viernes, 20 de diciembre de 2013
LA LINEA DEL HORIZONTE
"Nunca renunciaré a los días aciagos de mi vida... porque me enseñaron a vivir" ( Herman Hesse )
En la continuada y contumaz búsqueda de lo que llamamos felicidad olvidamos que la vida es siempre un camino de aprendizaje. No se puede decir mejor lo que pienso de una parte fundamental para todos los seres humanos del transcurso de la existencia que lo escrito en esta frase de cabecera. He acotado que es de Herman Hesse. Yo, normalmente, cuando encuentro algo que me parece digno de ser resaltado se lo adjudico a algún autor de los que me acompañan habitualmente. Posiblemente este pensamiento sea de Hesse... pero sí no lo es merecería serlo. Y estoy seguro de que el autor de "El lobo estepario" me habría perdonado la atribución.
Mira que si es de David Nihalat... Espero que no, porque recibiría un correo de mi amigo el filósofo y escritor residente en Australia con esta simple frase: "Ya te vale" :-)
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7 comentarios:
No creo en la necesidad del sufrimiento para crecer. Forma parte de la vida y lo trae, gestionarlo ya sí es necesario y de esa gestión se aprende.
Gracias por hacerme pensar en ello.
Besos.
Buena precisión, Carmen. Yo tampoco creo en esa necesidad. La que sí parece creer en ello es la Naturaleza - y sus dioses creados por el asombro, la falta de explicación y el miedo del ser humano - ... aunque, seguramente, la ceguera de la evolución no sea tal, sino un plan generado desde el origen que, como tú bien sabes, actúa mediante el sistema de pruebas y selección biológica - y nos ha llevado hasta aquí, una etapa más, sin duda, en la que el pensamiento nos conforma como individuos de una especie racional que pregunta y se cuestiona su existencia. Finalmente me parece importante lo que dices también sobre que hay que saber gestionar los estadios por los que atraviesa la vida humana, tanto en el gozo como el dolor. Un beso.
Pues a mí este pensamiento, independientemente de quién sea el autor, me gusta, porque no es sino buscar una lectura positiva a todas esas zancadillas que la vida se empeña en ponernos. Si no buscáramos esa luz, esa línea en el horizonte… No podríamos caminar.
Besos y abrazos.
Es que, en realidad, lo importante en literatura y en el pensamiento no es el autor, sino la formulación. Sí, es evidente que el único modo de avanzar sin demasiados daños colaterales es caminar a través de la cultura, que es, en definitiva, el único motor verdadero del progreso.
Bueno Aldonza Laugh, incluido está en mi blog tu deseo de un mundo mejor... lo que no es difícil de pensar, dado el panorama presente... y pasado, no nos engañemos. La escritura acumulada tiene siempre un efecto de catarsis, no solo individual, sino colectiva. Quizás así, repitiendo nuestros deseos como un mantra, podamos hacer que la vida cambie. Hace falta un poco de movimiento... y que la Humanidad progrese mentalmente. Y también que la Naturaleza nos respete que, a veces, tampoco lo hace.
Lo mejor de leerte, querido Emilio, es comprobar que las personas inteligentes como tú pueden escribir lo que quieran, atribuirlo a quien les de la gana y siempre, siempre, resulta algo hermoso de esa arbitrariedad calculada.
Que este año nos sea propicio, querido amigo.
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Lo bueno de los lectores inteligentes, como tú, es que entienden los juegos del que escribe, se ponga el autor lúdico o solemne -qué más da en esta tragicomedia que es la vida- y sacan, además, sus propias conclusiones. Ese es el valor de lo escrito, para mí no tanto la autoría sino lo que se dice, y, sobre todo, lo que se recibe al leer. Siempre hay una interacción entre el texto escrito y el texto que se lee. El puente es la percepción individual, y eso es algo fantástico. Permite que haya interpretaciones, proyecciones diferentes, reflexiones y sensaciones múltiples...
Bueno, en este caso lo que importa es el pensamiento de la entrada. Mi apostilla es solamente un pequeño adorno del pensamiento. Ah... quien no haya tenido días aciagos es que es completamente tonto. Y el que no los haya tenido esplendorosos también, o es un triste, o un tipo con verdadera mala suerte :-) Qué bonito es aprender de las alegrías y también de los reveses. Así que este año solo pido eso: que sigamos aprendiendo a vivir. Y que tengamos algunas buenas fotos para guardar en la memoria.
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