"Hay tanto que leer, que aprender, que vivir, que asimilar... que, a veces, no sé por donde empezar. Qué suerte haber recorrido ya algo del camino. Conocer algo de lo que nos esperaba, irnos con ello. Aunque al cerrar la maleta sepamos que han quedado cosas fuera. Mejor eso que no haber empezado a llenarla nunca"
( Seguro que es de David Nihalat... este chico siempre con la cabeza llena de pájaros... en fin...)
9 comentarios:
Querido Emilio: Verano nos suena siempre a tiempo de lectura, como Septiembre suena a matricularse para aprender inglés.
Al final descubrimos que el tiempo huye más deprisa de lo que queremos y nunca llegamos a leer aquel libro que espera paciente.
Pero. como dices, poco a poco vamos llenando la maleta. ¿Seremos capaces de ir ligeros de equipaje?
Un abrazo.
En este caso si el libro fuera "El paciente inglés" estaría plenamente ajustado a tu comentario, Manuel :-). Menos mal que siempre podríamos ver la película - qué magnífica película, por cierto - en un huequecillo. Bueno, fuera de juegos de palabras, en serio, qué gran verdad lo del tiempo. Y qué buen deseo apuntas. Desde luego, con equipaje no nos vamos a ir, parece claro. Así que mejor lo vamos utilizando solo para los trayectos que nos quedan aquí. Si la maleta la llenamos de modo simbólico con experiencias y recuerdos, aunque no nos los llevemos ( un día me explicarás, si hay explicación, esa teoría de que todo se queda por algún lado y la consciencia no se pierde ) seguramente el tránsito será más fluido. Siempre se va uno mejor en un colchón mullido que en un terreno lleno de espinos. Bueno, como ves, tu comentario da pie a muchas cosas. Un abrazo muy fuerte... y gracias por estar ahí.
Emilio: no es cierto eso de ir ligero de equipaje. Es sólo una inmejorable metáfora. Nosotros somos la maleta, y también el libro. Tenemos que ser capaces de leernos a nosotros mismos y aceptarnos como somos. Somos nuestro único y último libro. Un fuerte abrazo. Fernando.
El libro de la vida, Fernando. Único, personal, e intransferible. A veces, algunos, en ese libro especial de cada vida, llevamos, además, páginas escritas que son parte del recorrido... y también de nuestra identidad. Es claro que, en ese sentido, no nos vamos ligeros de equipaje, como bien dices, sino llenos a rebosar. Quizás sea, sí, una frase hecha, que empleó Machado y quizás algún otro poeta para intentar decirnos que no hay que aferrarse a las cosas de este mundo. Pero es cierto que, mientras vivimos, esas cosas somos nosotros mismos. Sí, nosotros, como tú dices, nosotros somos la maleta y el libro.
Gracias por comentar el texto. Y gracias por ser un excelente escritor y una gran persona. De la que tengo inmejorables recuerdos aunque, últimamente, yo esté metido, fuera de lo que pongo en la red ( en Netwriters y aquí muy espaciado ) bastante alejado del viaje colectivo. Cansancio, impotencia ante las cosas, mirada escéptica ante lo que nos rodea... de todo un poco, Fernando, de todo un poco.
Un enorme abrazo. Y todo mi afecto, mi sincero afecto.
Tal vez es importante tener en cuenta también aquello que nos queda por ser y aprovechar los momentos de paz, de silencio, para encontrarnos con ello y mirarlo de frente, con esa sonrisa que da saber de qué va la vida, pero seguir avanzando. Incluso -¿quién sabe?-, absolver lo que no pudo ser para sentirnos más libres.
(Uf! Creo que David se apoderó de mí por unos segundos.Jajaja!).
Me encanta que nos hagas pensar mi querido amigo. Un abrazo
Pensar y sentir son dos atributos básicos del ser humano. A ti no te hace falta provocarte, Rosa. En ti ambas cosas son marca de la casa. Por eso escribes como escribes y mezclas emociones e ideas en la medida necesaria. Gracias por estar aquí... y ahí... donde compartimos proyectos, sensaciones y cosas. Ese caminito pequeño que es senda del viaje y que vamos haciendo nuestro grupito :-)
Nunca me gustó hacer equipajes.Siempre se me queda algo fuera.
Un abrazo y gracias por esta reflexión.
Eso es bueno, Emilio. Que nos quede mucho por leer, ver, aprender… Y que esa maleta se vaya llenando con lo aprehendido y lo soñado. Ah! y sin olvidar guardar alguna sonrisa, ya sea propia o ajena, para usar en caso de necesidad.
Buena reflexión. Creo que David tiene menos pájaros de lo que parece.
Besos y abrazos.
Carmen y Atxia... gracias por vuestros comentarios... He entrado ahora en esta entrada ( valga la redundancia ) y he visto que no os había contestado. Un beso :-)
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