacia mi texto y hacia a mi y, aunque me gustaría que, de vez en cuando, aparecieras más en la blogsfera, incluso en tu propio blog, valoro en lo que vale tu comentario. Muchas gracias de nuevo.

Nelken Rot dijo...

Por las noches mirábamos el fuego, mi abuela y yo. Nos fascinaba la danza de las llamas, y el mayor regalo era bucear en la chimenea oscura y mirar cómo brillaban las estrellas desde lo alto, dispuestas a proteger nuestros sueños. Mi abuela no me dejaba acercarme tanto al fuego como yo quisiera en mi afán de alcanzar las estrellas. Y pesarosa me iba a dormir, no sin que antes me hiciera una trenza. A la mañana siguiente limpiábamos juntas la chimenea y echábamos las cenizas en un cubo de zinc, a continuación, salíamos al huerto y devolvíamos los sueños y los recuerdos a la tierra, con el fin de favorecer el ciclo de la vida. Y así, todos los pedazos de corazón reposan bajo la tierra en diciembre para que después del largo invierno resurjan con colores intensos y renovados. Todo gracias a las cenizas...

Anónimo dijo...

Hola, Nel. Tu comentario es una bella entrada. Un bonito texto literario, aunque sea real. ¿Quién dice que la realidad no puede ser contada como un cuento?. Sin duda tu prosa tiene el valor de acercarnos a ese mundo que nace y muere constantemente, el haz y el envés de la vida, las cenizas que fueron existencia y se mezclan con la tierra y nueva vida. Me ha gustado mucho. Las cosas viven siempre en los recuerdos si sabemos mantenerlos con nosotros.

Port

Anónimo dijo...

Lágrimas que acompañan un proceso crónico y degenerativo abocado a la muerte. El Alzheimer y las demencias provocan diversos sentimientos, procesos y duelos tanto ante la muerte real como la muerte psíquica.
Impotencia que arrolla más a los familiares del enfermo que al propio enfermo.
Como dijo Cantervill: Vale más un amigo para consolar un dolor, que un ejército para defender un imperio.
Bueno, está claro que el dolor es inmenso, pero tan íntimo, que es imposible llegar a consolar del todo, absolutamente imposible.
Es obvio que Padres no podemos tener más que una vez, y que, en ocasiones, nos engañamos con la esperanza de que entren muchos amigos en nuestra vida, para que no nos falte cariño.
Realmente, a veces, los amigos fallamos.Hace poco yo le fallé al amigo que más quiero, porque soy así de imperfecta, ante lo cual, se hizo urgente la enmienda. Porque si es cierto que la amistad existe, debe repararse como sea y cuando fallas y sufres por ello es porque esa amistad valía mucho.
Los padres se equivocan pero nunca nos fallan de ese modo. Ni muchos hijos a ellos, empíricamente hablando.
Y cuando nos damos cuenta de que nos falta nuestro padre o madre, no es lo mismo, nunca es lo mismo que si nos falta un amigo. Sé que puede ser y es cuestionable, evidentemente, y no entro en por qués dado que en este conmovedor texto no se da el caso. Aquí lo único que no es cuestionable, sino toda una realidad, es que un hijo escribe unas letras que reflejan cómo se le fue una gran parte de su alma.
Pero sé que se quedó con el aprendizaje de un buen padre y más cosas que anidarán en su corazón durante toda tu vida. Eso es lo más importante.

También sé que tiene buenos amigos porque se lo merece.

Que es un gran escritor, ya lo sabemos, pero que es un millar de galaxias dentro de su propio mundo, no sé si todos lo saben.
Me refiero a que es un genio.


Atentamente,

Una lectora de sus libros que se asoma a su espacio virtual para desearle lo mejor Sr. Porta y transmitirle mi admiración y respeto.

Silvia.

Emilio Porta dijo...

"Vale más un amigo para consolar un dolor, que un ejército para defender un imperio"...qué bonita cita, Silvia, realmente me parece una gran frase para hacernos pensar y reflexionar. Y me parece un precioso comentario, también una reflexión importante, que me acompaña, no sólo a mi, sino a todos aquellos que viven situaciones duras con familiares o personas a su cargo. El apoyo moral es muy importante...y todo lo que dices sobre mi escritura me da fuerza para perseverar en un camino que inicié de adolescente - antes, realmente, de niño - garabateando frases y pensamientos y que luego vertí en mis primeros poemas. Luego ya fuí mezclando todo, como casi todos los escritores que empiezan a conocer el oficio, aunque ha sido la poesía lo que ha ocupado más tiempo de mi vida como escritor. Pero realmente, lo más importante es conseguir hacer del interior una plataforma de sensaciones sobre la que despegue el lenguaje, porque si no somos capaces de entroncar ambas cosas, no podremos transmitir, no ya quienes somos, sino lo que puede aprovechar a los otros.
Ser diferentes no nos aleja si sabemos encontrar, también, la diferencia de los demás. Y compartirla. Porque nadie es más que nadie. Un beso y...gracias.

Unknown dijo...

¡Ah!, Emilio: cómo me incitan tus palabras; ¿sabes? ése último... "ser diferentes no nos aleja...", me ha llegado a donde tú muy bien, sabes llevarnos: a nuestro verdadero ser.
Si algo, me llamó la atención al entrar, en éste, vuestro mundo virtual de escritores; o quizás, debería decir, nuestro mundo virtual (al fin y al cabo, ya hago mis pinitos en él) fue, ver, que hay personas, que se exponen; no se esconden detrás de instituciones; personas, que dan la cara ante los demás, lo que más me subyugó y me atrapó.
Este mes, me había propuesto no hacer mas comentarios en tu Blog; la verdad, me suponen un gran esfuerzo; pues no gozo de vuestra experiencia y buen hacer. Tanto Enrique Gracia, como tú, sois grandes ejemplos a seguir en ese aspecto; y, después de todo, lo único que no nos pueden, -o nunca, deberían quitarnos-, es, nuestra personalidad.
Todos, tarde o temprano, nos vamos a morir; muramos siendo nosotros mismos ¡por favor!, ¡eso, sí, que es importante!

El verdadero valor, consiste en hacer sin testigos, todo lo que uno es capaz de hacer delante de todo el mundo.

(François de La Rochefoucauld)

Emilio Porta dijo...

Si todos los comentarios que pones son del nivel del que acaba de entrar, Francisco, y del nivel de los que has puesto ultimamente, no puedo más que sentirme feliz y orgulloso de los mismos. Es un comentario lleno de cosas, que nos hace reflexionar, pensar, que pone un poco más arriba todavia el listón de la razón y la emoción. Gracias, de verdad. Y que gran cita adjuntas:"El verdadero valor, consiste en hacer sin testigos, todo lo que uno es capaz de hacer delante de todo el mundo" (François de La Rochefoucauld). Y gracias por resaltar una frase que, para mi, tiene mucha importancia: "Ser diferentes (respecto a los otros) no nos aleja...". Porque somos la otra parte necesaria de la realidad, la que la hace diversa, más rica, más enriquecedora, también para los demás,si sabemos, y podemos, ser nosotros entre ellos"

Nanny Ogg (Dolo Espinosa) dijo...

Perdí a mi padre hace año y medio. Debido a la distancia (yo soy canaria pero desde hace diez años vivo en Valladolid) no viví su agonía de tres meses... aún no sé si fue una suerte o una desgracia, sólo sé que, desde entonces, no dejo de pensar en lo triste que es que, muchas veces -as cosas que tiene el crecer y el madurar-,no comencemos a valorar a nuestros padres hasta que ya nos quedan pocos años para disfrutar de su presencia. No comenzamos a comprender su lucha y su vida hasta que somos tan mayores nosotros mismos que a ellos les queda poca vida.

Mi padre también fue un hombre bueno, luchador y trabajador. Siempre lamentaré que fuera su muerte quien me descubriera tantas cosas desconocidas de su vida.

No diré que comparto tu dolor porque cada dolor es único e instranferible pero es evidente que lo comprendo a la perfección.

Besos

P.S.: Leo tus posts pero comento poco. El nivel de los comentarios es tan elevado que los míos, en comparación, me parecen bastante banales :)

Emilio Porta dijo...

Siempre me has parecido una magnífica escritora y me encanta tu seudónimo Nanny Ogg. Una escritora que refuerza la tradición literaria de esa estupenda ciudad que es Valladolid, cuna de José Zorrilla y de Miguel Delibes, y tu blog me parece genial y de nivel literario, lo mismo que tu capacidad narrativa, de la que das buena muestra en él y algo nos enseñaste en nuestro común trabajo sobre Elvira (que espero que, en unos meses, tenga su versión también en papel)... Te agradezco mucho tu comentario y que "andes" entre nosotros y, como dices, visites mi blog y, además, intervengas en él, gracias.
Y sí, cuando alguien es bueno y, encima ha sido tu progenitor y ha luchado porque tu vida sea mejor que la suya, merece nuestro homenaje y cariño permanente. No es el caso de todos los padres pero, por lo que veo, si del tuyo y el mío. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Estimado Emilio, me gustaria decir que siento envidia SANA por todos los comentarios tan bonitos y tan bien dichos de tus seguidores y amigos. Quedaría como Papá Noël con el juguete del año, que dicen que es el "libro electrónico" (300€, críticos, por la crisis). Pues no. No siento envia sana. Siento envidia de la otra, de la mala, de la que me hace rechinar los dientes y apretar los puños con el gesto que produciría el primer carajillo de la mañana si se hiciera con vinagre y agua de fregar. ¿Qué quieres que te diga? Si lo adorno, mentiría. Sin embargo, me resigno. Sólo soy un cronista del páramo que va de pueblo en pueblo tomando notas de lo que pasa entre sus gentes: "Que a la alcaldesa de Villapiedra se le aflojó en muelle e hizo pis, de pie, en los soportales del Consistorio", "Que el maestro de Pradosembrar ha dimitido por falta de alumnos", cosas así y más. No sé hacer otra labor. Hasta me cambian el nombre de vez en cuando. Pero sí que voy a decirte que la emoción que has transmitido a tus lectores a través del personaje Port y los sentimientos que alimenta en torno a la desaparición de su padre --"que ya no está(ba) allí, detrás de la puerta de cristal traslúcido de la habitacion 19..."-- bendice y redime todos los pecados capitales y los otros. Por nada habría querido yo que pusieras esa reflexión con la pena de Port, pero me alegro que lo hayas hecho, porque has bajado al sótano de la humildad a cuantos no se han dado cuenta todavía de que, después de la muerte, en la escena sólo queda materia descompuesta y nada. Lo que de verdad importa persiste en el recuerdo que nos habita, y que transmitiremos de generación en generación a quienes nos han de suceder.

Un abrazo de hermano.

Faustino del Monte
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P/D. Por todo lo dicho, no suelo hacer aquí comentarios, aunque pase por estos blogs con frecuencia. Me gusta cuando Mari Carmen y Alicia, pasajeras sin posada como yo, comentan sus cosas (con qué finura) y se comunican con Alex, Alejandro, de cosas suyas. Me gusta. Y me ha gustado mucho el apoyo que todos han prestado a su colega ENRIQUE GRACIA por la supresión de POETAS EN VIVO. ¡Asqueroso dinero! Sigan batallando. Yo también.

Besos y abrazos, otra vez.

Emilio Porta dijo...

Faustino del Monte y Alejandro Perez Garcia...por alusiones e identificaciones, por amistad, afecto y buena escritura, por tantas cosas que nos unen en el pasado y en el presente, por tanto o algún, futuro, espero, que nos quede juntos...por saber ser y estar siempre en el momento oportuno y en la circunstancia justa...por todo eso, y más, podría hablar de crítica, podría hablar de Literatura, pero sólo me apetece hablar de vida -aunque en ella, para nosotros, la escritura sea consustancial - y en esa vida esté, como no, el recuerdo. Como empuje permanente. Porque ya sabeís lo que creo: que todo es una ilusión que mezcla, que nada queda atrás o escondido, que todo está presente, sobre todo lo bueno, lo que nos ayuda a existir con conciencia personal y colectiva. Tu comentario es una maravilla porque está lleno de estas dos cosas superpuestas: el escritor y el ser humano. En esa balanza, para mi, uno no se sostiene sin el otro. Cronista, qué bella palabra, recaudador de instantes, transmisor de ellos, narrador de la existencia, sus trampas y sus hitos, su memoria y olvido.
Qué decirte, qué deciros más a vosotros y todos los buenos amigos, sino que con algunas palabras el frío y la niebla se diluyen y el fuego imaginario de las emociones se hace real y nos conforta a todos. El cuerpo, el alma, tan unidos.
Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

"Es prácticamente imposible vivir la vida, sin una filosofía.
Cuando uno tiene la experiencia de la pérdida física de una persona que ama, le suele preguntar a su yo interno dónde está esa persona que ahora ya no existe.Sin duda es una de las preguntas más difíciles que se pueden hacer, máxime cuando no se es niño, ya que puede haber tantas respuestas como personas hay en este mundo. Porque es cierto que cada ser humano tiene su propia filosofía de la vida porque sólo cree lo que desea o lo que no desea ¿quién sabe?. Es muy complicado. Por ejemplo: un niño necesita saber lo que verdaderamente su madre o padre piensan sobre qué es la vida para él y lo que imagina o cree que significa la muerte. Si su verdad es que no lo sabe y no desea imaginar nada, puede hacerlo, porque los niños aman la verdad y porque no necesariamente pensarán igual. Un niño tiene en sí mismo la verdad y buscará quedarse con la versión que más se le parezca. Pero, por lo contrario, un adulto tiene otro tipo de verdad.
Otros preferirán no escuchar su voz interior y se quedarán con las verdades de la tradición, que es lo mismo, aunque siempre es mejor creer por convicción que por tradición. Se han hecho encuestas a los feligreses, en la puerta de las iglesias al terminar los oficios religiosos, preguntándoles si creían en el cielo como el siguiente destino del alma.
El resultado de las encuestas demostró que la mayoría no creía en la existencia de un lugar como el cielo, donde supuestamente se encuentran las almas de los fallecidos, sino en cosas diferentes. Yo soy más débil y no puedo concebir que cuando no esté dejaré de ver a mis hijos. Pero esta es mi necesidad que atisba de la mayoría de las personas que creen que todo se acaba, porque somos energía y nada más. De ahí que yo necesite creer, porque si creo, podré ilusionarme con tener la carne de mi carne, no como pertenencia sino como amor de madre. Y no es egoísmo es que me parece una canallada que se nos de consciencia de que nacemos, crecemos, nos reproducimos y muramos sin más. ¿Y ya está? No puedo soportar ese: " ya está"
Cada persona tiene su propia filosofía de la vida a partir de elementos que selecciona de la realidad que da lugar a una única e individual forma de pensar.
Todo hombre tiene la intuición de haber existido siempre, hasta el punto de no poder concebir el fin de la vida física como algo permanente; y aunque no crean en Dios, se aferran a un código ético con igual fervor, reconociendo el orden natural como la única fórmula para la supervivencia. Tal vez, no, pues no es una norma, aunque apuesto que así piensan la mayoría de los seres humanos, aunque no lo expresen por: ¿autoconvicción?, más bien intento de convicción.
Una filosofía de la vida es una filosofía de la muerte, porque es la muerte lo que le da sentido a la vida, lamentablemente.
La esperanza es lo último que se pierde en esta vida, porque no se puede vivir sin esperar en algo mejor, y según las expectativas por las que se luchan, es lo que en la vida se logra.
(continua abajo)

Anónimo dijo...

(viene de arriba. Continuación)

El fenómeno de la vida es aún una incógnita dado que todos los seres humanos ya en sí somos un enigma. ¿Qué es lo que hace que los elementos en la naturaleza tiendan a unirse para formar otros perfectamente organizados? Porque ese es el fenómeno de la vida desde el nivel de los organismos más simples hasta el más complejo.
El concepto científico actual propone que todo el Universo está vivo y que no existe nada sin vida. Una piedra está viva porque está formada por los mismos átomos que toda la materia y a nivel atómico está en movimiento; y la vida es movimiento.
Desde este punto de vista es imposible estar muerto, por lo tanto es posible que de alguna manera el fenómeno de la vida sea eterno científicamente hablando y no soy científica.
Mientras tanto, en el aquí y ahora, tenemos una vida humana, la más alta expresión de complejidad viviente. Unos privilegiados en la escala natural, que además poseen el don del libre albedrío.
Sin embargo, pocos están conformes consigo mismos ni con la realidad que viven, por ello, se aferran a espejismos.
Si esta realidad de la vida es sólo un proceso natural, una inteligencia plasmada en cada cosa para organizarse de la mejor manera posible y que evoluciona siempre hacia un estado de plenitud superior, como ocurre en la naturaleza, este hecho de por sí es algo maravilloso que, seguramente, por simple lógica nos deparará siempre algo mejor.
También puede ser que la vida sea sólo un pensamiento y que la realidad no exista. De esa manera se puede explicar cómo se pueden cambiar las cosas con sólo cambiar nuestra forma de pensar.
De cualquier manera, si existe o no existe la realidad no importa, porque lo que importa somos nosotros mismos, nuestras vivencias, nuestros sentimientos, y nuestra esperanza de crear un mundo mejor y la oportunidad que tenemos de poder hacerlo sólo con nuestra intención.
Se hace irristible escribirte Emilio. Soy una mujer luchadora y reivindicativa y pienso que a un amigo se le puede ayudar con palabras, a veces, pero con hechos mucho mejor.
Y, si me permites, salvo que Enrique salve su espacio cultural, os manifiesto el firme propósito de recoger firmas de todo el colectivo de escritores de Madrid y otros puntos cardinales de España que conozco en este gremio.
Con toda mi admiración y respeto me despido de tu enriquecedor y excepcional espacio literario.
Querido Emilio recibe un abrazo y beso fraterno. Cris."

Cris Gª Barreto.

Emilio Porta dijo...

Una muy interesante aportación, Cristina, que demuestra tu capacidad como escritora y que nos hará pensar a todos. Dada la limitación de caracteres vemos que aparece partido, pero es una buena solución para no perder el contenido total del comentario. En realidad esa limitación impuesta por el formato normal está, seguramente, determinada porque la mayoría de los comentarios en los blogs se limitan a una glosa o dar una opinión concreta sobre los temas a tratar. Pero, de vez en cuando es dificil para un escritor cortar o parar su discurso, porque, en realidad, y como Santiago y la mayoria de los miembros de la Blogsfera hemos defendido, los comentarios son parte del espacio literario, a veces prácticamente entradas por parte de los que se asoman a él y, como tales, deben ser tratados. Esa la idea de un verdadero foro literario. Luego, cada uno, leerá o no lo que desee. Pero es evidente que hay temas que dan para una ardua reflexión. Y para expresar las ideas sin limitaciones. Gracias por haberlo hecho. Un beso.

Port

Anónimo dijo...

El comentario anterior propone pensamientos muy interesantes y yo que vivo retirado del mundanal ruido, como sabes Emilio, me pongo a pensar sobre todos estos temas y me abrumo, la verdad. Casi prefiero no pensar. Hay una frase muy bonita en ese comentario: "Una filosofía de la vida es una filosofía de la muerte" en realidad también me parece interesante otra deducción de que la "muerte" no existe, porque todo es vida o algo así. El tema me parece muy interesante para un foro de discusión de los que a ti tanto te gustan de palabra, pero no terminaría en varias semanas. Lo que si te he oido o leido en otros comentarios es que tu hablas de la muerte de la consciencia y por lo tanto el final del proceso de pensamiento y percepción. No lo haces imponiendo o afirmando sin dudas, por supuesto, pero si parece que dices que la "vida" de lo que llamamos alma sólo puede ser consciente si existe el cuerpo, el cerebro. Mucho lío, Emilio, mucho lío como para seguir. Me quedo en mis lecturas a la orilla del mar, lecturas que no me compliquen más los escasos asideros que tengo para vivir. Y sí le digo a la compañera algo: yo tampoco puedo soportar ese "ya está". Y si ese Dios existiera y todo fuera "adiós y se acabó" todo sería una canallada sin nombre. Pero, en cualquier caso, parece una canallada no sólo la muerte, sino la vida para muchas personas.
Bueno, no quiero meterme en berenjenales. Bastantes complicaciones tenía cuando hablaba contigo, Emilio, de temas "filosóficos". Un abrazo, ya me habeís dejado pensando para todo el fin de semana. Es broma. Saludos.

Jose Antonio

Anónimo dijo...

No pensar es bueno para la salud mental, Jose, no cabe duda. Porque los misterios - sobre todo el más grande de todos - es como imposible resolverlos. Nos movemos en tendencias y esperanzas, en pensamientos, dudas y escasas certezas posibles, ninguna, en temas que nos superan. Demos a la vida el mejor sentido que podamos y ayúdemosnos a sobrellevar esto en lo posible, dándonos cuenta, eso sí, que, desgraciadamente no sabemos mucho. Muy poco. Pero vamos, que no vas a solucionar nada si le das vueltas a las cosas el fin de semana. Ni con todos los fines de semana de tu dilatada vida. Y bueno, en otro tiempo siempre pensaste que lo mejor era actuar, movernos, y dejar las reflexiones para otro momento. ¿Es que te ha llegado ya ese momento, je, je?. Es broma también. Un abrazo Jose Antonio y encantado de aparezcas de vez en cuando.

Port

Unknown dijo...

Cris, de tus palabras se desprende una gran sabiduría; y ésta, es la que más suele atraer mi atención sobre todas las demás cosas. El inicio de tu comentario, es muy revelador:

Es prácticamente imposible vivir la vida, sin una filosofía...

Todos deberíamos vivir apoyándonos en alguna filosofía; no todos son conscientes de esto, en mi opinión. De lo contrario iremos a la deriva; dando bandazos de acá para allá, sin fundamento alguno y, nuestra vida habrá sido tan fútil...

Sabiduria y salud; cultivemos éstas, por favor.

Si me permitís -Emilio, tu verás si te parece correcto exponerlo-, os dejo unas palabras, del personaje que mas ha conseguido atraer mi atención, en éste mundo:

"Hay, oh monjes, un ámbito donde no hay tierra ni agua ni fuego ni viento, ni ámbito de la infinidad del espacio ni ámbito de la infinidad de la conciencia, ni ámbito de la nada, ni ámbito de percepción ni ausencia de percepción, ni este mundo ni el otro mundo, ni sol ni luna; a éste, oh monjes, no le llamo ni ida ni venida, ni duración ni fallecimiento ni renacimiento, puesto que carece de fundamento, de progreso y de soporte. Es el fin del dolor."



Udäna, VIII, I. El Buda

Por la cesación del sufrimiento para todos los seres.
Os deseo, lo mejor a todos.
Francisco

Anónimo dijo...

La filosofía budista, que no es propiamente una religión, tiene muchos puntos de interés. Gracias por traernos algo de ella a este espacio, Paco. Un abrazo.

Port

Para Faustino del Monte dijo...

Emilio, por gentil alusión, quisiera dar las gracias desde aquí al compañero Faustino del Monte.

Faustino, me ha encantado la definición de pasajeros sin posada.

Me has encontrado en la posada de Emilio y he de decirte que es un refugio en el que el trato para todo viajero ha sido siempre exquisito. Tal ha sido el bienestar que de vez en cuando vengo de visita. Te puedo asegurar que nunca me he ido de vacío. En este refugio hemos encontrado un lugar de comunicación excelente dónde los haya. Esto es debido a la categoría humana y literaria de los seres que también, al igual que tú y yo, acuden a este remanso del camino.

Creo que sobre el dueño de la posada ya tienes información y avales así que sobran las palabras.

Un abrazo

Mari Carmen dijo...

Abusando de tu hospitalidad Emilio, desearía saludar a Faustino del Monte.
Sólo soy un cronista del páramo dices. Qué podría decir yo que ni título tengo en esto de la escritura, quizás si acaso, el de aprendiz.
Que más da, no somos conceptos y detrás de nuestra palabras existen sueños, deseos, pensamientos... y ganas de compartir, de aprender, de enseñar...de regalar nuestro tiempo a los amigos hablando de los divino y de lo humano.
No creo que debas tener envidia de Emilio, contando con su amistad y la de Alejandro, no creo que te falten bellas palabras, cariño y buen humor.

Un abrazo y encantada de conocerte.

Emilio Porta dijo...

Cuando el anónimo es amable y buena pieza de conversación escrita, su inclusión no causa pesar, sino aliento, y por ello me hace feliz acompañar el comentario a Faustino del Monte - se merece este y muchos otros por su categoria literaria y humana - con estas líneas. Un abrazo al enviante...y al destinatario.

Port

Anónimo dijo...

Realmente, Faustino, tienes revolucionado el blog...espero que contestes unas líneas a ambos/as comunicantes. Y digo yo...amigo Faustino, que podrías poner en el blog de Alejandro, para que las conociéramos todos, alguna de tus crónicas del Diario de Avila. Es un sugerir.

Port

Alicia dijo...

Mi empeño en dirigirme a Faustino hizo que se me olvidara identificarme. El personaje anónimo era yo. Perdonad la omisión.

Ya de paso, decir que doy un voto a favor de la última propuesta de Emilio. Me apetece ir a tomar un cafecito al saloncito de Alex.

Un abrazo a todos

Francisco López Martinez dijo...

"Antes de la Navidad"

Hermoso y sentido relato, Emilio. Te felicito, además, por lo breve y bien escrito que está. Me quedo con todo. Felicidades y un abrazo muy fuerte. Francisco López Martínez

Emilio Porta dijo...

Estimado amigo Francisco, muchas gracias por tu comentario y por aparecer por mi página. Sabes la buena relación y amistad que tengo con tu hermano y contigo espero que no lo sea menos. Y sí, la Navidad, como tu dices en tu página, es un momento alegre y de esperanza para muchos...aunque también de nostalgia y pesar para algunos, más por la ausencia de las personas queridas o por la escasez de los bienes necesarios. Porque la Navidad no es igual para todos. Esperemos que, por lo menos, la ilusión del cambio de año nos mantenga en la actitud de colaborar a contribuir a un mundo mejor, como tu dices en tu poema.
Un abrazo.

Faustino del Monte dijo...

Estimado Emilio, aquí estoy otra vez aprovechando tu hospitalidad. Perdona si te he llenado la casa de amigos. No creo que te molestara el otro día con mi comentario, ni con las visitas, que provoqué, de Alicia y Mari Carmen. Me alegro haberlo hecho. Las respuestas me han confirmado que transmites amistad y armonía conciliadora entre los habituales y los pasajeros sin rumbo fijo, como yo. ¡Me alegro! Y me alegro también porque Alicia y Mari Carmen han contestado, sin yo esperarlo, tan majas y tan atentas como cuando lo hacen con vosotros, como si me conocieran de toda la vida. Se ve que están acostumbradas a esta dinámica, que ya empieza a gustarme. Gracias este recibimiento tan cálido y cariñoso.

Un abrazo

Faustino del Monte

Faustino del Monte dijo...

PARA ALICIA
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Es cierto lo que dices, Alicia. Os sigo y veo el intercambio de saber y puntos de vista, exquisitos, llenos de contenido y opinión profunda. Lo más importante es que entre vosotros, todos, reina armonía y respeto mutuo ante planteamientos diversos o encontrados.

También tienes razón en lo que dices sobre el anfitrión de esta posada. Se ve que le conoces bien. Yo sé de sus virtudes por nuestro común amigo Alejandro, que nos presentó. La buena predisposición de Emilio para ayudar y la calidad humana de que lleva dentro hacen que sus contadores no dejen de marcar y que él se encuentre rodeado siempre de parabienes y mucho cariño.

Me consta que Alex siempre agradece las visitas de sus amigos. En su blog puso, hace tiempo, algún artículo mio; creo que todavía se podrán leer. Le mandaré más.

Agraecido por tu respuesta, recibe lo mejor de mi amistad.

Faustino

Faustino del Monte dijo...

PARA MARI CARMEN
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Mari Carmen, ser cronista del páramo es nada; sólo es eso, ir de pueblo en pueblo, tomar notas de lo que acontece y dar fe de ello en el medio habitual (ya hago poco de eso). Es una labor bonita, gratificante, pero, por mucho que parezca, a mi no me quitará nunca la etiqueta de aspirante. Tal vez porque la gente llana, atesora culturas que no aprenderemos con facilidad. Eso si, como dices tú, este ir y venir de un sitio para otro, llena al practicante de ilusiones y le invita a compartir gestos enriquecedores para nuestro bagaje personal.

Mari carmen, la envidia es una inclinación humana, más frecuente de lo deseable. No, no me atormenta ese sentimiento. Lo expresé así por de esa manera creía dar más importancia a Emilio, hacerle más grande. Pero ¡qué va! Con Emilio cerca, sólo se puede tener generosidad.Ése es el ejemplo que da, porque lo da todo. Es un enviado (no sé por quién) para hacer bien. De Alejandro, que es otro amigo ¿qué te voy a decir? En sus casas, en cualqiera de las dos, nos encontraremos.

Hasta entonces, mi amistad sincera, para tí.

Faustino

P/D: Perdona, Emilio. No te robaré más tu cuarto de estar y de escribir. Agradecido, un abrazo para ti.

Anónimo dijo...

Bueno, Faustino, pues aquí tienes espacio libre siempre, igual que tu amigo Alejandro...y piensa la propuesta: una de tus crónicas hospedada por Alex. No hagais esperar a vuestras admiradoras y, sobre todo, amigas...ya puestos, no estaría mal entrar en el terreno de crónicas de otro tiempo que, seguro, sigue siendo presente continuo. Porque todo se superpone cuando miramos para atrás. Gracias por tus comentarios.

Port

Alejandro dijo...

Hay que ver, querido Emilio, me voy fuera el fin de semana y, cuando vuelvo, me encuentro con un montón de comentarios donde me citáis. Y yo lejos, sin poder corresponder. He estado por los pueblos de Faustino y claro, ahora entiendo que no le haya visto en todo el fin de semana por las tascas de la vida y el tapeo. Ha estado dedicándose al sano deporte del comentario "bloguero". Ha hecho bien porque en las tierras abulenses hacía un frío que cortaba.

Te agradezco la acogida dispensada y me alegro que haya sido así. Eso significa que nos siguen y que poco a poco nos vamos haciendo grandes en esto de la red.

Agradezco también a Faustino que citara en su comentario a Alicia y Mari Carmen y a ellas también les agradezco que hayan correspondido con este bueno amigo, como ellas saben hacerlo y él se merece. Ojalá se trabe entre ellos una fructífera comunicación.

Aunque no lo parezca, porque la verdad es que no hemos vuelto a tocar el tema, sé que nuestras visitas están impregandas de ese espíritu de solidaridad que nos atrajo a todos en torno a tu reflexión sobre "Antes de Navidad". Personalmente comparto tu sentimiento y sigo identificándome con su mensaje. Cada vez que lo leo encuentro matices nuevos, de buena literatura y excelente autor. Será por eso que tus entradas nunca se cierran.

Gracias por todo, buen amigo. Mi abrazo de siempre, y mis brazos para lo que necesites.

Alex

Anónimo dijo...

Es curioso, amigo Emilio, que Cris Gª Barreto, a la que no tengo el gusto de conocer, haga una alusión a algo en física que siempre he defendido: la vida dentro de cualquier elemento que contenga átomos y partículas, pues la realidad es que pienso que la vida humana, o cualquiera determinada por la existencia de la célula no es más que el ente biológico necesario para que una infinidad de millones y millones de partículas puedan "hacerse ver" y poder realizar actos que, sin esa "transformación biológica", no les sería posible. Sea pues que efectivamente somos un elemento muy complejo de energía que se agrupa y nos hace ser, pero que el verdadero ser viene de nuestro interior "atómico". Somos eternos, la muerte es sólo un cambio, aun cuando dejamos de tener la identidad que esa energía nos presta durante "un tiempo", pero que” identitariamente” no lo podemos admitir, creemos ser el "sunmun" elegido por un utópico Dios.
Abrazos, felicidad en estas fiestas.
Salvador Ramís

Emilio Porta dijo...

Pues continua el debate. Es curioso como una entrada, basada en elementos emocionales, fundamentalmente, deriva, por el hecho de sucesivas aportaciones, en una confrontación de ideas. Algo lógico, pues nunca éstas pueden separarse de las emociones. Seguimos...antes de Navidad, momento en el cual, cambiaremos el tercio. Un saludo.

Anónimo dijo...

¡Y cincuenta, señor Porta! Cincuenta veces he mirado en el zaguán de su casa con la esperanza de encontrarme una lectura que alimente mi espíritu cansino, harto de recorrer caminos, ávido de su palabra, mejor que muchos turrones y viandas en estos días de tirar lo que no hay. No he encontrado nada nuevo. (Ya se va pareciendo a su amigo Alex, ¡lo que se hace de rogar!) No importa. He vuelto a leer su ANTES DE NAVIDAD y, aunque no se lo había dicho, sigue pareciéndome una pieza intimista, donde desnuda usted al personaje Port dejándole ante su "yo" más íntimo y su génesis. De forma tan espontánea y generosa como acostumbra, nos hace un regalo de sentimientos, y nos consuela diciendo que es posible vivir después del último viaje, y que la vida de quien contempla la partida se fortalece con el recuerdo del ausente, con el calor que nos dejó y la mirada que nos ve y el gesto que imitamos. Es eso, señor Porta, lo que nos mantiene unidos a los que se fueron sin abandonarnos, lo que nos hace seguir la senda hasta cruzar el puente y llegar al destino escrito en nuestros genes. Esa reflexión que ha vuelto usted a provocar en mí es el motivo principal que me trae a expresarle mi agradecimiento.

Reciba un abrazo con sabor a uvas y turrón.

J.L. Salmerón

antonio castillo dijo...

Querido Emilio, te acompaño en el sentimiento por lo de tu padre. Aunque haga ya tiempo sin duda es pronto para cerrar unas heridas muy difíciles de curar, todos llevamos algunas de ellas. Tengo que decir que me he quedado abrumado con la calidad y profundidad del montón de comentarios que tu entrada ha provocado.
Personalmente me considero creyente y por lo tanto tengo fundadas esperanzas en la otra vida, eso ayuda a soportar cualquier duelo aunque no lo resuelve del todo. Uno de los comentarios en que más me he fijado es el de Cris, impactante y demoledor por lo certero. Quisiera sin embargo, humildemente ofrecerle unas ideas de mi cosecha por si le resultasen interesantes. Primero, no debemos estar tan seguros de que el hombre representa la cumbre de la creación, algún día nos podemos llevar un chasco tremendo. Segundo, considero que ese albedrío del que se dice estamos dotados tal vez no sea tan libre después de todo. Y tercero, lo de la "realidad no existe" es un argumento poco inteligible para mi, de alguna manera tenemos que llamar a la vida que nos ocupa y que en este momento se centra en que yo escribo esto y tú lo lees, si quieres lo podemos llamar "irrealidad" pero viene a ser lo mismo, es lo que nos ocupa. Besos.

Santiago Solano dijo...

He esperado hasta ahora, porque el texto va dedicado a mí... y quería que los otros hablaran antes. Pero ya es casi Navidad. Y debo contestarte.

Tú ya sabes que yo escribí sobre este asunto en FLOR DE ACEBOS Y OTROS CUENTOS.

En su día escribí esto:

NAVIDAD

Hay palabras que hieren por sí mismas. Navidad. Decir Navidad es lo mismo que abrir la puerta oscura del delirio, lo mismo que beberse una botella entera de vino viejo en ayunas.
Yo sé que tú no estás de acuerdo con esto que te escribo. Pero también sé que en estos días de esperanza la tristeza está presente en ti, como una inquietante sombra negra.
El día de Navidad saldré al campo. Volveré a ver la verdad yerma que trae diciembre. Me sentiré muy pequeño y muy finito. Y hasta puede que una lágrima ruede por mis mejillas.

Diciembre, 2000

Santiago Solano dijo...

Perdona que insista. También escribí esto que se sigue; que lo único que demuestra es que entiendo con toda claridad el latido de tu corazón, que es el mío, el de todo ser humano; aunque en algunos no lo parezca. Como dicen los protagonistas de Avatar, esa delicia dinematográfica de estos tiempos de tristeza, TE VEO.

En ese libro también escribí esto, pensando en mi padre, como tú ahora.

WESFALIA

Wesfalia tiene que ser una región preciosa, rica en campos verdes y en bosques sombríos. Seguro que los arroyos brotan de la tierra como las amapolas en primavera, y que el aire es limpio. Allí el firmamento ha de estar siempre cubierto con una fina capa de niebla; y, seguro que los niños no saben que es azul y está muy lejos y muy alto, como los sueños de los hombres. Digo yo, que yo no he estado nunca allí. Esta Navidad quiero ir a Wesfalia, a recordar la guerra que fue y a olvidar esta otra que es.

Quiero hospedarme en una hostería antigua, toda de madera, con suelos lustrados por la cera, con una puerta de la calle abierta a un camino de tierra y barro. Un camino que contenga la huella de la rueda de un viejo carro, y la última hoja amarilla de un olmo pudriéndose a la intemperie. Quiero mirar la nieve de afuera desde el vaho del calor de mi habitación, a través de la distorsión de la realidad que muestran esos cristales empañados. Y olvidarme de este mundo sin alma y de sus prisas. Y más que nada del amor consumido.

Quiero volver a oler el pan de leña recién salido del horno, y dejar que el humo de la chimenea se adentre en el corazón de la lana de mi jersey. Ese viejo jersey que tejieron las manos de la sombra, el corazón de esa sombra que ha vivido conmigo más de una vida, porque todavía ahora, después de muerta está aquí, en alguna parte de mi cerebro. Dejar que el humo se asiente en mis poros, como una seña de identidad, como aquella identidad, la de aquellos primeros años en el chozo, a la lumbre, a la intemperie.

Esta Navidad quiero ir a Wesfalia, a escuchar las palabras de la gente como lo que debieran ser, una música ininteligible que acaricia; y no como lo que son la mayoría de las veces, un escalofrío; y ese filo de la navaja barbera que corta y abre el caudal de la sangre. Quiero llenarme con la serenidad y la seriedad del mundo vegetal. Quiero aprender a acariciar el viento y a doblarme a su capricho. Quiero constatar nuevamente que la fragilidad conduce inexorablemente a la tierra, a la podredumbre, a la renovación. Perderme en el verdadero sendero del olvido.

Y sé que mis hijos me quieren. Me lo han demostrado muchas veces. En cuanto me notan algo, vienen, o llaman; se preocupan. Yo sé que estarían más felices si me sentara a la mesa con ellos en esa noche, e hiciera como que soy feliz, o por lo menos como que estoy con los míos, entre los míos. Pero ya no puedo mentir, hace ya tiempo que no me permito ese lujo. La verdad es que estoy solo, y soy viejo, que no es otra cosa que asomarse a un mundo de hielo, o tararear una canción antigua.

Por eso esta última Navidad quiero ir a Wesfalia, que es algo así como entrar para siempre en el mundo de las hadas. Y claro que no es una huida desesperada, ni un ataque depresivo, sino la aceptación resignada de la consumación de los tiempos. Porque los viejos, los verdaderamente viejos, los que sabemos y aceptamos que lo somos, nunca estamos solos del todo. Con nosotros van cada uno de los días vividos, todas y cada una de nuestras alegrías, de nuestras penas. Todos los que fueron y nunca más serán, están aquí conmigo; hasta que el cuerpo aguante.

Diciembre, 2002

Emilio Porta dijo...

Precisamente porque había leído estos increíbles textos tuyos es por lo que pensé que la doble dedicatoria era adecuada. Va haciendo tiempo que te conozco, Santiago, tiempo en el que la amistad y el conocimiento ha crecido, como crece la verdadera amistad entre escritores, en la palabra escrita, el silencio, la acción y el apoyo conjunto, la mano que escribe junto a la mano que hace el surco en la tierra, en este caso, la tierra fértil de este proyecto que nació contigo y que tantos amamos.
Si, está bien que tus palabras lleguen en víspera de la Navidad, que acaben capitulo, aunque ahora les dedicaré unas líneas a tus otros compañeros de cierre, nuestros amigos Antonio Castillo y Jose Luis Salmeron. Con ellos se acaba este homenaje a alguién que se fue, como se va el año, y al que tanto debo como hijo y ser humanos. Sin él, sin mi padre, yo sería quizás menos ser humano de lo que intento ser. Esta Navidad es ya la segunda sin él. Seguro que le habría encantado conocer Westfalia y tantos sitios a los que no fue porque se pasó la vida trabajando para que pudiera ir yo. Eso, y muchas otras cosas, no las olvidaré nunca. Como tampoco olvidaré tus palabras. Y saber que te han llegado dentro, querido amigo.
Un abrazo.

Emilio Porta dijo...

Sr. Salmerón...usted, además de uno de los críticos que más aprecio y valoro...es una gran persona y escritor. Veáse en sus palabras:
"...la vida de quien contempla la partida se fortalece con el recuerdo del ausente, con el calor que nos dejó y la mirada que nos ve y el gesto que imitamos. Es eso lo que nos mantiene unidos a los que se fueron sin abandonarnos, lo que nos hace seguir la senda hasta cruzar el puente y llegar al destino escrito en nuestros genes..."
Sabiduría y buena escritura para la reflexión. Así el comentario está lleno de su propia bonhomía, de su propio buen pensar y sentir.
Que la Navidad le traiga lo que a sus merecimientos corresponde. Si por mi fuera le traería una placa de honor como ciudadano que sabe que las palabras son el mejor abrazo al corazón cuando están dichas con afecto y profundo sentimiento. Que el 2010 nos lo conserve en sus facultades sensibles e intelectivas. Nos hace falta.

Emilio Porta dijo...

Antonio Castillo...Te agradezco tu comentario, porque es muy de tí, muy de esa persona que une y recoge sensaciones y las reelabora para ponerlas en palabras que nos hagan pensar de nuevo. Sin duda tus reflexiones lo consiguen. Yo también tengo mis serias dudas respecto a puntos que se dan como "a prioris" en el diálogo cotidiano. Casi nadie piensa que el Hombre es una criatura más, sin duda la que más ha evolucionado...pero que lleva 4/5 partes menos de tiempo de existencia que la que tuvieron otras especies, por ejemplo los dinosaurios, que poblaron la tierra...y desaparecieron. Cumbre, por ahora, de lo que llamamos creación, si parece que es. ¿Única cumbre? Eso ya es mucho decir.
Y me encantaría compartir contigo tu esperanza. De hecho, mira, por una vez, la acepto como deseo de Navidad. Siempre es bueno pensar que podria haber justicia y compensación para tanta gente que pasó por la vida penando y sufriendo en la mayor parte de su transcurso. Dado que todo parece ser absurdo y sin explicación...¿quién se atreve a asegurar nada?.
Un abrazo...y que el año entrante te sea propicio, nos sea propicio, y traiga un poco más de paz y felicidad a este singular planeta.