sábado, 17 de octubre de 2009
SUBCONSCIENTE
"Me acabo de despertar y todavía tengo en mi toda la claridad del subsconsciente. Por eso puedo ser yo. Todavía no se han instalado las barreras difusas del ser social que se enfrenta diariamente a los disfraces necesarios para sobrevivir. Todavía las barreras de las palabras útiles y los conceptos defensivos no se han instalado en mi alma, en mi cerebro, que es un lago sin límites, un lago sin orillas, es el mismo río inmenso que está, al mismo tiempo, en su nacimiento y su recorrido. Nada me impide utilizar la palabra con el significado corporal de las sensaciones, ser vehiculo de mi mismo, identificación en la profundidad de mi psique. Ahora que el ser social aún no dirige mi pensamiento puedo dejar de lado las pretensiones, el yo exterior mezclado con el yo interior que me acompaña y que, todavía, se deja traslucir en su propia búsqueda de la libertad y la autenticidad (el concepto de reencuentro permanente) que, salvo algún instante de reflejo en la batalla de los espejos de la Literatura, es frenado por la imagen dada, por la expresión necesaria para la supervivencia en lo cotidiano. Ese yo, perdido en estancias del silencio sin palabras, que es donde habita, me acompaña ahora en el pensamiento. Nada es aceptación real fuera de uno mismo o en el encuentro con los otros cuando ellos son ellos mismos. En el encuentro despojado de convenciones e intentos de formar parte del entramado social en que se mueve el ángel que quiere ser dios. En esta aceptación de la ruptura inconsciente con la visión plasmada por los sentidos conscientes, la mente es libre porque sólo responde al conjunto de reacciones químicas interiores que todavía no la ordena. Poco a poco, según voy escribiendo, noto como la armadura de mi otro yo se va superponiendo y atando mis palabras. Poco a poco la realidad se impone y el viaje interior se va calmando y el sueño alejándose como una corriente difusa donde el que era ya no es. Y el ser que es lucha con la realidad, con el espacio en el que empieza a delimitar su propia realidad exterior, se va diluyendo. Y el ser de los objetos y las formas concretas, el perceptor que responde a su identidad delimitada se va acercando, se va conformando, como cada día. Va viendo ahora de nuevo con los ojos lo que antes percibía con todo su ser. Desea que el ser que es no se vaya. Llama desesperadamente a la integración, pero la integración – todavía vistiéndose - le habla y le dice: “Solo sin palabras puedes hablar...sigue intentándolo mientras te quedan fuerzas para retener quien eres, mientras la necesidad de ocupar un lugar no te arrebate la lucidez del sueño” Y aquí estoy, en las estribaciones de la nada, intentando que mi yo no escape y transmitirlo antes de que se aleje, antes de que se borre y desvanezca, antes de que se olvide de quien era"